La mujer en el cine español

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En el sector cinematográfico todavía hay un 29% de mujeres frente al 71% de hombres. / EP
En el sector cinematográfico todavía hay un 29% de mujeres frente al 71% de hombres. / EUROPA PRESS

E. S.

La presencia de las mujeres en el sector cinematográfico va al alza, pero todavía le queda mucho camino por recorrer. Así lo señala la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA), que ha presentado su informe anual correspondiente a 2018 en el que se recoge que esa presencia ha aumentado  un 3% en los últimos cuatro años, aunque todavía restan problemas como la de sectores ampliamente masculinizados o el hecho de que las ayudas públicas sean superiores en los proyectos liderados por hombres. ‘El Siglo’ reproduce a continuación algunos fragmentos del informe.

 

Las mujeres en los puestos de responsabilidad

El sector cinematográfico del largometraje español en 2018 presenta una distribución porcentual de representatividad del 29% de mujeres frente al 71% de hombres. Estos porcentajes lo conforman un 20% de mujeres que trabajan en Ficción, 8% en Documental y 1% en Animación. El porcentaje de hombres se distribuye entre un 46% en Ficción, 23% en Documental y 2% en Animación. Identificamos en base a estos datos un sector que continúa siendo ampliamente masculinizado y cuyo análisis respecto a las áreas de mayor responsabilidad respalda dicha afirmación.

Referimos a que de las 12 áreas que representan los cargos de mayor responsabilidad dentro del organigrama sectorial, sólo encontramos dos áreas cuya distribución es equitativa respecto al sexo, incluyendo el cargo de Dirección de Producción dentro del grupo de cargos con distribuciones parejas por estar por encima del 40%. En base a este criterio, identificamos que sólo el 17% de los cargos estudiados cumplen o están cerca de cumplir una distribución igualitaria en base al sexo, y que el resto de los cargos están o bien masculinizados o feminizados.

Isabel Coixet es la directora española más internacional y ganadora del Goya a la mejor película en 2018. / EP
Isabel Coixet es la directora española más internacional y ganadora del Goya a la Mejor Película en 2018. / EP

Otro 17% es identificado como cargos con amplia representatividad de mujeres y el restante 67% está ampliamente representado por hombres. Es decir, El 67% de los cargos estudiados, 8 de las 12 áreas, están ampliamente masculinizados puesto que los porcentajes de representatividad de los hombres oscilan entre el 69% y el 93%. Por el contrario, sólo dos cargos de los 12 estudiados muestran una estructura feminizada con porcentajes superiores al 73%, lo que resultaría el 17% del total.

Con estos datos se desvela la existencia de la segregación horizontal puesto que los cargos ampliamente feminizados coinciden con los roles asignados socialmente a las mujeres y que, posteriormente, se vuelcan al ámbito laboral. Los datos muestran la presencia de mujeres con un 92% en Diseño de Vestuario y con un 73% en Maquillaje y Peluquería. Los cargos equitativos coinciden con el trabajo de gestión y organización e incluso un área de estética. Aludimos a Dirección Artística con un 50% y Dirección de Producción con un 46%. El resto de áreas son catalogadas como masculinizadas o ampliamente masculinizadas cuyos trabajos están directamente vinculados con el liderazgo, la tecnología y la creatividad. Producción (31%), Montaje (24%), Guion (20%), Dirección (20%), Sonido (11%), Dirección de Fotografía (9%) y Efectos Especiales (7%).

La segregación Vertical se desvela al aplicar el análisis por grupos profesionales. Con ello constatamos que la mayor presencia de mujeres se encuentra en la base de la pirámide y, a medida que vamos subiendo a los cargos de poder, éstas tienden a reducir su representatividad. La posición de los grupos profesionales en la pirámide está vinculada a la capacidad de decisión en cuanto al producto fílmico. La base de la estructura la conforman los grupo técnico-estético con un 80% de mujeres frente al 20% de hombres. El otro grupo de base es el Técnico-especialista con un 7% de mujeres y un 93% de hombres.

Por tanto, los dos grupos de base quedan fuertemente polarizados en un grupo masculinizado con labores digitalizadas y un grupo feminizado con labores estéticas. En el siguiente escalón piramidal encontramos el grupo organizativo, con un 46% de mujeres y un 54% de hombres. Ascendiendo encontramos el grupo Técnico-artístico con un 18% de mujeres y, finalmente, el grupo de liderazgo donde las mujeres representan el 26%.

