Historia del fútbol sagreño (II): Carmelo Núñez, otro futbolista que salió de Villaluenga de la Sagra

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Indagando en las entrañas de las hemerotecas buscando a futbolistas de la comarca sagreña que hayan jugado en el fútbol profesional español, nos topamos con el segundo de ellos. Es Carmelo Núñez Rodríguez, que veía la luz el 7 de julio de 1940, también como nuestro antecesor Humanes, en Villaluenga de la Sagra. No hemos encontrado ni datos de sus comienzos ni los finales tras dejar la práctica deportiva.

En el verano de 1964, el Celta, que ansiaba el retorno a la primera división contaba como técnico con un joven entrenador,  Joseito, que había sido alumno aventajado en la escuela nacional de preparadores. Fue número uno de su promoción, sacando una puntuación muy superior al segundo clasificado.

Carmelo con la camiseta del Granada en el Bernabéu, único partido que jugó en Primera.

Joseito, ex futbolista del Real Madrid, y conocedor de la cantera madrileña fichó para el  Celta a algunos futbolistas procedentes del futbol madrileño. Procedente del Rayo Vallecano, como cedido llegó Carmelo Nuñez. Nacido en Villaluenga de la Sagra venía a ocupar el puesto de extremo izquierdo, con buenas referencias del club rayista y 23 años de edad.

Tardó en debutar con el Celta, y lo hizo en la 9ª jornada de liga el 8 de noviembre de 1964, en un empate en Balaidos frente al Sporting.  El “Pueblo Gallego” en su crónica de aquel encuentro, decía que Carmelo mereció el aprobado y que podría ser titular a poco que se lo proponga. Carmelo actuó de extremo izquierdo, y como él mismo reconocía, salió un poco nervioso, pero pronto se repuso.

Pese a este debut esperanzador, la única temporada de de Carmelo con el Celta no fue muy exitosa. Participó en once partidos de liga y anotó un gol en la penúltima jornada de liga. Fue un tanto que ayudaría a sacar una gloriosa victoria (1-2), en el vetusto estadio de Atotxa ante la Real Sociedad el 11 de abril de 1965. El Celta maquillaría aquella tarde una temporada en la que tampoco se pudo conseguir el ascenso a primera, categoría en la que se acumulaban ya seis temporadas.

El único gol que Carmelo hizo con el celta significó el empate de aquel partido, en el minuto 17 de juego, tras regatear a un defensa y plantarse solo ante el meta donostiarra, al que batió sin contemplaciones. Este de San Sebastián fue su mejor partido con el Celta, y fue reconocido como la figura mas destacada del encuentro.

Además de los once partidos de liga, el de Villaluenga disputó 4 partidos de la copa de España aquella campaña. El Celta resultó eliminado por un equipo de primera división, el Valencia C.F. Injustamente eliminado por el conjunto ché a causa de los malos arbitrajes, tanto en el partido de ida como en el de vuelta. En el partido de vuelta de dicha eliminatoria, el 16 de mayo de 1965, Carmelo Nuñez vestía por última vez la camiseta del Celta.

Al término de la campaña concluiría su periodo de préstamo y regresaría a su equipo de procedencia tras un año en el que poco se pudo sacar en positivo. Tras dejar el Celta, regresó al Rayo Vallecano donde jugó una campaña en 2ª, antes de marcharse al Mallorca, donde jugaría otras dos temporadas en la división de plata. En la campaña 1968-69- , justo cuando el Celta regresaba a primera tras diez años, el extremo toledano debutaba en primera división con el Granada- . Jugaría sólo un partido en la división de oro, contra el Real Madrid y en el estadio Santiago Bernabéu. Pero su estancia en el club nazarí no fue muy prolongada, y al año siguiente regresaría a Galicia, esta vez para jugar cedido con el Ourense en segunda división.

No sería muy gloriosa su etapa en el conjunto de As Burgas, pues sólo participaría en 17 encuentros y el equipo acabaría descendiendo a la categoría de bronce. En la temporada 1970-71, regresa a Madrid para jugar en el  Moscardó.

Tras la etapa en la barriada de Usera se pierde la pista de este sagreño de Villaluenga, del que tampoco hemos encontrado referencias su vida posterior, por más que lo hemos intentado. Pero aquí queda su constancia para orgullo y loor de sus paisanos.

Texto: A. Retana