Ser trabajador, diez años después (de la crisis)

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Trabajadores de la construcción
En el periodo de la reforma laboral, la precariedad en el sector de la construcción ha aumentado en 1,9 puntos. / EUROPA PRESS

E. S.

La larga duración de la crisis que arrancó en 2008 ha provocado que se dieran por buenas las afirmaciones del Gobierno sobre el “gran comportamiento de nuestra economía, con uno de los crecimientos mayores de Europa”. Asumidas por la opinión pública, no se corresponden del todo con la realidad. Enrique Negueruela Cortés autor del informe de la Fundación Primero de Mayo de Comisiones Obreras ‘¿Qué ha pasado con el trabajo? (2008 – 2011 – 2017 – 2018). Una crisis y una reforma laboral’, hace un retrato pormenorizado de la evolución del empleo en el último decenio, concluyendo que ni es tan boyante, ni tan igualitario ni tan estable como cabría esperar en un auténtico escenario de recuperación. A continuación publicamos un resumen de sus conclusiones.

En el periodo anterior a la reforma laboral, 2008 – 2011, se pierde el 3,6% de puestos fijos y el 21,1% de los temporales. La reforma laboral invierte los términos y se congelan los empleos fijos y crecen los precarios un 8,3%. Ello se traduce en que, mientras entre 2008 y 2011 disminuye la tasa de precariedad en 4,0 puntos, entre 2011 y 2017 aumenta dicha tasa en 1,5 puntos.

Si miramos las variaciones que ha habido por actividades económicas a dos dígitos, de las 87 actividades existentes, en 36 de ellas se ha perdido empleo y en 51 se ha ganado. Si miramos qué ocurre con la precariedad, esta aumenta en 56 de las 87 actividades, en el 64% de las actividades. Hay 22 actividades que pierden empleo fijo y ganan empleo temporal y hay 34 que o pierden más empleo fijo que temporal o ganan más empleo temporal que fijo. De los 16,2 millones de empleos, en estas actividades en las que aumenta la precariedad, se encuentra el 71,2% de las personas asalariadas, 11,6 millones de personas.

Por otro lado, hay 13 actividades en las que aumenta el empleo fijo y disminuye el temporal y hay otras 18 que o pierden más temporal que fijo o ganan más fijo que temporal.

Pérdida de estabilidad

Entre los sectores productivos la afectación que se produce en el período 2011 – 2017 tiene diferentes características. El sector primario entre 2011 y 2017 ha ganado volumen de trabajo, las horas trabajadas aumentan un 1,5%, y número de empleos, un 8,5%. El aumento de personas asalariadas se ha producido en siete de cada diez ocasiones con contratos temporales. La tasa de precariedad aumenta en 2,1 puntos hasta un 59,0%. Al mismo tiempo, las mujeres ocupadas, asalariadas y no asalariadas, pierden presencia en el sector al pasar de suponer el 23,2% en 2011 al 21,8% en 2017. Las mujeres asalariadas representan en el sector primario solamente el 21,5% de todas las personas asalariadas.

La industria, seis años después, vuelve a tener un volumen de trabajo similar al que había antes de la reforma laboral. Las horas trabajadas aumentaron un 0,4%, el equivalente a algo menos de 10 mil empleos. Pierde el 3,3% de los empleos fijos, 64.696 empleos y aumentan un 29,3% los empleos temporales, hay 114.637 personas precarias más. La tasa de precariedad de la industria aumenta en 4,5 puntos, desde el 16,8% que había en 2011 hasta el 21,2% en 2017. Las mujeres ocupan en la industria solamente uno de cada cuatro empleos, el 25,0% de las personas asalariadas.

El sector de la construcción ha perdido casi una de cada cuatro horas de trabajo que había en 2011 y la reforma laboral hace que se pierda un 33% de empleo temporal y un 67% de fijo

El sector de la construcción ha perdido casi una de cada cuatro horas de trabajo que había en 2011, un 22,9%. Una pérdida de más de casi 13 millones de horas que supone el equivalente a 384.341 a jornada completa de 37,5 horas. Se pierde el 23,0% de los empleos asalariados, hay 240.461 personas asalariadas menos, y el 9,8% de los no asalariados, hay 35.116 menos. Si entre 2008 y 2011 de cada cinco puestos perdidos, dos eran fijos y tres temporales, la reforma laboral hace que se cambien las tornas y se pierda un 33% de empleo temporal y un 67% de empleo fijo. Si en el primer periodo, 2008 – 2011, la tasa de precariedad de la construcción había disminuido 8,7 puntos, en el periodo de la reforma laboral, 2011 – 2017, aumenta en 1,9 puntos. En el sector de la construcción las mujeres ocupan solamente el 9,6% de los puestos de trabajo asalariados.

