Así es el fútbol post confinamiento para los clubes más representativos del noroeste de la Comunidad

Autorresponsabilidad, público en las gradas y muchas dificultades económicas son algunas de las características de la vuelta del fútbol semiprofesional en España.

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El pasado 18 de octubre comenzaba la temporada para los tres representantes de los municipios del noroeste madrileño en Segunda B y Tercera División. Las Rozas CF, Rayo Majadahonda y CF Pozuelo de Alarcón se ponían en marcha y, con ellos, todas las competiciones oficiales de ámbito estatal y carácter no profesional dependientes de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF).

Además de las ligas de Segunda División B y Tercera, daba comienzo, ese mismo fin de semana del 17 y 18 de octubre, la tercera división femenina conocida como Primera Nacional, y la Segunda División de Fútbol Sala. Antes ya lo habían hecho ciertos grupos de la Liga Nacional Juvenil; por supuesto, la Liga Iberdrola femenina; y la Primera División de la Liga Nacional de Fútbol Sala.

De esta forma, con el inicio, a partir del 24 de octubre y durante los fines de semana siguientes, de la División de Honor Juvenil y la Segunda División femenina, denominada Reto Iberdrola, se daba el pistoletazo de salida a todas las competiciones de fútbol y fútbol sala organizadas por la RFEF, tras la aprobación de un protocolo de actuación anti Covid-19 que garantiza el inicio seguro del fútbol semiprofesional.

Segunda División B

Las Rozas CF abría la temporada como local en el estadio de ‘Navalcarbón’ ante un Real Madrid Castilla entrenado por Raúl González Blanco, quien se reencontraba con su excompañero en el equipo blanco, Iván Helguera, antes de que fuera cesado como técnico roceño tras el mal inicio de campaña.

Por su parte, el Rayo Majadahonda comenzaba la temporada visitando a domicilio el campo del Getafe B; y no sería hasta el 25 de octubre, en la jornada 2, cuando debutase como local, en el ‘Cerro del Espino’, ante el Atlético Baleares.

Comenzaba así una temporada atípica para roceños y majariegos. Ambos encuadrados en el Subgrupo A del Grupo V de una Segunda División B que se ha visto reestructurada con motivo del Covid-19 y por la creación de una nueva categoría intermedia para la temporada 2021-2022, denominada ‘Segunda B Pro’.

De esta manera la RFEF decidía organizar la presente campaña de Segunda B mediante 10 subgrupos integrados por 10 equipos, quienes se disputarán, a doble partido, su presencia en una nueva fase intermedia para luchar por el ascenso a Segunda A.

Tercera división

En un contexto similar, comenzaba el CF Pozuelo de Alarcón su andadura en el grupo VII de una Tercera División dividida en 18 grupos, uno por cada una de las comunidades autónomas, excepto Andalucía que, por su extensión, presenta dos grupos.

Los pozueleros abrían la temporada, el domingo 18 de octubre en el ‘Valle de las Cañas’, frente al Complutense Alcalá en un partido en que los verdes se impondrían por dos goles a cero, ante la presencia de alrededor de un centenar de aficionados.

Al igual que el feudo pozuelero, tanto el estadio roceño de ‘Navalcarbón’ como el ‘Cerro del Espino’ del Rayo Majadahonda, contaron con la presencia de público en las gradas. Y es que la asistencia de aficionados a los campos es una de las controvertidas medidas dispuestas en el protocolo de la Federación para el inicio de las competiciones no profesionales.

Un protocolo, avalado por el Consejo Superior de Deportes, que pretende establecer unas bases de tipo sanitario y operativo mínimas y comunes para todas las competiciones. Su característica principal es estar sujeto a las a las normativas del Gobierno, las comunidades autónomas y autoridades locales, así como a los cambios que puedan producirse en el contexto global de la pandemia.

