Las sumas y las restas del terremoto Errejón

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Iñigo Errejón dio el pistoletazo de salida a su campaña en la sede de UGT. / EP
Iñigo Errejón dio el pistoletazo de salida a su campaña en la sede de UGT. / EUROPA PRESS

Manuel Capilla.

Iñigo Errejón será el tercer candidato progresista en las elecciones del 10-N. Tras la negativa de Manuela Carmena, Errejón asume el liderazgo de una candidatura que pretende abrirse paso entre el desencanto generado por los tiras y aflojas entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Para inquietud tanto de Sánchez como de Iglesias, el líder de Más País ha conseguido sumar apoyos importantes, como el de Compromís, Chunta Aragonesista o, incluso, el de UGT. Errejón aspira a ser clave en una campaña que añade el morbo del enfrentamiento directo, aplazado hasta ahora, entre los dos politólogos, los dos amigos, que consiguieron poner patas arriba el escenario político español con la fundación de Podemos.

 

A veces la realidad supera a la ficción y el miércoles pasado fue uno de esos días. Fue en el Círculo de Bellas Artes de Madrid donde se celebraron algunas de las primeras reuniones y ruedas de prensa de Podemos, allá por 2014 y 2015. Y en el Círculo de Bellas Artes fue donde iban a coincidir el pasado miércoles Iñigo Errejón y Pablo Iglesias. El primero, asistiendo a la asamblea de Más Madrid que va a servir de pistoletazo de salida para las generales. El segundo, en la presentación de una novela en la que iba a dar la réplica a uno de sus antiguos archienemigos, Juan Luis Cebrián. Los cerebros de Más Madrid descubrieron la espinosa casualidad cuando ya se había lanzado la convocatoria para el Círculo. Para no hacer ruido con una foto que quieren evitar, cambiaron el lugar precipitadamente. La asamblea de Más Madrid se terminó por celebrar en la sede de UGT –ojo al dato–.

Y es que en Más Madrid –Más País, a partir de ahora- no quieren que la campaña se plantee mediáticamente en los términos del duelo entre Errejón e Iglesias. Quieren quitarle la carga sentimental del pulso entre los dos antiguos amigos que sacudieron el panorama político español y que han dejado una huella indeleble. Pero será difícil de tapar que el 10-N, y concretamente en la circunscripción de Madrid, tendrá lugar el duelo que ambos tienen pendiente desde el Vistalegre de 2017. En ese momento, Errejón no se atrevió a disputarle la secretaría general a Iglesias. En lugar de ello, presentó una lista alternativa que, sin embargo, apoyaba a Iglesias como secretario general.

Ahora sí tendrá lugar el pulso latente desde entonces. De un lado, las posiciones del núcleo duro que sustituyó a los errejonistas saltando directamente del PCE a Podemos, con Irene Montero, Rafa Mayoral y Juanma del Olmo a la cabeza. Del otro, las tesis transversales del primer Podemos, que ahora miran la ecología política, al alza en Europa. De un lado, el anguitismo pos15-M. Del otro, un peronismo a la española. De un lado, la rocosidad de un Iglesias decidido a articular un Ejecutivo de coalición. Del otro, las maneras amables de un Errejón que ya estuvo dispuesto a hacer presidente a Sánchez en 2016 y que, poco después del fracaso de la investidura de julio, confesó a El País: “Yo sí habría aceptado la oferta de Pedro Sánchez”.

 

Compromís ‘planta’ a Iglesias

El portavoz de Compromís, Joan Baldoví, apostó desde el principio por una alianza con Iñigo Errejón. / EP
El portavoz de Compromís, Joan Baldoví, apostó desde el principio por una alianza con Iñigo Errejón. / EP

La disputa entre Errejón e Iglesias se está concretando estos días en la búsqueda de alianza en las distintas comunidades autónomas. El objetivo de la cúpula de Más Madrid es presentar candidaturas en las provincias más pobladas, aquellas en las que se reparten siete diputados o más y, por tanto, la distribución de escaños es más proporcional. Se trata de tener listas en las circunscripciones más favorables para sus intereses, con más población joven y urbana. Pero también de desmontar, en la medida de lo posible, la crítica de que su participación fragmenta el voto progresista. Son 17 circunscripciones, como máximo, entre las que están Madrid y Barcelona, pero también Valencia y Alicante; Sevilla, Málaga, Granada y Cádiz en Andalucía; Murcia; Zaragoza; las dos canarias, Tenerife y Gran Canaria; Baleares; Asturias; Vizcaya; y, en Galicia, Coruña y Pontevedra.

