CITRÖEN C5 AIRCROSS 1.6 PureTech 180 EAT8 Shine: Un todocamino robusto

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La segunda firma del Grupo PSA (al menos antes de la adquisición de Opel), Citröen, cuenta desde  este año con un nuevo representante en el segmento más demandado, El C5 Aircross se suma a sus congéneres más pequeños y entra de lleno a competir con los muchos rivales que encuentra. Argumentos reúne para salir airoso, entre ellos, unos acabados de calidad y un precio competitivo, que no barato.

Para la prueba se optó por el gasolina más potente de los dos que integran la gama, el PureTech de 180cv, con cuatro cilindros y 1,6 litros de cilindrada, que únicamente está disponible con un cambio automático de convertidor de par y ocho relaciones llamado EAT8, cuyo funcionamiento es excelente.

Para mejorar la capacidad de tracción en condiciones desfavorables, el C5 Aircross puede llevar el sistema Grip Control, que es el nombre que el grupo galo da a un control de tracción más avanzado, con cinco programas de funcionamiento, que la unidad de prueba llevaba.

El C5 Aircross está construido sobre la misma plataforma del 3008., pero le distingue del Peugeot los amortiguadores con topes hidráulicos en extensión y compresión, de serie en toda la gama. Según Citroën, cuando el movimiento vertical de la rueda es pequeño, el amortiguador funciona como uno normal, con un ajuste suave; pero cuando es grande y el émbolo del amortiguador se desplaza hacia los extremos, se encuentra con unos muelles que frenan su movimiento de manera progresiva.

Dinamismo en ruta

Los movimientos de la carrocería son amplios y el C5 Aircross se conduce con la sensación de ir permanentemente con una oscilación suave. Es algo parecido a lo que ocurre con algunas suspensiones de muelles neumáticos y que en conducción normal puede llegar a resultar agradable para los ocupantes. Las cualidades dinámicas de este modelo invitan a circular con tranquilidad y por carreteras de pocas curvas.

Sus reacciones en curva son siempre seguras, aunque algunos conductores pueden tardar algún tiempo en adaptarse a sus movimientos y coger confianza, pero una vez aclimatado, el C5 Aircross tiene una pisada segura y muy gratificante para hacer trayectos largos con una fatiga mínima. Quien busque un coche cómodo ante todo, tiene en este Citroën una excelente opción.

Con el motor de gasolina PureTech de 180cv la experiencia de conducción es muy positiva, ya que este motor de gasolina es muy silencioso, tiene un sonido más armónico y funciona con suavidad en cualquier circunstancia.

La caja de cambios automática de convertidor de par y ocho relaciones (EAT8), tiene un funcionamiento muy suave y la velocidad de paso de una marcha a otra es normal y casi imperceptible.

Cuando se le solicita aceleración al coche, la caja responde con la rapidez adecuada para no entorpecer maniobras como un adelantamiento o una incorporación. Con el modo de conducción ECO se activa la función de avance por inercia. Es prácticamente el único efecto perceptible que se siente en la conducción al pulsar este botón.

Seguridad al volante

Detrás del volante hay unas levas para el manejo manual del cambio, que pueden venir bien para aumentar la retención del motor en determinadas circunstancias, pero poco más. También hay otro botón con la inscripción Sport, cuyo efecto en la respuesta es prácticamente imperceptible.

En frenadas fuertes y de emergencia, el cabeceo es grande, pues el morro se agacha mucho, pero no es preocupante ni provoca ningún tipo de inestabilidad. Todo lo contrario, pues la pisada del coche parece imperturbable ante los movimientos bruscos propios de alguna maniobra imprevista. Lo mismo que ocurre durante la esquiva de un obstáculo que requiere un doble cambio de carril severo.

El confort general es alto no solo por el trabajo de la suspensión, sino porque el C5 Aircross tiene el motor bien insonorizado y el ruido de rodadura y aerodinámico es mínimo cuando se circula a velocidad elevada. Hay que tener en cuenta que, con el nivel de equipamiento Shine de nuestra unidad de prueba, los cristales son laminados para mejorar el aislamiento acústico, por lo que es posible que las unidades con menos equipamiento no sean tan silenciosas.

Con este equipamiento, es uno de esos coches en los que es posible viajar por autovía con la sensación de que se circula a menos velocidad de la que realmente se va. Es más cómodo que algunos modelos más caros y lujosos, que al tener ruedas más anchas sufren un mayor ruido de rodadura.

El consumo de gasolina está en un punto intermedio. Quién busque ahorro en este aspecto, quizás deba pensar en el BlueHDi de la misma potencia, aunque seguro que se pierde confort de marcha por su idiosincrasia diésel. Claro que a igualdad de acabado hay un sobreprecio de 2.000 euros, que se amortizan con un largo kilometraje (unos 120.000km).

