El convenio entre la Diputación de Ávila y la Universidad de Salamanca (USAL) para mantener el Servicio de Intervención y Asesoramiento en Dificultades del Lenguaje Oral y Escrito (SIADOE) se renovará en breves fechas. El diputado de Cultura, Patrimonio, Juventud y Deporte, Eduardo Duque, y la directora del servicio, la profesora Mª Isabel Valdunquillo, han presentado las características del acuerdo, destinado a niños y jóvenes abulenses.
El convenio, firmado por primera vez en 1995, ha dado asistencia desde entonces a 347 niños y jóvenes de la provincia con dificultades específicas en el lenguaje oral y escrito (una media de 20 o 22 por curso), aunque ha habido casos en que se ha atendido a personas de otras provincias, como Palencia o Segovia, y de otras comunidades autónomas, como el País Vasco, para evaluar sus casos.
“Con este convenio se regula una acción conjunta y coordinada para la prestación gratuita de servicios a vecinos de la provincia de Ávila por parte del SIADOE”, ha explicado Duque. La aportación de la Diputación es de 20.000 euros, destinados a cubrir gastos de contratación de titulados vinculados a las tareas asistenciales e investigadoras que el servicio presta.
Por su parte, la directora del SIADOE ha apuntado que “nació como un complemento a las prestaciones existentes en los servicios educativos y otros asistenciales, pero, con el paso del tiempo, ha habido una evolución y desde hace unos años somos una unidad dentro de la USAL con carácter de centro sanitario”.
En cuanto a las funciones del servicio, Valdunquillo ha destacado la docente, con la que “se dota de herramientas y conocimientos prácticos a los estudiantes que, en algunos casos, han llegado a formar parte de la unidad, lo que es una satisfacción, tanto para la USAL como para la Diputación”. La función asistencial “es la que da sentido a todo, trabajando como un servicio complementario para la población que necesita ayudas educativas e intervención específica que mejore las dificultades en el lenguaje oral y escrito”. Por último, la función investigadora es la que canaliza todo el conocimiento que generan los trabajos.
La pandemia afectó a la marcha normal del curso pasado, puesto que la Unidad tuvo que cerrarse durante el estado de alarma, “pero el servicio continuó con tareas online con los alumnos mayores y con atención a las familias”. Este año se ofrece el servicio en modalidad presencial adaptada, ya que “la población escolar se vio resentida por el confinamiento, y más los alumnos con estas necesidades, por lo que decidimos adaptar el protocolo de la Universidad en este sentido”, de manera que “seguimos desempeñando nuestra asistencia en condiciones ordinarias”, ha concluido la directora.