Servicios: más trabajadores, más parcialidad, menos riqueza

El sector servicios ha aumentado un 0,6% el volumen de su trabajo, tres millones de horas, el equivalente a 80 mil empleos a jornada completa de 37,5 horas. Pese a que el volumen de trabajo ha aumentado un 0,6, el número de personas ocupadas ha aumentado en un 4,2%, hay 572.023 más. Esta diferencia la explica la tasa de parcialidad al aumentar dos puntos la tasa femenina, hasta el 26,8%, y 2,5 puntos la masculina, hasta 10,4%. La tasa de precariedad aumenta 1 punto al crecer más las personas asalariadas con contrato temporal, el 8,1%, que las fijas, un 2,3% de aumento. Las mujeres tienen en este sector una presencia superior a la de los hombres, el 55,9% de todas las asalariadas son mujeres, aunque hayan perdido 0,1 puntos desde la reforma laboral.

Trabajadoras de una cafetería
Las mujeres tienen en en el sector servicios una presencia superior a la de los hombres. / EP

Si entre 2008 y 2011 las personas asalariadas temporales disminuían 17,5 puntos más que las fijas, en este periodo las temporales crecen 8,3 puntos más que las fijas. Si en la etapa anterior la tasa de precariedad disminuía en 4,0 puntos, en este aumenta en 1,5 puntos. Si la tasa de precariedad en el periodo 2008 – 2011 disminuía en todas las secciones de actividad, en este de los 15,7 millones de personas asalariadas, hay 2,9 millones en actividades donde disminuye la precariedad. Solo un 18,8% de las personas asalariadas trabaja en actividades en las que en este periodo no aumenta la precariedad.

En el comercio al por mayor y al por menor y en la reparación de vehículos de motor y motocicletas aumenta la precariedad un 4,1% y afecta a 2.250.023 personas asalariadas. Es de destacar que de todos los sectores donde más aumente la precariedad sea en la industria. La manufacturera aumenta su precariedad en 4,5 puntos, tres veces la media que es el 1,5 puntos de aumento. En el Transporte y almacenamiento aumenta 4,9 puntos y afecta a 764.302 personas. En las Actividades inmobiliarias aumenta 5,1 puntos y hay 83.461 personas. En las Industrias extractivas sube 8,4 puntos afectando a 31.174 personas.

De todos los sectores, donde más aumenta la precariedad es en el de la industria

Con la reforma laboral se propicia un despido muy barato y sin la intervención de ninguna autoridad, solamente el empresario. Se elimina la ultraactividad de los convenios y prevalece el convenio de empresa sobre el del sector, por solo citar alguna de las modificaciones de la reforma. Por un lado, se eliminan los elementos de defensa legal de los salarios y, por otro, al aumentar la precarización, disminuyen las posibilidades de defensa de los derechos adquiridos.

Frente al 2,1% que aumentan las personas asalariadas, las no asalariadas lo hacen en un 2,7% con lo que la tasa de asalarización se queda congelada, disminuye 0,1 puntos.

Las mujeres, las peor paradas

La tasa de parcialidad femenina se sitúa en el 25,1%, 1,8 puntos más que en 2011 y 17,6 puntos más que la tasa de parcialidad de los hombres. Mientras que una de cada cuatro mujeres tiene una jornada parcial, en el caso de los hombres es uno de cada trece. Además, una de cada diez mujeres tiene una relación doblemente precaria, un contrato temporal y a jornada parcial. En esta situación hay 760.484 mujeres, un 11,4% más que en 2011.

En resumen y como primera conclusión se puede afirmar que, con la reforma laboral, en el periodo 2011 – 2017 no ha aumentado el volumen de trabajo, el número de horas trabajadas ha disminuido un 1,3%, casi nueve millones de horas trabajadas menos.

Como segunda conclusión se puede afirmar que lo que ha aumentado con la reforma laboral ha sido la precariedad: se ha congelado el número de personas asalariadas con una relación laboral fija, hay 720 menos, mientras que el número de quienes tienen una relación temporal han aumentado un 8,3%, hay 321.579 personas precarias más. Ello provoca que la tasa de precariedad, que en el periodo 2008 – 2011 se había reducido en 4 puntos, con la reforma laboral aumente en 1.5 puntos hasta situarse en el 26,7%.

