Invierten 95.000 euros para renovar la torre de vigilancia forestal ‘La Cuquilla’ de Nava de Arévalo

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El delegado territorial de la Junta de Castilla y León en Ávila, José Francisco Hernández Herrero, y el alcalde de La Nava de Arévalo, Enrique Rodríguez, han visitado esta mañana la torre de vigilancia forestal de “La Cuquilla”, ubicada en este término municipal. Esta nueva infraestructura cuenta con conexión eléctrica, lo que mejora su operatividad.

La Junta de Castilla y León ha invertido entre 2017 y 2020 885.373,20 euros para la renovación de las 11 torres ubicadas en diferentes puntos de la provincia de Ávila:

  • 2017: ‘La Pinosa’, en Sotillo de la Adrada (69.097,47 euros) y ‘Refugio’, en Mijares (73.841).
  • 2018: ‘Cruz de Seroles’, en Cebreros (80670,76); ‘Piedra Aguda’, en Navarredonda de Gredos (55.768,22); ‘Las Tejoneras’, en Candeleda (70.883,98) y ‘La Lastra’, en Santiago de Tormes (82.502,06).
  • 2019: ‘El Alijar’, en Las Navas del Marqués (88.543,43); ‘La Cebrera’, en El Barraco (89.537,07); ‘El Amoclón’, en Santa Cruz del Valle (90.483,29) y ‘La Sillita’, en Guisando (89.537,07).
  • 2020: ‘La Cuquilla’, en La Nava de Arévalo (94.508,85).

Tres de las 11 torretas (Candeleda, Navarredonda de Gredos y Las Navas del Marqués) se han situado en parajes con una mayor cuenca visual, lo que permite un mejor y más amplio servicio de vigilancia; las otras 8 torres se instalaron en la misma ubicación.

Las torres de vigilancia cuentan con 36 trabajadores, distribuidos en turnos cubriendo todas las franjas horarias.

Las torretas de vigilancia forman parte del dispositivo contra incendios forestales gestionado por la Junta de Castilla y León que ya está en su máximo despliegue. Se trata de un operativo permanente durante todo el año, pero flexible según el riesgo, y autonómico, de forma que se puedan coordinar los recursos disponibles en cada momento de la manera más efectiva posible y que se puedan trasladar los medios con los que cuenta la Comunidad según las necesidades de cada provincia teniendo en cuenta el riesgo existente. Y con plena coordinación con otras administraciones para garantizar una cooperación eficaz.

El operativo regional para este verano estará integrado por 4.500 profesionales forestales, 186 autobombas, 125 vehículos pick up, 202 cuadrillas (127 terrestres y 75 helitransportadas), 32 retenes de maquinaria y bulldozer cortafuegos y 31 medio aéreos ubicados en Castilla y León (21 helicópteros de la junta, 5 helicópteros y 5 aviones de Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico) a los que se suman el resto de medios aéreos del Estado de cobertura nacional.

El Centro Autonómico de Mando (CAM), ubicado en Valladolid, es el órgano encargado de mantener la coordinación interna de la propia Junta de Castilla y León, Sala del 112, y con el resto de administraciones, en coordinación con los nueve Centros Provinciales de Mando (CPM).

Respecto a la organización, la novedad principal es la adaptación de todos los procedimientos y protocolos para garantizar la seguridad del personal con motivo de la pandemia del coronavirus. Además, durante el verano, cuando las cuadrillas incrementan el número de componentes, está prevista la adecuación de los vehículos para cada equipo, evitando que se solapen los turnos, adaptando los horarios y ubicaciones y todo el material de prevención, con mascarillas y elementos de desinfección.

Además, los presidentes de la Junta de Castilla y León, de la Comunidad de Madrid y de Castilla-La Mancha, han firmado acuerdos de colaboración en materia de prevención y extinción de incendios. Estos nuevos convenios van a permitir que la  rapidez de respuesta, esencial en la gestión de emergencias y en la lucha contra los incendios, prime sobre las fronteras administrativas, mejorando los protocolos de activación de efectivos existentes y dando  un paso más en la colaboración y ayuda mutua entre estas tres comunidades para ganar en eficacia.

En el convenio con la Comunidad de Madrid se incluye un protocolo que dibuja una Zona de Actuación Conjunta ante Incendios Forestales de cinco kilómetros de terreno forestal a ambos lados de la línea divisoria entre ambas comunidades. Se trata de una zona en la que, por sus características, una demora en el tiempo de respuesta ante un incendio puede acarrear consecuencias graves para la vida, los bienes y el Medio Ambiente. Por ello, cuando se declare un incendio en esa zona, prevalecerá la rapidez de respuesta en la activación de los efectivos de extinción y no el criterio geográfico o competencial en la gestión del territorio.

En cuanto al convenio firmado con Castilla-La Mancha, se trata de un protocolo general de actuación para determinar el marco de colaboración entre ambas Comunidades Autónomas, con el fin de establecer los procedimientos de trabajo en común de las organizaciones de emergencia de cada Administración. En concreto, en la coordinación funcional de los centros 112 y en prevención y extinción de incendios forestales.

Por otra parte, la Consejería de Fomento y Medio Ambiente mantiene también convenios con ayuntamientos, mancomunidades y diputaciones provinciales para mejorar la lucha contra el fuego.

Por último, es necesario contar con la colaboración ciudadana. Es necesario extremar las precauciones y mantener libre de combustible el entorno de los pueblos, los polígonos industriales, las urbanizaciones y las viviendas aisladas para evitar que se produzcan incendios que les puedan afectar. Las tareas de prevención mediante la mejora y ordenación de la superficie forestal a lo largo del año, la limpieza de entornos urbanos, periurbanos y de carreteras, suponen una herramienta clave para la prevención de daños por incendios forestales. A tal fin, en cuanto a los terrenos no forestales, en nuestra provincia se mantiene la colaboración con la Diputación Provincial de Ávila en el marco del Plan de Empleo Forestal con la finalidad de mejorar la seguridad de nuestros pueblos y núcleos urbanos al actuar en la limpieza de las zonas periurbanas.

Durante la época de peligro alto está prohibido hacer hogueras fuera de los lugares autorizados, es necesario prestar especial atención a las labores de apicultura en días de viento, extremar la precaución en la utilización de herramientas que generan chispas en el medio natural o agrícola, y máxima atención durante la cosecha del cereal sobre todo los días con altas temperaturas, recordando que por encima de los 30 grados y vientos superiores a los 30 kilómetros por hora se prohíbe cosechar en una franja de 400 metros alrededor del monte.