Principio de autorresponsabilidad

En la práctica, este protocolo de la RFEF se cimenta sobre un eje fundamental. El denominado ‘principio de autorresponsabilidad’ basado en la actuación personal y responsable de cada uno de los clubes, dirigentes, jugadores, técnicos, auxiliares, delegados, árbitros y miembros de las estructuras de la federación, para garantizar su salud propia, la de sus familias y la de los demás miembros involucrados en la vuelta a la competición.

De esta forma, el protocolo establece que queda bajo la responsabilidad individual de cada futbolista, técnico, árbitro o cualquier miembro que forme parte de la competición, la asunción de medidas para evitar el contagio y, ante cualquier indicio de síntoma, adoptar medidas de aislamiento inmediato.

En este sentido, el protocolo advierte a todos los protagonistas de la prohibición de acudir a un entrenamiento o participar en partidos cuando se tengan sospechas de infección o se haya tenido constancia de positivos en el entorno próximo.

La figura del Delegado de Cumplimiento del Protocolo y del Responsable de Higiene

Para velar por el cumplimiento de este protocolo y garantizar que se aplique correctamente, todos los clubes deben contar con un ‘Delegado de Cumplimiento del Protocolo’ o DCP. De igual modo, cuando los partidos se celebren en sede neutral, será la RFEF o una de sus respectivas federaciones territoriales quienes, en condición de organizadores, deban nombrar este delegado.

Además, en todas las instalaciones donde se desarrolle un partido, se considera obligatoria la presencia de un ‘Responsable de Higiene’ o RH que posea conocimientos específicos y prácticos sobre las instalaciones y su funcionamiento. Su labor consistirá en revisar los principios operativos del protocolo en materia de higiene en estrecho contacto con las autoridades locales pertinentes. Una figura que, de igual modo, deberá ser asignada por el club local o por la RFEF si es la organizadora del encuentro.

Pruebas diagnósticas a los protagonistas

Para el desarrollo de los partidos, la RFEF de acuerdo con la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), decretó en el protocolo la obligatoriedad de realizar una prueba PCR a todos los jugadores de Segunda B y Tercera División entre 72 y 48 horas antes de los encuentros.

Dicha decisión fue adquirida con posterioridad tras la presión de la AFE, y se añadió al protocolo inicial de la RFEF que únicamente estipulaba una prueba PCR antes del inicio de las competiciones.

Capítulo aparte merece la gestión de las pruebas PCR, cuya financiación, sobre el papel, corresponde al fondo creado por Federación y AFE para la ayuda al fútbol modesto. De esta forma, según queda contemplado en el protocolo, es la RFEF la encargada de centralizar la compra y distribución de los test, si bien el coste de los mismos irá en parte sufragado por la Federación, que cuenta con 1,5 millones de euros de ayuda por parte de la FIFA; y por AFE, encargada de aportar 640.000 euros.

En la práctica, según han denunciado muchos clubes modestos, estas ayudas económicas para la realización de los test, aún no han llegado a los equipos. Quienes se están viendo obligados a sufragar por sí mismos las elevadas cuantías de las pruebas. Hecho que, como ellos mismos admiten, está poniendo en riesgo su viabilidad económica.

En medio de este conflicto, los equipos tienen que lidiar con la realización de pruebas PCR antes de cada jornada. Antes del inicio de cada uno de los partidos, el citado DCP, tiene la obligación de comunicar al árbitro la relación de futbolistas que, una vez superadas las pruebas, están en disposición de participar en el encuentro tras haber pasado, además, el rutinario control de temperatura a la llegada al estadio. Asimismo, cada club deberá cumplimentar sus obligaciones comunicativas antes del choque y cada uno de los jugadores citados para el partido deberán firmar una declaración responsable.

El fútbol en la pandemia

Además de estos nuevos trámites administrativos, el fútbol en plena pandemia ha sufrido cambios relevantes en cuanto a la preparación y desarrollo de los encuentros. Y es que, al contrario de otras temporadas, el uso de los vestuarios antes y después de los partidos ha quedado limitado.

Por norma general, los jugadores tanto del equipo local como del visitante llegan al estadio con la indumentaria del partido para limitar largos periodos de tiempo en vestuarios. No obstante, ciertos clubes, sí permiten el uso de vestuarios siempre y cuando todos los miembros de la expedición presenten una prueba PCR negativa realizada 24 horas antes del partido.

