La filósofa Carlota Casiraghi, estrella en Segovia

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Maggiori y Casiraghi, en su asistencia a Hay Festival. / LISBETH SALAS

¡Vaya Gente! / Mara del Prado.

Segovia ha logrado hacerse un hueco en el panorama intelectual dentro y fuera de nuestras fronteras. Hay Festival, principal certamen de literatura e ideas celebrado en España, regresó este pasado mes de septiembre a la ciudad castellanoleonesa como viene haciendo desde hace catorce años para acercar las letras, el arte, la arquitectura y la actualidad a los enclaves más emblemáticos. Su inspiración, el espíritu de las ágoras de la Antigua Grecia, ocupando plazas, jardines, palacios, conventos e iglesias con eventos gratuitos que se sumaron a las conversaciones de las demás sedes.

Este año, por el festival han pasado escritores como Fernando Aramburu, María Dueñas, Antonio Muñoz Molina, James Ellroy, Valeria Luiselli, Inua Ellams, Soledad Puértolas o Alys Conran; los arquitectos Raj Rewal, Jeanne Gang y Amanda Levete; la ambientalista Suzy Amis Cameron; el periodista Adam Michnik; la cantante Chris­tina Rosenvinge, el pianista James Rhodes y los filósofos Fernando Savater, Javier Gomá… y Charlotte Casiraghi.
La hija de Carolina de Mónaco ha eclipsado informativamente al resto de invitados, que sin duda también tenían mucho que decir. Y eso que a ella se la escuchó más bien poco. Su maestro en La Sorbona y crítico literario del periódico Libération, Robert Maggiori, fue quien más veces intervino para disertar sobre el libro Archipiélago de pasiones, escrito a cuatro manos con su antigua alumna para hablar “de las emociones, de su lógica o, a veces, de su confusión”.
En un acto abarrotado, la filósofa monegasca apenas intervino para manifestar su inquietud sobre “el discurso del odio” de personajes como el italiano Matteo Salvini y para manifestar su incomodidad ante la pregunta sobre el porcentaje de páginas que corresponde a cada uno de los autores que, se quejó, se la hacen mucho: “¿Por qué hay que atribuirle una parte determinada del libro a cada cuál? ¿Por qué hay que saberlo todo? El libro y su proceso de creación son cosa nuestra y a lo mejor no nos apetece hacerlo todo en público”, cuenta La Otra Crónica de El Mundo.
Semana coincide en que, durante la charla coloquio de apenas 45 minutos, la sobrina de Alberto de Mónaco “apenas habló y se mostró bastante seria y sobria en el vestir, tampoco se permitió hacer fotografías y nada más acabar se marchó en lo que fue un viaje exprés” que, según Hola, dio más de sí de lo que parecía. Esta revista contabiliza entre sus actividades las reuniones que mantuvo con Maggiori y su editor en español, Leopoldo Kulesz, su visita a la exposición de la Colección Agustín de Diego en la Fundación Caja Segovia y la charla coloquio donde “deslumbró al público” con revelaciones como “todo está impregnado por la filosofía. Se trata de entender el mundo”. Fascinante.