La tasa de precariedad, que en el periodo 2008-2011 se había reducido en 4 puntos, con la reforma laboral aumente en 1,5 puntos hasta situarse en el 26,7%

Como tercera conclusión se puede afirmar que la presencia de mujeres en el empleo, el 47,8%, solamente se produce por la aportación del sector servicios donde hay 1,4 millones de mujeres más que hombres. En el resto de los sectores las mujeres están fuertemente infrarrepresentadas.

Como cuarta conclusión se puede afirmar que la explicación de que pese a perder un 1,3% del volumen de trabajo, haya más personas empleadas, un 2,1% más, se debe al incremento de la tasa de parcialidad en 1,9 puntos, hasta el 16,2% hay 351.406 personas asalariadas a tiempo parcial más.

Aún no se puede hablar de recuperación

Si en 2017 no se había alcanzado el volumen de trabajo de 2011, en 2018 dista mucho de alcanzarse el de 2008, el previo a la crisis. Actualmente se ha perdido el 9,7% de todas las horas que se trabajaban en 2008, hoy se trabajan 74,5 millones de horas menos, lo que equivale a una pérdida de dos millones de puestos de trabajo con una jornada de 37,5 horas. Este es un dato que no se puede obviar.

Si miramos el número de empleos, todavía hay 1,1 millones de personas ocupadas menos, un 5,6% menos. Además, se ha modificado la estructura del empleo, ha disminuido el peso del empleo productivo, salvo el sector primario que se mantiene, sube 0,2 puntos; la industria disminuye su peso en 1,9 puntos, desde el 16,0% al 14,1%; y el sector de la construcción en 6,1 puntos, desde el 12,4% al 6,2%. Todo ello para que el sector servicios suba un 8,2%, hasta suponer el 73,8% de todo el trabajo existente.

Es llamativo lo ocurrido en el ámbito de la construcción. Ha perdido el 52,9% de su volumen de trabajo y el 50,3% del empleo del propio sector, pero la actividad inmobiliaria, que podría decirse que es una actividad especulativa sobre el sector de la construcción, ha crecido un 16,0% el número de horas trabajadas y un 25,5% el número de personas ocupadas.

El sector primario ha perdido entre 2008 y 2018 el 7,1% de su volumen de trabajo, el equivalente a 59 mil empleos a jornada completa de 37,5 horas, y el 1,9% de las personas ocupadas, unas 16 mil personas. Pese a ello aumentan las personas asalariadas en un 20,4%, 86.943 personas más. Las estables aumentan un 15,9% y las temporales un 23,8%, lo que hace aumentar la tasa de precariedad en 1,6 puntos hasta el 59,3%.

La industria, marcha atrás

La industria ha perdido más de 23 millones de horas, lo que supone el equivalente a 623.274 empleos a tiempo completo. Pierde el 14,4% de los empleos fijos, 328.170 empleos, y 76.955 empleos temporales, un 13,0%. La tasa de precariedad de la industria, después de haber reducido 3,8 puntos entre 2008 y 2011, aumenta en 4,5 puntos entre 2011 y 2017, por lo que desanda el camino avanzado, dejando una tasa similar a la existente en 2008, el 20,9%, 0,3 puntos más.

Funcionarios
En el período 2008-2018, los servicios públicos crecen un 15,1%. / EP

El sector de la construcción ha perdido una de cada dos horas de trabajo que había en 2008, un 55,5%. Esta pérdida de más de 57 millones de horas supone el equivalente a 1.400.135 empleos a jornada completa de 37,5 horas. Ella hace disminuir el peso del sector de la construcción en el conjunto de sectores desde el 13,4% de 2008 hasta el 6,4% de 2017. En 2018 ha recuperado tres décimas y las horas trabajadas en construcción suponen el 6,7% de todas las horas trabajadas. Las personas ocupadas no asalariadas disminuyen un 37,0%, en 2018 hay 195.878 menos que en 2008, mientras que las asalariadas pierden el 54,0% de sus puestos, 1.042.218 personas asalariadas menos. Esto hace que la tasa de asalarización caiga en 5,8 puntos hasta el 72,7%. Si comparamos el peso de las diferentes situaciones profesionales, las personas asalariadas han pasado de suponer el 11,4% de todas las asalariadas en 2008 a suponer el 5,5% en 2018. Por su parte las personas no asalariadas que trabajan en la construcción pasan de suponer el 14,7% en 2008 al 10,8% en 2018. Esta caída debe traducirse en campañas de la Inspección de Trabajo que impidan la presencia de falsos autónomos en el sector.

