Lo que realmente nos pide el cuerpo este mes es un buen chapuzón en nuestras piscinas para disfrutar del verano. Por eso, prepara todo lo necesario para disfrutar de la etapa estival con unos refrescantes baños.
Si tenías cualquier duda de qué pasos hay que tener en cuenta para mantenerla y para que esté en perfecto estado, el experto nos las ha resuelto. Y aunque resulte algo laborioso, tenerla en buen estado resulta sencillo.
El paso más importante, sin duda, es el de la desinfección. Aunque curiosamente es el último que hay que realizar. Para ello hay que proceder a la limpieza con productos químicos. Porque no se trata sólo de que el agua parezca limpia, sino de que lo esté y además adaptada a nuestras necesidades. Hay que tener en cuenta de que el Ph sea el adecuado. El valor correcto debe situarse entre el 7,2 y el 7,6, para que respete, cuide y no irrite nuestra piel. El cloro debe mantenerse entre 1 y 3 ppm. Se pueden usar pastillas, cloro líquido o sal si se dispone de un clorador salino.
Pero también hay otros aspectos importantes que también debes tener muy presentes. Es importante retirar las hojas y los residuos que hayan quedado acumulados en la piscina con la ayuda de una red. Cepillar muy bien las paredes y el fondo para evitar la aparición de algas y suciedad que haya quedado adherida. Aspirar el fondo bien, que es donde más suciedad queda acumulada. Se puede hacer de manera manual o con la ayuda de una máquina o robot. Y, por supuesto, limpiar los skimmers (dispositivos que filtran la suciedad que flota en la superficie del agua) y prefiltros de la bomba. Usa un kit de análisis o tiras reactivas para medir los niveles. Es importante el paso de la limpieza antes de proceder al tratamiento del agua. Tras la limpieza del fondo, te tocará limpiar la superficie, algo que tendrás que hacer a diario, mientras estés usando la piscina. Hazlo con la ayuda de un recogehojas. Así la tendrás limpia todos los días.
El agua de nuestra piscina puede convertirse en el medio de vida ideal para una gran variedad de microorganismos. Por eso, lo que hay que hacer es desinfectarla para evitar que el agua se enturbie y aparezcan las temidas algas. Si el agua está turbia puedes hacer uso de floculantes o clarificadores o antialgas para mantenerlas limpia.
Se aconseja la revisión o el cambio de filtro ya que existe la posibilidad de que durante los meses de invierno el sistema de filtro presente algún problema. Si es metálico miraremos si está oxidado o si tiene un cúmulo de cal. Si el filtro es de arena, revisa el filtrante de sílex y la arena.
Un buen cuidado del filtro de la piscina permitirá que el tratamiento químico que apliquemos sea más eficaz. Con un filtro sucio, la calidad del agua empeora y aumenta el consumo de productos químicos. Además, se multiplican los gérmenes que luego se extienden por el agua. Por eso se recomienda cambiarlo cada tres o cuatro años.
Es importante también revisar y lubricar las juntas del gresite por si necesitan “lechadas” (aplicación de mortero entre las juntas finas) y las válvulas. Es recomendable hacerlo cada tres o cuatro años. Examina y repara las posibles grietas o fugas, por si hubiese alguna pérdida anormal de agua. Revisa los accesorios de tu piscina (escaleras, cestos, rejillas, boquillas, sumideros, salvavidas, duchas, …) y comprueba que estén en perfecto estado, sino procede a cambiarlos por otros nuevos.
Ahora sí, ya puedes disfrutar de un buen baño con total seguridad.