Con ello, damos cuenta de que en este sector la brecha de género y la digital se entrelazan siendo más complicado para las mujeres acceder a puestos de alta digitalización que a los propios puestos de poder. Al realizar la comparativa entre los diferentes géneros cinematográficos, respecto a los grupos profesionales, damos cuenta que la pauta general se reproduce.

Los cargos ampliamente feminizados coinciden con los roles asignados socialmente a las mujeres y que, posteriormente, se vuelcan al ámbito laboral. Los datos muestran la presencia de mujeres con un 92% en Diseño de Vestuario y con un 73% en Maquillaje y Peluquería

La diferencia más significativa de esta comparativa pasa por indicar que los datos más elevados en el grupo técnico-artístico se encuentran en el género de Ficción y la representatividad más alta en el grupo de liderazgo esta en Documentales. En la comparativa interanual, observamos que el año 2018 presenta los mejores datos en cuento a representatividad de mujeres de los últimos cuatro años. En 2018 las mujeres 37 representan un 29% en los datos globales. El balance medio de crecimiento de 2015 a 2018 es de un 3%.

En este año también obtenemos los mejores datos en las áreas de Producción (31%), Dirección (20%), Guion (20%), Dirección de Producción (46%), Dirección Artística (50%) y Sonido (11%). Las medias de crecimiento de estas áreas corresponden con un 7%, 1%, 17%, 2%, 3% y 14% respectivamente. Completamos las medias de balances de crecimiento indicando que Composición Musical ha crecido un 15% en los cuatro años.

Por otra parte, los cargos en los que se ha experimentado descenso respecto a años anteriores son los de Montaje, Maquillaje y Peluquería y Efectos especiales y cuyas medias de crecimiento se fijan en -1%, -1% y -9% respectivamente. También identificamos áreas cuyo balance de crecimiento en cuatro años es 0, estas áreas son Dirección de Fotografía y Diseño de Vestuario.

En cuanto a la comparativa de medias de crecimiento por géneros cinematográficos, Animación aparece como el género con mayor crecimiento, puntuando un 58%, seguido por Documentales, con un 3%, y finalmente encontramos el género de Ficción, con un 2%. En el género de Ficción encontramos medias de crecimiento positivas en siete de las áreas estudiadas. En el área de Montaje el crecimiento es de cero y en cuatro áreas el crecimiento es negativo. Las áreas cuyas medias de crecimiento son negativas corresponden a Dirección de Producción, Diseño de Vestuario, Maquillaje y Peluquería con un -1% y Efectos especiales con un -14%. Es decir, decrecen levemente los cargos donde las mujeres están más representadas y el cargo con mayor masculinización se intensifica. Parte de esta dinámica se reproduce también en Animación, donde Efectos Especiales y Diseño de Vestuario decrecen de media un 25%. En cambio, Dirección de Producción aumenta una media de 59%. Documentales en cambio, manifiesta medias de decrecimiento en las áreas más técnicas, como son Dirección de Fotografía (-5%), Montaje (-3%) y Sonido (-9%) y en un área de liderazgo, Dirección (-2%).

Para finalizar, referimos a un dato importante que relaciona el número de producciones de largometrajes anuales con el porcentaje de representatividad de mujeres. En 2015 y 2016 se realizaron un total de 143 y 154 largometrajes y la representatividad de mujeres en ambos años se fijó en un 26% del total. En 2017, se produce un descenso de producciones anuales llegando a 131 largometrajes y se observa un desplome en el porcentaje donde las mujeres del sector llegan a representar un 24%.

Hasta el momento relacionábamos que, ante los incrementos de producciones, las mujeres quedaban en representatividades estáticas, mientras que con los descensos, la representatividad de las mismas baja notoriamente. Es decir, al igual que en otros sectores de la sociedad, las mujeres se ven doblemente afectadas en épocas de crisis. Los datos de 2018 rompen, por primera vez, esta dinámica aunque tendremos que esperar a los datos de años posteriores para poder interpretar la dinámica evolutiva.

 

Las ayudas públicas a películas lideradas por mujeres

En este objetivo nos hemos acercado con perspectiva de género a las ayudas públicas al cine español, realizando un recorrido tanto por las de carácter general como por las de carácter selectivo. En este acercamiento identificamos que hay más representatividad de mujeres en los cargos de dirección y de guion en las ayudas selectivas. La excepción aparece con el cargo de producción donde encontramos más representatividad de mujeres en las ayudas generales.