En la construcción, donde los asalariados han pasado del 11,4% del total en 2008 al 5,5% en 2018, la Inspección de Trabajo debe impedir la presencia de falsos autónomos en el sector

El sector servicios es el único del que se puede decir que ha habido recuperación: el volumen de trabajo ha crecido un 0,7% en relación con 2008. Se trabajan 3,6 millones de horas más el equivalente a 96.013 empleos a jornada completa de 37,5 horas. Las personas ocupadas han aumentado en un 4,6%, hay unas 640.128 más que en 2008. Las personas ocupadas no asalariadas han disminuido un 4,0%, 93.219 personas menos, mientras que las asalariadas han aumentado en un 6,3%, hay 733.347 personas más. Este crecimiento del sector servicios es debido al impulso que reciben los servicios públicos especialmente entre 2008 y 2011 cuando crecen un 10,8%, 13,8 millones de horas. En el conjunto del período 2008 – 2018 los servicios públicos crecen un 15,1%, unos 19,4 millones de horas, mientras que los servicios de mercado pierden 15,8 millones de horas, el 4,2%.

A modo de conclusión

En resumen y como primera conclusión se puede afirmar que, en relación con 2008, todavía no se puede hablar de recuperación del volumen de trabajo –se trabaja un 9,7% de horas menos– ni del empleo –hay un 5,6% de personas ocupadas menos–.

Como segunda conclusión se puede afirmar que se produce un aumento de la tasa de asalarización de 1,6 puntos hasta el 84%. Este aumento se produce en casi todos los sectores, en el primario aumenta 11,7 puntos hasta el 63,1%; en la industria crece 2,3 puntos hasta el 90,9% y en los servicios 1,4 puntos hasta el 84,8%.

El crecimiento del sector servicios se debe al empuje que han tenido desde el Gobierno los servicios públicos en el período 2008-2011

Como tercera conclusión se puede afirmar que la caída de la tasa de asalarización en la construcción en 5,8 puntos hasta el 72,7% puede indicar anomalías de personas que serían falsos autónomos. Esto debe traducirse en una fuerte campaña de la Inspección de Trabajo en el sector para su identificación.

Como cuarta conclusión se puede afirmar que el crecimiento que se ha producido en el sector servicios se debe al empuje que han tenido desde el gobierno los servicios públicos en el período 2008 – 2011. Este empuje debe continuar para que el crecimiento de los servicios públicos sea la locomotora que empuje el crecimiento de los otros sectores.

Servicios públicos, eficiencia energética y sostenibilidad

Se ha intentado dar respuesta a la pregunta de qué ha pasado con el trabajo. También se ha visto que la congelación de las plantillas en los servicios públicos ha tenido una importante misión: ha transferido 5,8 millones de horas del sector público al sector privado. Ahora hay que volver a potenciar lo público, cuyo objetivo último es la calidad de los servicios frente a la obtención de beneficios de lo privado.

Trabajador del sector de la energía solar
La gestión de residuos, la energía renovable y la edificación y el transporte sostenible representan en la actualidad más de 1,5 millones de empleos que crecerán en los próximos años hasta un millón de puestos de trabajo más. / EP

Cuando se intenta pensar hacia dónde se puede ir, la respuesta es siempre la misma, o se va hacia una economía medioambientalmente sostenible o no se va a ningún lado. El análisis realizado sugiere que sectores y actividades como la eco-industria, la gestión de residuos, la energía renovable y la edificación y el transporte sostenible representan en la actualidad más de 1,5 millones de empleos que crecerán en los próximos años hasta suponer cerca un millón de puestos de trabajo adicionales; un 72% del empleo verde se sitúa en las actividades de transporte sostenible y edificación sostenible. En el horizonte 2020 se estima que seguirán siendo los de mayor potencial en creación de empleo aunque su peso caerá ocho puntos debido al importante crecimiento de los sectores ambientales y renovables.

La otra línea que ya se ha apuntado anteriormente es la potenciación de los servicios públicos. Con estas dos líneas se podrá hacer un planteamiento para aumentar el volumen de trabajo y que, por ello, aumente el volumen de empleo generando riqueza.