La irresponsabilidad de los políticos ante la situación que se avecina

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La Economía desde mi Observatorio / Carlos Berzosa.

La repetición de elecciones pone de manifiesto la frivolidad de los políticos y su incompetencia a la hora de llegar a acuerdos. En su comentario en la SER, el 18 de septiembre, Iñaki Gabilondo ha dicho una gran verdad: ”Los políticos que no saben negociar no valen para esto”. Efectivamente, así es. Pablo Iglesias decía en una entrevista realizada por Ana Pastor, en el programa ‘El Objetivo’ de La Sexta, que si había nuevas elecciones los ciudadanos les correrían a los políticos a gorrazos. Todo hacía indicar que la sensatez predominaría y se evitarían unas nuevas elecciones. Sin embargo, no ha sido así. La rigidez de ambas posturas lo ha hecho imposible.

No voy a caer en el error en buscar culpables y en echar las culpas a unos u otros, pues creo que la responsabilidad es compartida. Los dos han cometido graves errores de los que se tendrán que arrepentir, sobre todo si sucede lo de Andalucía, Castilla y León, Murcia y Madrid, en Comunidad y Ayuntamiento. Parece que no quieren aprender de estas experiencias. Pero, además, ¿qué nos importa a los votantes de quién es la culpa si tenemos que ir a votar de nuevo y han echado nuestro voto al cubo de la basura? Se han cargado la ilusión del 28-A y, lo que es más importante, la alta participación que hubo e impedir que el tripartito de derechas gobernara, y sobre todo la extrema derecha, que ha impuesto parte de su discurso a los otros dos partidos, fundamentalmente en la cuestión de los emigrantes y los refugiados.

¿Qué nos importa a los votantes de quién es la culpa si tenemos que ir a votar de nuevo y han echado nuestro voto al cubo de la basura? Se han cargado la ilusión del 28-A y, lo que es más importante, la alta participación que hubo e impedir que el tripartito de derechas gobernara

Un gobierno de derechas ya sabemos lo que supone: intensificar más las políticas neoliberales, endurecimiento en la línea de Salvini contra la emigración y refugiados, y privatizaciones de la sanidad y educación. El resultado es claro, mayor precarización del empleo, aumento de la desigualdad, deterioro de los servicios públicos, y hacer caer las culpas de los males actuales sobre las víctimas de las grandes injusticias internacionales como son los emigrantes y refugiados. Fomentar el odio, el racismo y la xenofobia.

 

Ante la situación económica internacional, llena de incertidumbres y con un descenso del crecimiento, esto sería un desastre y dejaría más damnificados que los que produjo la crisis de 2007. No sé si son conscientes PSOE y Unidas Podemos de que el objetivo principal es frenar a la extrema derecha y no dejar que el huevo de la serpiente crezca. Además de impedir que se den más vueltas de tuerca a las políticas que ya de por sí son bastante neoliberales, pero que habría que frenar y revertir.

La posibilidad de que suceda el triunfo de la derecha no se puede desechar. Entonces, ¿para qué crear un riesgo innecesario? Ahora bien, en el mejor de los casos, la situación volvería a repetirse y, entonces, ¿qué? ¿Otra vez a negociar y hacer de estas negociaciones una película de suspense, como ha sucedido ahora? Si se llegase a un acuerdo se habrán perdido tres meses y medio que pueden ser cruciales.

Los políticos tienden a tomar decisiones en función de las encuestas y redes sociales, lo que no es una forma adecuada de hacer política. Toda elección siempre tiene un porcentaje de incertidumbre y más en los tiempos actuales. Las encuestas han resultado erráticas. En muchos casos y en las redes sociales participan un porcentaje reducido del total de votantes. No niego el papel que las redes sociales desempeñan en las decisiones de voto pero es más limitado de lo que se piensa. Esto los lleva a aislarse de los problemas que padecen los ciudadanos y vivir en una urna de cristal que los aleja de la realidad social. Esta afirmación no es gratuita por mi parte, sino que en un reciente estudio de la Fundación BBVA, hecho en varios países europeos, el 82% de los españoles creen que los políticos dedican más atención a sus propios intereses que a los intereses de la sociedad. Por encima solamente está Italia con el 87%. A ver si aprenden.


Catedrático Emérito de la Universidad Complutense  y presidente de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado(CEAR). Ha sido Decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Complutense(1984-1998) y Rector de esta Universidad(2003-2011). A lo largo de su carrera docente ha impartido enseñanzas de Estructura Económica Mundial y Desarrollo Económico. Tiene numerosas publicaciones entre las que destacan los libros Los desafíos de la economía mundial en el siglo XXI (Nivola,2002) y los escritos conjuntamente con José Luis Sampedro Conciencia del subdesarrollo veinticinco años después (Taurus, 1996) y La Inflación (Al alcance de los ministros) (Debate, 2012).