Carla Simón fue con ‘Verano 1993’, la representante del cine español en los Oscar de 2018. / EP
Carla Simón fue con ‘Verano 1993’, la representante del cine español en los Oscar de 2018. / EP

Los datos de mujeres directoras en las ayudas generales marcan un 14% frente a las directoras en ayudas selectivas, que fijan su representatividad en un 44%. En los cargos de guion los datos refieren a un 25% y un 46%, en generales y selectivas. Y finalmente en el cargo de producción los datos revelan un 92% y 58% respectivamente. Por una parte, que la representatividad de mujeres sea mayor en las ayudas selectivas que en las generales puede estar relacionado con los criterios económicos restrictivos de acceso a las ayudas generales. Por lo que puede que se presenten y consigan con mayor facilidad las de segunda categoría, es decir, las selectivas.

Si recordamos los resultados del apartado anterior, en relación al coste de las películas dirigidas por mujeres, veíamos que, en los siete años estudiados, sólo superaban el límite de 1.300.000 euros en los costes medios, tres de estos años. Como consecuencia, la representatividad de mujeres en puestos de liderazgo se eleva en las ayudas selectivas siendo identificadas como las ayudas de segunda clase entendiendo éstas como las de menor rango económico. Este dato refuerza la hipótesis de que las políticas no tienen en cuenta las diferencias de género existentes en el sector y, por tanto, terminan perpetuando las desigualdades. La existencia de dos tipos ayudas, generales y selectivas, y la disposición del baremo de fomento de igualdad, no terminan de eliminar las barreras y, al no realizar estudios de diagnósticos previos, pueden estar favoreciendo el aprovechamiento del baremo con fines que no favorecen el compromiso con la igualdad de género.

Otro dato llamativo lo encontramos en relación al cargo de producción, donde las mujeres marcan altos porcentajes. Un 92% en las ayudas generales y 58% en las selectivas. Resulta extraño que, en las ayudas generales, donde menor presencia de mujeres encontramos en los cargos de dirección y guion, encontramos a su vez datos sobredimensionados en el cargo de producción. Los datos fijan la representatividad de mujeres productoras más alta en un 31%. Contraponer los diferentes resultados (92%-31%), alerta de una brecha poco justificable. En el caso de las ayudas selectivas, los porcentajes de representatividad de mujeres también están por encima de las medias obtenidas pero la diferencia es menos elevada. Hablamos en este caso de 27 puntos en vez de 61 puntos porcentuales.

Resulta interesante también que la diferencia más reducida entre los resultados del capítulo I y los obtenidos en este apartado, la encontramos en el cargo de dirección. Cargo en el que además las co-direcciones son nulas o reducidas en contraposición al 58 resto de cargos. Hallamos un 20% de mujeres directoras y 29% en las ayudas. Esta diferencia se puede entender en relación a que un dato habla de películas estrenadas en un año y el otro apunta a las ayudas recibidas a los largometrajes, pero éstos no tienen por qué estrenarse el mismo año. Lo que nos lleva a pensar que existe la posibilidad de que el año que viene y los posteriores el número de largometrajes estrenados con dirección de mujeres aumenten. En guion la diferencia entre un dato y otro se incrementa porcentualmente, pasando de un 20% a un 36%, y es donde identificamos que las colaboraciones en el cargo se acentúan. Esto ocurre, sobre todo, en las ayudas generales donde hay un 31% de películas guionizadas en colaboración y solo un el 8% con guion exclusivo de mujeres.

A raíz de estos datos, sobre todo los relacionados con la producción, surge la hipótesis de poder estar atendiendo a casos en los que se incluyen a mujeres en cargos para obtener el beneficio de los puntos destinados fomento de la igualdad. No obstante, para convertir esta hipótesis en afirmación habría que realizar una investigación específica sobre el asunto, recabar más datos y realizar comprobaciones. Con esto no señalamos que las medidas de fomento de la igualdad no sean positivas a dicho fin, indicamos que hay que continuar ajustando y afinando las mismas para que trabajen de manera eficiente y efectiva en la eliminación de las desigualdades en base al género.