Sin embargo, el errejonismo tiene un problema serio. Y es que no tienen presencia fuera de Madrid, ni una mínima estructura sobre la que construir. Por eso, la única opción con posibilidades de éxito es establecer alianzas con otras fuerzas. Fuerzas como Compromís. Iglesias trató de adelantarse y contactó con Mònica Oltra para tratar de cerrar una alianza electoral que enmendara el batacazo que se dio Compromís en las elecciones de abril. A diferencia de lo que ocurrió en las generales de 2015 y 2016, la coalición valencianista decidió concurrir al margen de Unidas Podemos y su representación en el Congreso quedó reducida a un solo diputado, Joan Baldoví. Un Baldoví que nunca ha tenido feeling con Iglesias y los suyos y que apostaba abiertamente por Errejón, como el grueso del Bloc Nacionalista Valencià, la mitad de Compromís. La otra mitad, la Iniciativa del Poble Valencià de Oltra, dudaba, pero mayoritariamente se inclinaba por ir en las listas de Unidas Podemos. En la Ejecutiva  que el lunes celebró Compromís, hubo fumata blanca a favor de Errejón, que se apuntó una victoria muy importante.

También está camino de llevarse el gato al agua en Aragón, donde la Chunta Aragonesista ya ha recibido la llamada de Iglesias y de Errejón. Pero su líder, José Luis Soro, sin cerrar la puerta a Podemos, ha asegurado que la alianza con Errejón es la «línea prioritaria de trabajo» de su partido. La lista de Zaragoza no es poca cosa para Podemos, porque es por la que consiguió escaño Pablo Echenique, principal negociador con el Gobierno. Es más, Echenique es el principal escollo para que la Chunta no se decante por los morados. Así lo ha reconocido públicamente el secretario general de Podemos Aragón, Nacho Escartín.

 

En busca del grupo parlamentario propio

El gran objetivo de Errejón y los suyos es conseguir grupo propio en el Congreso, que no va a ser nada fácil. No sólo porque tienen que reunir un mínimo de cinco diputados, algo factible, sino porque tiene que superar la barrera del 5% a nivel estatal o la del 15% en las circunscripciones en que se presente. Su principal granero de votos va a ser la Comunidad de Madrid, en donde podrían conseguir cuatro diputados si repiten el 14% que alcanzaron en las autonómicas. Pero con Iglesias en escena, es muy probable que Unidas Podemos mejorará el 5% con el que se quedaron en los comicios de mayo.

Así las cosas, fuera de la Comunidad Valenciana y Aragón, pocos aliados potentes le quedan a Errejón. En Cataluña, los Comuns, salvo sorpresa de última hora, va a seguir con Unidas Podemos. Según algunas informaciones, desde la cúpula de Más Madrid se está intentando que Ada Colau y los suyos, al menos, se declaren neutrales. La afinidad entre Colau e Iglesias no es la mejor, y las diferencias han existido, pero los puentes no se han roto ni lo van a hacer –salvo sorpresón de última hora- de cara al 10-N.

Tampoco en Andalucía se prevé un panorama halagüeño para Errejón. Al igual que en el caso de Colau, la dirección encabezada por Teresa Rodríguez ha tenido varios tiras y aflojas con Iglesias, pero no ha llegado la sangre al río. Aunque Rodríguez quiere concurrir a los comicios bajo las siglas de Adelante Andalucía –la marca con la que ya concurrió a la andaluzas del año pasado-, su objetivo no es desmarcarse de Unidas Podemos, sino tener su propio grupo dentro de Unidas Podemos, al estilo del que ya tienen los Comuns o Galicia en Común. No hay que olvidar que Rodríguez y el grueso de los líderes de Podemos en Andalucía proceden de Anticapitalistas, la corriente abiertamente enfrentada a Errejón cuando todavía era el número dos de la formación morada.