Cada uno es libre de decantarse por una u otra opción. Durante la prueba de Horas Punta el gasolina se fue levemente por encima de los 7 litros a los 100km, pero se pueden lograr medidas más bajas si se circula solo por autovías, carreteras o vías de circunvalación. En ciudad el gasto sube.

Fuera del asfalto la movilidad se limita a hacer escarceos por zonas de campo sin demasiados problemas, ya que no dispone de tracción total, a pesar de contar con un selector de modos de conducción que le da cierta libertad en terrenos resbaladizos o pedregosos. Para ello, influye en el funcionamiento del control de tracción.

Los asistentes a la conducción funcionan de maravilla, como el de mantenimiento de carril y el programador de velocidad activo. El primero, acompaña bien los movimientos del volante, y el segundo, si el conductor es medianamente previsor, apenas actúa sobre el freno o lo hace con suavidad cuando aumenta la proximidad con otro vehículo que va delante. Que su actividad pase casi desapercibida y sólo se sienta su actuación cuando realmente son necesarios significa, habitualmente, que están calibrados con precisión para no entorpecer ni restar fluidez en el manejo.

Interior que sorprende

El amplio habitáculo del C5 Aircross sorprende por lo bien resuelto que está, con una presentación acogedora. Hay pocos detalles descuidados que ensombrezcan la impresión general. La visibilidad hacia el exterior es buena, salvo por el pilar medio mirando hacia la derecha, aunque para evitarlo está el retrovisor de ese lado.

Sin embargo, la iluminación interior depende de unos plafones con lámparas led que dan una luz pobre, claramente insuficiente para encontrar objetos con facilidad dentro del coche si está aparcado en una zona oscura.

La ergonomía general de los mandos es correcta, siguiendo los cánones actuales, y hay pocos que distraigan mucho al conductor durante su uso. La instrumentación se muestra en una pantalla de dimensiones generosas que está desaprovechada, peca de mala visibilidad en cuanto le da la luz, ya que la superficie refleja la claridad y la información se hace prácticamente invisible mientras haya incidencia directa.

Pese a lo grande que es la pantalla, la marca emplea algunos gráficos muy pequeños y con caracteres que no facilitan la lectura. Dos ejemplos, el tamaño del cuentarrevoluciones es ridículo y los números del velocímetro que simula ser analógico, en la parte superior, no se leen de un vistazo.

Los asientos son anchos, tienen un mullido grueso, blando y dan un buen apoyo a la espalda. Los soportes laterales son poco prominentes pero sujetan bien el cuerpo en curvas no demasiado pronunciadas. En el acabado Shine, tienen calefacción, regulable en tres niveles, para conductor y pasajero, y regulaciones eléctricas, solo el del conductor.

Mucho espacio para objetos

Las regulaciones disponibles, tanto para el asiento como para el volante (en profundidad y altura), son amplias y es fácil encontrar una postura de cómoda al volante. Alrededor del conductor hay varios huecos de tamaño generoso que son muy útiles para dejar objetos de uso cotidiano como unas llaves y una billetera. En el espacio que hay justo delante de la palanca del cambio hay, en función del nivel de equipamiento, una superficie con el fondo de goma preparada para la recarga inalámbrica de teléfonos móviles.

El hueco de debajo del reposabrazos delantero es muy grande y cuenta con luz y refrigeración, pudiéndose abrir o cerrar el paso de aire a su interior. Los bolsillos de las puertas son voluminosos, pero no tienen el fondo recubierto de tela o goma que amortigüen los ruidos y los rebordes de plástico tienen las aristas ásperas.

La calidad de fabricación que transmite es buena, incluso más elevada que la mayoría de modelos de la gama actual de Citroën. Los materiales de recubrimiento los hay tanto duros como blandos, pero de aspecto bien cuidado. Los que quedan más a la vista están acolchados. El diseño del salpicadero y de las tapicerías resultan alegres y, además, se pueden personalizar.

La fila trasera está siempre compuesta por tres asientos independientes del mismo tamaño. Cada una de las plazas individuales se puede desplazar 15 centímetros en sentido longitudinal y tiene un respaldo con cinco posibles grados de inclinación de forma manual.

Las plazas laterales están colocadas muy cerca de su respectiva puerta, lo que para personas de cierta talla puede resultar algo incómodo si usa el apoyabrazos, porque queda muy pegado a la puerta y la altura disminuye y puede rozar con el marco de la puerta. El pasajero de la plaza central, en cambio, va sentado con mayor comodidad de lo que es habitual. Su asiento tiene el mismo tamaño, forma, mullido y posibilidades de regulación que los de los laterales y no tiene el problema de altura al techo. Además, el túnel central es pequeño y poco molesto.