En las ayudas generales, la diferencia de la cantidad obtenida en relación al sexo del personal de dirección establece que los títulos con dirección de mujeres han recibido de media 206.250 euros menos que los dirigidos por hombres

En cuanto a las cantidades económicas obtenidas por los largometrajes con liderazgo femenino concluimos lo siguiente: En las ayudas generales, la diferencia de la cantidad obtenida en relación al sexo del personal de dirección establece que los títulos con dirección de mujeres han recibido de media 206.250 euros menos que los dirigidos por hombres. En el cargo de guion, los resultados muestran que, de media, las películas guionizadas por mujeres han recibido 301.818,18 euros menos que las guionizadas por hombres. En las ayudas selectivas, en cambio, los largometrajes con liderazgo de mujeres han obtenido importes más altos que los largometrajes liderados por hombres. No obstante, los importes más elevados han recaído sobre los largometrajes en los que el cargo de liderazgo ha sido colaborativo. Los resultados obtenidos hasta el momento, ponen de manifiesto las dificultades que tienen las mujeres que ejercen profesiones de liderazgo a la hora de sacar adelante sus proyectos. Hemos constatado la existencia de una brecha económica de género, por la cual las mujeres manejan una media de costes inferiores a los hombres. Además, las mujeres se enfrentan a dificultades de acceso a la financiación pública debido a las características en las que se basan sus convocatorias. En consecuencia, las mujeres tienden a quedar restringidas a las ayudas de menor rango. Finalizaremos este bloque referido a la relación entre mujeres y economía atendiendo a otro modo de financiación de proyectos: las coproducciones o compra de derechos por parte de las televisiones generalistas.

 

La presencia femenina en premios y reconocimientos

En este objetivo hemos trabajado la presencia de las mujeres en los premios y festivales de los años 2017 y 2018 para dar continuidad a los datos de los informes CIMA anteriores. El primer dato a resaltar es que las mujeres directoras y/o guionistas continúan sin estar presentes en los Premios de carácter nacional. En 2017 y 2018 ha habido dos mujeres presentes en estos premios pero ninguna por cargos de liderazgo fílmico en guion o dirección.

Arantxa Echevarria ha sido la ganadora del último Premio Goya a la mejor dirección novel. / EP
Arantxa Echevarria ha sido la ganadora del último Premio Goya a la Mejor Dirección Novel. / EP

En cuanto a la representatividad de los hombres no encontramos esta misma pauta sino la contraria. Todos los años hay presencia de, al menos, un hombre director y/o guionista en estos reconocimientos. Esto hace que desde 2015 no se haya reconocido el aporte de mujeres directoras y/o guionistas, en cambio se han reconocido los aportes de cinco compañeros de profesión. En 2018, la presencia de directoras y guionistas en los premios nacionales, festivales nacionales e internacionales ha sido del 31% y la presencia de directores y guionistas del 69%. Este porcentaje de representatividad de mujeres en los diferentes reconocimientos públicos son los datos porcentuales más altos desde 2015. Si relacionamos este dato con el total de mujeres directoras y guionistas que obteníamos en el objetivo 1, obtenemos que la frecuencia de aparición de directoras y/o guionistas en los reconocimientos públicos es del 13%. En el caso de los hombres obtenemos un 7%, lo cual nos señala que la frecuencia de reconocimiento al trabajo realizado por directoras y/o guionistas es mayor que la frecuencia de reconocimiento a los hombres.

Las películas dirigidas y/o guionizadas por mujeres tienen una frecuencia de reconocimiento mayor desde 2017. En cambio, la frecuencia de reconocimiento al trabajo de sus compañeros ha tendido a estancarse

En el año 2017, el porcentaje del sumatorio de reconocimientos públicos a las mujeres lideresas es del 23%. En el caso de los hombres el porcentaje es del 77%. El dato relativo a la frecuencia de aparición en los diferentes reconocimientos públicos, en relación a la representatividad de profesionales en estos cargos, es del 14% en el caso de las mujeres y del 7% en el caso de los hombres. Con estos datos completamos los porcentajes de reconocimientos y las frecuencias en los mismos. En 2015, obteníamos una representatividad del 11% y en 2016 del 14%, en el caso de directores y guionistas hablamos del 89% y el 86% respectivamente. Y si aludimos a las frecuencias de reconocimiento obtenemos el 12% y del 14% frente al 16% o el 18% que presentaban los hombres.

La conclusión extraída a raíz de estos datos nos indica que las películas dirigidas y/o guionizadas por mujeres tienen una frecuencia de reconocimiento mayor desde 2017. En cambio, la frecuencia de reconocimiento al trabajo de sus compañeros ha tendido a estancarse. En esta conclusión hablamos del trabajo final o las películas que son dirigidas o guionizadas por mujeres puesto que desde 2015 no ha recaído ningún reconocimiento personal o directo en la figura de mujeres directoras o guionistas. Es decir, el trabajo de las mujeres es cada vez más reconocido públicamente, pero las diferentes instituciones cinematográficas no reconocen a la propia figura de la mujer al no depositar el reconocimiento directo.