En espera del 10-N, la economía en el congelador

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Lo que hay es enfriamiento, una calificación expresada por la ministra de Economía en funciones, Nadia Calviño, que afecta a toda Europa. Lo dijo, en la tarde del pasado martes, en el mismo momento en que el Rey daba la nota que mostraba la imposibilidad de una investidura.

Destacado Económico / N. L.

No es que la economía haya agarrado un resfriado, ni que sufra de desaceleración, como aseguraba José Luis Rodríguez Zapatero inspirado por Miguel Sebastián, su augur económico preferido a quien nombró director de su Oficina Económica y ministro de Industria, un diagnóstico realizado en vísperas de la mayor crisis que ha padecido el mundo, incluida España, desde la de 1929.

Tampoco es la catástrofe que obligó a Zapatero a congelar su programa social, congelación de pensiones incluida, y a pactar con Mariano Rajoy la inyección, con nocturnidad y alevosía, de un artículo infamante en nuestra Constitución. Ni la que, ya con Rajoy en el Gobierno, llevó al rescate financiero por parte de la Comisión Europea que pagamos a plazos.

Miguel Sebastián, que ha reconocido su error de diagnóstico y pronóstico, ha aprovechado la ocasión para asegurar que también pueden errar quienes pronostican la catástrofe: «Muchos de los que no vieron la crisis de 2008-2009 –sostiene– se están cubriendo diciendo que viene una nueva gran crisis, pero igual que hubo un exceso de tranquilidad entonces, quizás ahora está sobredimensionada la crisis futura».

Mesa redonda de colaboradores del libro editado por el Instituto Santalucía, que preside Guillermo de la Dehesa, que dirigió José Antonio Herce, situado en el centro. Le acompañan, de izquierda a derecha, José Ignacio Conde Ruiz, Inmaculada Domínguez Fabián, Luisa Foster y Diego Valero. El debate lo dirigió Javier Ruiz, jefe de Economía de la SER, sentado en un taburete en el extremo derecho.

Lo que hay es enfriamiento, una calificación expresada por la ministra de Economía en funciones, Nadia Calviño, que afecta a toda Europa. Lo dijo, en la tarde del pasado martes, en el mismo momento en que el Rey daba la nota que mostraba la imposibilidad de una investidura que llevaría a la disolución de las Cortes y a la celebración de nuevas elecciones el próximo 10 de noviembre.

La ministra expresó su diagnóstico, entre otros interesantes comentarios, en un acto previsto desde hacía tiempo, para presentar un libro sobre las pensiones editado por la aseguradora Santalucía cuyo consejero director general es Andrés Romero. Un compromiso que la ministra no eludió.

Hacia la tormenta perfecta

Lo hizo como acostumbra y como corresponde a la ministra del ramo. Sin tremendismo, pero sin ocultación de unos datos, obviamente inocultables, entre los que hay que destacar que el crecimiento será cercano al 2% «y no el 2,3%”. Tres décimas no es la catástrofe, pero preocupa la tendencia decreciente. Parece que se acerca una tormenta perfecta al estar España, según sus palabras “en un contexto internacional particularmente complejo». Se confiaba en el buen comportamiento del sector exterior pero el horizonte se oscurece con la incertidumbre del Brexit, el endurecimiento de la guerra comercial de EE UU y China, con una Alemania en recesión, la nueva crisis del petróleo, etc. La ministra concluyó con humor: “Ya no falta nada para una perspectiva de incertidumbre“.

No obstante, sostuvo que la situación económica es positiva, “aunque –señaló– estamos en un entorno internacional especialmente complicado, de enfriamiento económico, con unos retos importantes de corto plazo. Veremos qué pasa con el Brexit, cómo se comporta la economía alemana, qué pasa con las tensiones comerciales, cambiarias y geopolíticas. Cómo se comporta la economía china, y que pasará con el petróleo”.

Miguel Sebastián, que ha reconocido su error de diagnóstico y pronóstico, ha aprovechado la ocasión para asegurar que también pueden errar quienes pronostican la catástrofe: «Muchos de los que no vieron la crisis de 2008-2009 –sostiene– se están cubriendo diciendo que viene una nueva gran crisis, pero igual que hubo un exceso de tranquilidad entonces, quizás ahora está sobredimensionada la crisis futura».

La ministra señaló que había que abordar los retos a largo plazo que no llaman la atención de los titulares periodísticos pero que no por ello desaparecen. “Tenemos que aprovechar esta fase de crecimiento económico –argumentó– para afrontar estos problemas. Estamos sufriendo un cierto ‘impasse’ pues permanecen en vigor reformas que ni el propio partido que las propugnó las defiende, que no tienen el apoyo de la sociedad. En un entorno político que no es el más conveniente”.

En su opinión, la cuestión de las pensiones, la joya de la corona de nuestro Estado del Bienestar, debe afrontarse a través de los partidos. “Tienen que ser transversales. Tenemos que hacer la reforma a través del Pacto de Toledo porque lo que hemos visto, las que se hacen de forma unilateral, no perduran en el tiempo, y lo que queremos es que los ciudadanos sepan que el sistema les va a atender en el futuro, Hay, pues ,que potenciar el Pacto de Toledo, que no se pudo hacer antes de que se convocasen las anteriores elecciones”.

Portada del libro presentado el pasado martes. En su “Carta Inicial”, Andrés Romero, consejero director general de la aseguradora Santalucía, hace notar que “una de las principales preocupaciones de los españoles es no tener la seguridad de seguir percibiendo las rentas de jubilación durante toda nuestra vida y si éstas serán suficientes como para mantener nuestro estilo de vida sin ir perdiendo poder adquisitivo año a año”.

Importantes necesidades a la espera

Lo cierto –esto no lo dice la ministra, sino nosotros– es que en este periodo de espera, que en el mejor de los casos tardará meses en desembocar en una legislatura sólida, el enfriamiento español, que tiene elementos políticos diferenciales con el que se vislumbra en Bruselas, salvando al Reino Unido, en trance de desunión, aplaza el tratamiento de asuntos importantes como los agobios de la financiación autonómica y las reformas que estaban en el empeño de Pedro Sánchez, entre ellas la reforma de algunos aspectos de la reforma laboral, la factura de la luz dentro de la transición ecológica, etc. Falta ante todo un Presupuesto que aborde una fiscalidad viable y justa.