La explosión de colores desde los ocres, los verdes, los marrones o los amarillos, en el huerto nos advierte de que el otoño es la época de transición hacia el frio invierno. Momento en el que el huerto ralentiza su actividad. Las noches son más largas, por lo que disfrutamos de menos horas de luz al día. A pesar de estas condiciones, las cosechas, en otoño, suelen ser muy variadas y abundantes. Hay que tener en cuenta que es la época de las judías verdes, tomates, calabacines, berenjenas, brócolis, y pimientos, además de hortalizas como lechugas, zanahorias, acelgas, berzas, apios, coles, coles de Bruselas, cebollas, nabos, calabacines, repollo, rabanitos, remolacha, achicoria o perejil.
El otoño también ofrece algunas cosechas particulares como guisantes, puerros, espinacas, escarola o alcachofas. Los boniatos y las batatas empiezan a estar en su punto. 
Y los árboles frutales a los que tenemos que dedicar especial atención son los de las mandarinas, naranjas, clementinas, kiwis, manzanas … todas ellas ricas en vitamina C, tan necesaria para nuestro organismo y con alto beneficio medicinal.
También es época de cosechar muchas de las plantas aromáticas como el diente de león, laurel, mejorana, melisa, menta, romero, salía o tomillo.
En las zonas más frías se pueden empezar a producir las primeras heladas, por lo que hay que procurar cubrir con un plástico las plantas más sensibles, y que aún están en producción como son los tomates, pimientos o berenjenas.
Prevenir hongos
Uno de los remedios más efectivos para mantener el jardín lejos de plagas y enfermedades es rociar las plantas con una infusión de cola de caballo. Esto, además, les aportará toda esa luz que empieza a escasear y las reforzará gracias al sílice que contiene la cola de caballo.
El compostaje
El sonido de las hojas secas que mece el viento se convierte en un ritual de esta época, dejando atrás el bochorno veraniego. Uno de los rasgos más característicos del otoño que las hojas secas se amontonan en los rincones. Podemos usar esto para llenar los composteros. Se pueden dejar las ramas más gruesas, amontonadas en un rincón para que se vayan descomponiendo lentamente. Si no disponemos de espacio podemos usar una trituradora para convertirlas en virutas, ideales para el compost. Tirarlas a la basura debería ser la última opción.
El otoño es la mejor época para realizar este tipo de tareas de mantenimiento, como pintar las vallas, los cenadores, las pérgolas, como vaciar el circuito de riego, desmontar los aspersores, que pueden estar deteriorados al estar a la sequedad del ambiente, y repasar todo lo que se ha ido estropeando durante los meses de verano, ya que, durante el invierno, la climatología hace que nos entre más pereza de hacerlo y así en primavera lo tendremos todo listo para disfrutar de nuestro jardín o de nuestro huerto.
La luna y su influencia
Porque el flujo de la luna puede influir en el crecimiento de nuestras plantas y en el éxito de nuestra jardinería. Desde la siembra hasta la poda.
Durante la fase de luna nueva, no es visible desde la Tierra, pero es un buen momento para realizar tareas de preparación del suelo, como arar o fertilizar, ya que las raíces de las plantas están más activas y absorben mejor los nutrientes.
En la fase de cuarto creciente, la luna sólo es visible a modo de un semicírculo iluminado en la parte derecha. Este período es ideal para sembrar cultivos que producen frutos sobre la tierra, como tomates o calabazas.
Los días de luna llena son los mejores para cosechar, ya que se cree que las plantas tienen mayor vitalidad y sus sabores y aromas son más intensos.
Y en cuarto menguante (momento en el que la luna se ve como un semicírculo iluminado en la parte izquierda) se aconseja realizar tareas de poda y eliminación de malas hierbas.
Las fases de la luna pueden influir en el riego de las plantas. Aunque no existe una evidencia científica sólida que respalde esta teoría, muchos jardineros y hortelanos consideran que existe una relación directa entre las diferentes fases lunares y el desarrollo y crecimiento de las plantas.