Es el caso de Las Rozas CF, cuyo régimen interno establece la posibilidad de utilizar los vestuarios a los equipos que visitan ‘Navalcarbón’ siempre que sus miembros hayan certificado su PCR negativa el día antes del encuentro.

El desarrollo del partido, sin embargo, apenas ha sufrido modificaciones notables. Una de las más reseñables es la disposición de los jugadores suplentes y parte del cuerpo técnico, quienes, para evitar aglomeraciones en los banquillos, se sitúan en una zona de la grada reservada específicamente para ellos. En la tribuna, los hasta nueve jugadores suplentes que pueden ser citados para cada choque, disponen de un asiento reservado para cumplir escrupulosamente con el distanciamiento, y deben utilizar en todo momento la mascarilla hasta el momento en el que comiencen los ejercicios de calentamiento previos a saltar al campo.

Como en Primera División, los equipos podrán realizar hasta cinco sustituciones en tres interrupciones del partido. Una medida que comenzó a utilizarse tras la vuelta al fútbol la temporada pasada y que se mantiene para la 2020-2021.

Con público en las gradas

Otra de las normas más controvertidas de la vuelta del fútbol semiprofesional es la presencia de aficionados en los estadios. Una medida con la que tratar de paliar las dificultades económicas que atraviesan los clubes más modestos. Esta medida choca frontalmente con las imágenes de los estadios vacíos del fútbol profesional.

El protocolo de la Federación sí permite el acceso de público a los campos, siempre que el equipo anfitrión pueda se atenga a la normativa sanitaria dictada en cada comunidad; y siempre en función de la capacidad de cada estadio y de la responsabilidad de cada club para cumplir con las exigencias de aforo y protocolos específicos fijados por la normativa autonómica vigente.

Una medida que en el inicio de las competiciones ha dejado imágenes tan impactantes en tiempos de pandemia como la vivida en ‘Riazor’, donde más de 3.000 aficionados presenciaron el inicio liguero del Deportivo de la Coruña en Segunda B.

Algo similar ocurrió en los estadios de ‘Navalcarbón’ y ‘Cerro del Espino’, que contaron con público en sus gradas para el debut liguero de sus equipos. Cerca de 450 aficionados roceños presenciaron en directo la visita del Castilla. Mientras que el Rayo Majadahonda recibió al Atlético Baleares con el apoyo de casi 600 seguidores.

En el interior de los estadios el protocolo es estricto, debiendo seguir los preceptos publicados por la Comunidad de Madrid en el BOCM, que establecen un aforo máximo de 600 personas. Además, resulta obligatorio el uso de mascarilla y permanecer sentado para guardar la distancia interpersonal de al menos 1,5 metros.

Además de aficionados, los estadios de Las Rozas, Rayo y Pozuelo, contaron con una destacada presencia policial y de Protección Civil, quienes, en colaboración con el personal de seguridad privada de los clubes, se encargaron de velar por el cumplimiento de las normas.

Un trabajo muy apacible en los tres campos, donde la actuación de los miembros de seguridad se vio limitada a situaciones muy concretas. La más repetida, sin duda, por aficionados comiendo. Y es que, según marca la normativa de la Comunidad de Madrid, no está permitido comer o beber en las gradas. Una medida muy criticada entre los aficionados, que solo pueden disfrutar de sus viandas en los espacios que los bares del estadio habilitan para ello.

Pese a todo, los aficionados volvieron a mostrar un comportamiento ejemplar dentro de ‘Navalcarbón’, ‘Cerro del Espino’ y ‘Valle de las Cañas’. Tres estadios que han vuelto a disfrutar del fútbol en directo casi siete meses después. Sin duda, una suerte en un contexto como el que vive España inmersa en la segunda ola de la pandemia. Y que ha sido posible gracias al esfuerzo de la RFEF, el Consejo Superior de Deportes y todos los clubes.