Tras un turbulento año de lucha por el poder, El Corte Inglés inicia con Marta Álvarez una nueva senda

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Marta Sánchez es presidenta no ejecutiva hasta cierto punto. Está por ver que no ejerza todo el poder./ EUROPA PRESS

Destacado Económico / N. L.

Superado oficialmente el domingo 25 de agosto, con la Junta de Accionistas, el turbulento año de lucha por el poder con la victoria absoluta de las hijas adoptivas de Isidoro Álvarez, Marta y Cristina, frente al sobrino Dimas Gimeno, El Corte Inglés se enfrenta a un horizonte despejado aunque nada fácil. El realismo manda y, tal como bendicen las agencias de calificación, o de descalificación, S&P y Fitch, los grandes almacenes, los más grandes de España, caminan en la buena dirección y están al borde de entrar en el grado de “Inversión”.

Dimas, el ‘sobrinísimo’, perdió la silla cuando el 14 de junio de 2018 fue nombrado presidente Jesús Nuño de la Rosa, un cargo que le dura un año, al ser sustituido el 10 de julio de 2019 por Marta Álvarez, elegida por el Consejo de Administración y ratificada el 25 de agosto por la Junta de Accionistas. Se pudo ver que Jesús Nuño había sido designado en condición de ‘mientrastanto’, pues Marta no quiso dar la impresión de que se cargaba a Dimas para ponerse ella.

Desde la inauguración de los almacenes en 1940 hasta el fallecimiento de Isidoro Álvarez, el 14 de septiembre de 2014, en 74 años El Corte Inglés sólo había tenido tres presidentes: César Rodríguez, Ramón Areces y el propio Isidoro Álvarez. Tras la muerte de este último hasta hoy, en cinco años, se han sucedido otros tres dirigentes: Dimas Gimeno, Jesús Nuño de la Rosa y Marta Álvarez. Seis presidentes en 79 años de historia y 50 de prehistoria, cuando El Corte Inglés era una sastrería. 

Los planes de Marta

En su primera Junta de Accionistas la nueva presidenta, la primera mujer al mando, se esforzó en inyectar moral a sus 90.000 empleados en zozobra resaltando la bondad de los cambios en marcha, al tiempo que recordaba la importancia de esta empresa que ha cumplido 80 años en la sociedad española, que calificó de “sistémica” y generadora de riqueza. Y anunció su propósito la crear nuevos negocios, en solitario o en compañía de otros como Alibaba, con el que haría frente a Amazon.

Puso el énfasis en la transformación digital: “No hay dos clientes –sentenció–, uno digital y otro físico, sino uno al que debemos servir por el canal que decida”. Anunció que antes de fin de año (2019) se lanzará la aplicación para el móvil que cambiará la forma de comunicarse con los clientes. Insistió en el proceso que se está produciendo en la transformación de las tiendas de modo que sus clientes, además de comprar, puedan disfrutar, entretenerse y experimentar nuevas vivencias y sensaciones.

Su tarea más urgente es la renegociación de la deuda.

El pasivo total de El Corte Inglés al cierre del primer semestre de 2018 ascendía a 3.652 millones de euros. La deuda es de 3,1 veces su Ebitda. El objetivo es reducirla próximamente hasta los 2.000 millones.

Seguirá potenciando la estrategia de su antecesor de desinvertir en activos no estratégicos. Su filial de informática tiene el cartel de “Se Vende”. El grupo tiene en marcha la mayor desinversión inmobiliaria de su historia: la venta de 95 activos valorados en más de 1.500 millones. Su patrimonio inmobiliario fue cifrado en 17.144 millones en febrero de 2018. Por el momento ha vendido sus locales en los centros comerciales de Bahía Sur (Cádiz) y Los Arcos (Sevilla) a Castellana Properties por casi 37 millones.
Es también acuciante progresar en la digitalización del grupo, urgente en lo que se refiere a hacer frente al acoso de Amazon, pero decisiva en términos generales. Digitalizarse o morir.

Marta continuará desarrollando otros imperativos importantes que ya se habían iniciado en el año de gestión de Jesús Nuño. Está empeñada en potenciar las marcas propias y crear otras como la femenina de ropa Alik y Another Love, integradas en la reordenación en marcha de toda la oferta agrupada bajo la marca Woman, con cuatro líneas (Limited, Fiesta, Weekend y Plus).

Y expresó su propósito de contribuir a la mejora del medio ambiente eliminando progresivamente las bolsas de un solo uso, extendiendo a todos los centros el residuo cero que ya se ha conseguido en Galicia.

De los 13 miembros que componen el Consejo de Administración, cuatro son mujeres: Marta, su hermana Cristina Álvarez, Paloma García y Carlota Areces, todas dominicales.