Por último, en Galicia, En Marea es aliado natural. Es la tercera pieza de la alianza que ya integraron Compromís y Chunta en las elecciones europeas –junto a los baleares de Mès, que ha decidido concurrir a las generales junto a ERC-. Esas buenas relaciones allanan el camino, pero no hay que olvidar el batacazo de En Marea en las últimas citas electorales, en las que se han perdido los ayuntamientos de A Coruña y Santiago y se han quedado sin diputados en el Congreso. Unos resultados que no los convierten en los aliados más atractivos. Poco más le queda a Errejón donde mirar, al margen de Equo, el partido verde que prácticamente está partido por la mitad entre los partidarios de concurrir con Errejón e Iglesias. Sus bases todavía deben votar, pero el diputado Juan López de Uralde, anticipándose al resultado, ya ha anunciado que prevé impulsa un espacio verde dentro de Unidas Podemos.

 

El ‘factor Carmena’, contra la abstención

La cúpula de Más País intenta que Manuela Carmena se involucre al máximo en la campaña. / EP
La cúpula de Más País intenta que Manuela Carmena se involucre al máximo en la campaña. / EP

“Combatir la abstención”. Ese es el gran objetivo al que se refieren los líderes de Más Madrid cuando se les pregunta por su candidatura de cara al 10-N, y señalan los resultados de las autonómicas de mayo para justificar que hay espacio entre el PSOE y Unidas Podemos. Y más con la frustración añadida ante el naufragio de las negociaciones. Estos argumentos subrayan que, en las generales, la suma de PSOE y Unidas Podemos alcanzó el 43% de los votos, 1 millón de votos socialistas y 600.000 por parte de los morados; 1,6 millones en total. Sin embargo, en las autonómicas celebradas un mes después, la suma de PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos sumó el 47% de los sufragios, 880.000, 470.000 y 180.000 respectivamente; 1,5 millones de votos en total. Este última cifra, según se subraya desde Más Madrid, tiene aún más mérito si se tiene en cuenta que en las autonómicas votaron muchas menos personas que en las generales. De hecho, la participación bajo diez puntos.

Pero claro, no es directamente extrapolable la sociología política madrileña a cualquier otra circunscripción. Y los efectos de la irrupción de Más Madrid son impredecibles. Es posible que saquen votos de la abstención, como parece que sucedió en las autonómicas, pero también puede suceder que sus votos se queden sin representación y le reste los suficientes a Unidas Podemos para que tampoco consigan escaños. En el caso de que el PSOE sea la fuerza más votada, los daños se minimizarían, porque el último escaño en juego suele ir para la lista con más apoyos en cada circunscripción. Por tanto, la suma del voto progresista no se vería mermada, según explican desde Más Madrid. En teoría, claro. La noche del 10-N habrá que mirar los resultados circunscripción por circunscripción para comprobar los efectos.

Además, el 10-N no entrará en juego el ‘factor Carmena’. Entre las fuerzas políticas madrileñas hay consenso acerca de que Errejón no habría conseguido los resultados que consiguió si no hubiera formado ticket con la exalcaldesa de Madrid. Manuela Carmena ya rechazó liderar la candidatura, por lo que ahora el objetivo es que se integre en la lista, aunque sea en una posición simbólica, y que participe activamente en la campaña. La exalcaldesa, en su sección de ‘Hora 25’ de la Ser, ha afirmado que se alegra “mucho” del paso dado por Errejón y ha asegurado que intentará poner de sí “todo lo que pueda”. Según ha expresado “existe una izquierda a la izquierda del PSOE constructiva, en positivo, optimista”, ha sostenido. Eso sí, preguntada sobre si participará en la campaña dijo: “ya veremos”.