La anchura entre puertas es buena, así como el espacio para las piernas, pero la altura libre al techo es inferior al de todas las alternativas. Con el techo solar panorámico, la cota de altura es algo menor.

El volumen del maletero es de 580 litros con los asientos posteriores en la posición más retrasada y 720 litros con ellos en la posición más adelantada, ya que se desplazan hasta 15cm.

Si en vez de rueda de repuesto, como era nuestro caso que sí la tenía, se opta por el paquete de reparación de pinchazos, el piso del maletero se puede colocar a dos alturas distintas. En la superior, que es la posición en que está colocada la bandeja cuando hay rueda de repuesto debajo, queda enrasado con el respaldo de los asientos tarseros cuando estos se abaten. Si se pone en la inferior, se ganan 10 cm de altura. El portón de acceso al maletero tiene accionamiento eléctrico  en el acabado Shine y tiene además la función de apertura gestual con el pie.

La suspensión del Citroën C5 Aircross es muy blanda y actúa con suavidad sobre la mayoría de los baches. A este respecto es uno de los modelos más satisfactorios de su segmento porque el confort de marcha es elevado. Cuando ha de filtrar el impacto rápido y seco que producen algunas crestas y baches abruptos, su trabajo es menos gratificante porque reacciona con cierta brusquedad, pero el confort general es superior al de la media de sus alternativas.

Un acabado muy completo

De los cuatro niveles de equipamiento que tiene el C5 Aircross, el Shine es el más alto y resulta sumamente completo. El básico o Start, es un acabado que Citroën utiliza, principalmente, como reclamo publicitario, para mostrar en anuncios un precio bajo. En el Live son de serie, entre otros elementos: sistema multimedia con pantalla táctil de 8 pulgadas (la compatibilidad con Android Auto y Apple CarPlay es una opción), climatizador bizona, sensores traseros de ayuda al aparcamiento y llantas de 19 pulgadas.

En los niveles Feel y Shine vienen de serie asientos con mejor relleno y unas formas distintas de los que vienen en Start y Live, y resultan más cómodos. En la fila trasera hay siempre tres asientos individuales, que se pueden mover de forma independiente 15 centímetros en sentido longitudinal y regular la inclinación del respaldo.

Cuenta con el denominado Grip Control, un control de tracción con cinco programas de funcionamiento, que la unidad de prueba llevaba. Además, hay un sistema de control de velocidad en los descensos, útil sobre superficies de adherencia irregular.

Los sistemas de ayuda a la conducción son: programador de velocidad activo con función Stop&Go en atascos (solo para versiones con cambio automático), frenada de emergencia con reconocimiento de peatones, mantenimiento automático en el carril, detección de vehículos en el ángulo muerto, cambio automático entre luces cortas y largas, detección de señales de tráfico y dos cámaras, colocadas en la parte delantera y trasera, con visión de 360 grados.

Con el nivel Shine, y solo con él, el C5 Aircross lleva el Highway Driver Assist, o funcionamiento conjunto del programador de velocidad activo y el sistema de mantenimiento automático del carril. También en este nivel son de serie los cristales laminados para las ventanillas laterales delanteras, que mejoran el aislamiento acústico.

 

FICHA TÉCNICA    

Motor

1.598 cc. Motor de gasolina de inyección directa con turbo e intercooler, 4 cilindros en línea. Caja de cambios automática de 8 velocidades. Tracción delantera. Potencia: 180.

Prestaciones y consumos

Velocidad máxima: 219 km/h. Aceleración de 0 a 100 km/h: 8,2 s.

Consumo mixto en prueba: 7,1 l/100km. Consumos oficiales. Mixto: 5,7 l/100km. Urbano: 7,0 l/100km. Extraurbano: 4,9 l/100km.

Emisiones de CO2

129 gr/km (Euro 6).

Dimensiones y capacidades

Longitud: 4.500 mm. Anchura: 1.840 mm. Altura: 1.654 mm. Peso en vacío: 1.505 kg. Capacidad maletero: De 580 litros a 1.630 litros con los respaldos de los asientos posteriores abatidos. Capacidad del depósito de combustible: 53 litros.

LO MEJOR

Suspensión. Confort de marcha. Transmisión automática. Calidad general. Precio con campañas. Huecos. Insonorización.

LO PEOR

Tacto de conducción en curvas pronunciadas. Pantalla desaprovechada y con mala visibilidad con luz directa.

PRECIO: 32.600 euros

(Aparte posibles campañas de descuento y financiación de la marca o concesionarios, y los extras que incorpora)