Marta se propone aumentar considerablemente en un año la participación femenina de forma que al menos el 50% de los nuevos puestos de dirección sean ocupados por mujeres.

Se pudo ver que Jesús Nuño había sido designado en condición de ‘mientrastanto’ pues Marta no quiso dar la impresión de que se cargaba a Dimas para ponerse ella. / EP

Sin poder ejecutivo, hasta cierto punto

Afirman quienes conocen a Marta que está aún por ver que no pretenda tener peso en las decisiones del Consejo de una empresa cuyo capital controla, que conoce bien y sobre la que ha tenido aspiraciones desde hace años.

Tiene formación, experiencia en ECI, olfato y ganas. Estudió Derecho en el CEU de Madrid y muy pronto ingresó en El Corte, de becaria en la sección de Viajes cuando también era becario Jesús Nuño, su antecesor, donde permaneció poco tiempo. Pasó algún tiempo en Londres trabajando en Sotheby’s. De vuelta a Madrid reingresó en los grandes almacenes pasando por casi todas las secciones.

“Será el Consejo el que decida qué funciones se le asignan. Marta lleva mucho tiempo involucrada en El Corte Inglés, más de veinte años. Ha pasado por todos los departamentos, ha sido vendedora, ha estado en Compras, Retail, en Viajes”, señalan fuentes del sector. “Siempre dice que El Corte Inglés es su pasión”, apostillan estas fuentes. Su pasión y puede decirse que su propiedad. Ambas hermanas, además de IASA, controlan también el patronato de la Fundación Ramón Areces, primer accionista del grupo.

La Fundación está presidida por Florencio Lasaga, de 84 años, un histórico directivo de la compañía y hombre de confianza de Isidoro Álvarez, que fuentes del sector sitúan junto a las hermanas. La vicepresidenta es Cristina Álvarez, que quizá no tarde mucho en hacerse con la presidencia. Además de ellos, componen su patronato Marta Álvarez, Jesús Nuño de la Rosa, Víctor del Pozo, Carlos Martínez Echavarría, Arsenio de la Vega, César Álvarez, José Antonio Álvarez, Paloma García y Jorge Pont. El control sobre la Fundación Ramón Areces y cartera de valores IASA da, de facto, el poder sobre el 60% de El Corte Inglés a las hermanas Marta y Cristina Álvarez.

Jesús Nuño retoma su puesto de consejero delegado, en paralelo a Víctor del Pozo, que también será CEO conformando una suerte de triunvirato con Álvarez ejerciendo de presidenta no ejecutiva a la manera anglosajona del ‘chairman’ que tanto gusta a los mercados, y dos ejecutivos para el día a día.  Y cuenta con el asesoramiento de Jill Little, ejecutiva jubilada de la cadena británica John Lewis.

Marta no necesita el voto del jeque para su ‘investidura’. Al Thani, hasta el momento, sólo ha votado a favor o se ha abstenido en cuantas votaciones han tenido lugar en el órgano de decisión de la compañía.

Es algo más que una empresa. Es un símbolo

Desde la inauguración de los almacenes en 1940 hasta el fallecimiento de Isidoro Álvarez, el 14 de septiembre de 2014, en 74 años El Corte Inglés solo había tenido tres presidentes: César Rodríguez, Ramón Areces y el propio Isidoro Álvarez. Tras la muerte de este último hasta hoy, en cinco años, se han sucedido otros tres dirigentes: Dimas Gimeno, Jesús Nuño de la Rosa y Marta Álvarez. Seis presidentes en 79 años de historia y 50 de prehistoria, cuando El Corte Inglés era una sastrería.

Es algo más que una empresa mercantil. Se ha dicho que forma parte de los símbolos de este país. Se ha llegado a decir que España es un país vertebrado por El Corte Inglés.

El Corte Inglés es algo más que un gran almacén. Incluso algo más que una empresa mercantil. Siendo mucho como empresa, la mayor empleadora privada de España, con 94 grandes almacenes y 92.000 trabajadores fijos, de nómina, y un total de 130.000 si se cuentan los de las marcas que están dentro de la Casa. Eso sin contar el empleo indirecto de seguridad, proveedores y demás.

Forma parte de las referencias, de los símbolos y hasta de los lugares comunes de este país. Hay frases que lo confirman, como la que sostiene que España es un país vertebrado por El Corte Inglés, o como cuando se señala su presencia en una ciudad como un síntoma de progreso de la comunidad. O cuando nos recuerda que ha llegado la primavera. O cuando millones de niños acuden a Cortilandia.

Así lo mantenía con legítimo orgullo Jesús Nuño de la Rosa: “Esta es una Casa que respeta mucho la historia. Somos más que una empresa. Somos parte de España”.