 

Los nombres de Iñigo

Rita Maestre y el resto del núcleo duro del errejonismo se mantendrá en el Ayuntamiento y en la Asamblea de Madrid. / EP
Rita Maestre y el resto del núcleo duro del errejonismo se mantendrá en el Ayuntamiento y en la Asamblea de Madrid. / EP

Todavía está por definir cómo se articulan las listas de Más País. Es hasta este domingo, 29 de septiembre, cuando hay margen para inscribir coaliciones. Pero hay mucho secretismo en torno a los nombres que acompañarán a Errejón. Algunas informaciones apuntan que en la lista madrileña podrían estar la que fuera número dos de Manuela Carmena en el Ayuntamiento, Marta Higueras, y la exconcejala de Medio Ambiente, Inés Sabanés, principal impulsora de Madrid Central. Sin embargo, el núcleo duro del errejonismo, en principio, se quedará en el Ayuntamiento y en la Comunidad. Rita Maestre se quedaría como la única portavoz municipal, recuperando las competencias que se había repartido con Higueras tras las elecciones. En la Asamblea de Madrid, está por ver si la portavocía recae en Tania Sánchez, la ex IU que ahora ocupa la secretaría general del grupo parlamentario de Más Madrid -y que jugó un papel clave para articular la candidatura de mayo-, la actual portavoz adjunta de Errejón, la médico Mónica García, o el presidente del grupo parlamentario, Pablo Gómez Perpinyà, una de las personas más próximas a Errejón.

Quien parece haber perdido enteros es Clara Serra. La que fuera portavoz de Podemos en la Asamblea de Madrid durante el final de la pasada legislatura se ha quedado sin responsabilidades en el grupo parlamentario, al mismo tiempo que se han conocido sus diferencias con Sánchez.

 

En Ferraz también echan cuentas

El secretario general de UGT, Pepe Álvarez definía a Errejón como “un hombre capaz”, una persona “con mucha perspectiva de aunar y trabajar por los derechos de las personas”.
El secretario general de UGT, Pepe Álvarez definía a Errejón como “un hombre capaz”, una persona “con mucha perspectiva de aunar y trabajar por los derechos de las personas”. / EP

Pero, ¿y si el único damnificado de la irrupción de Más País no es Unidas Podemos? ¿Y si los socialistas también pierden votos a favor de la candidatura de Errejón? Todavía es muy pronto para valorar los trasvases, porque las encuestas que tenemos hasta ahora valen para muy poco. La única certeza es que Ciudadanos puede perder la mitad de los escaños que tiene ahora y que buena parte van a parar al PSOE. Y sin embargo, la encuesta de GAD3 que publicaba ABC el pasado jueves, unas de las primeras que recoge los efectos de la irrupción de Más País, daba a los socialistas 1 o 2 escaños menos de los 123 que tienen ahora, pasando del 28,7% de los votos al 27,2%. Mientras, Unidas Podemos se queda con el 12,4% y entre 34 y 38 escaños –por los 42 escaños que consiguió en abril con el 14,3% de los sufragios-. Más País tendría el 5,2% y 9 escaños. Es decir, en el mejor de los casos, y siempre según este sondeo, el bloque progresista tendría tres escaños más de los que tiene ahora, hasta 169. Y en el peor, podría perder dos y quedarse con 164.

De momento, en las filas socialistas ha sorprendido que la asamblea que ha dado el pistoletazo de salida a Más Madrid se haya celebrado en la sede de UGT. Entre los guiños que le ha lanzado Pedro Sánchez y el apoyo más o menos explícito que le está dando UGT, hay un término medio. Esta misma semana, en declaraciones a La Sexta, su secretario general, Pepe Álvarez definía a Errejón como “un hombre capaz”, una persona “con mucha perspectiva de aunar y trabajar por los derechos de las personas”. En su opinión, “una nueva izquierda pueda ser capaz de canalizar el descontento de la ciudadanía”. Habrá que ver si esa nueva izquierda no termina restando espacio al PSOE. Por si acaso, Rafael Simancas, viceportavoz en el Congreso del PSOE, viraba el rumbo el jueves, afirmando que Errejón juega en la liga del «barullo», las «peleas» y los «ajustes de cuentas», y no en la de «formar gobierno» y «resolver problemas».