LAS FIGURAS A HOMBROS EN EL ESPINAR (SEGOVIA)

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ÉXITO ARTÍSTICO EN LA FERIA DE EL ESPINAR (SEGOVIA)

 El fin de semana pasada tuvo lugar la Feria en Honor de la Virgen y SanRoque en la localidad segoviana de El Espinar. Hacía años que no se veían a las figuras en El Espinar y este año ha sido para el recuerdo. Un gran éxito artístico sin entrar en lo económico porque con esto de los aforos reducidos y demás, las cuentas solo las saben los empresarios y los que acostumbran a hacer cábalas, no tienen base para sacar los números. Hubo buenas entradas dentro de la reducción obligada aunque debió haber más público vistos los carteles.

La Feria comenzó el viernes 13 con toros de los Hermanos García Jiménez que demostraron mucha nobleza pero que tuvieron una presentación demasiado justita y más si tenemos en cuenta que había dos figurones en el cartel ¿o tal vez fue por eso? En estas plazas, los llamados figuras, debería escoger unos toros con un poquito más de presencia, volumen y cabezas dentro de las ganaderías que suelen torear. Se le dio la vuelta al quinto, Derribado nº 1, nacido en junio de 2017.

Vuelta al ruedo a «Derribado nº 1»

Julián López “El Juli” (nazareno y oro) dio dos lecciones de saber y entender a dos toros de distinta condición; su segundo fue algo incómodo hasta que su poderosa muleta le obligó a embestir. Una oreja en el primero y las dos del cuarto, justo premio.

José Mari Manzanares es la elegancia en el toreo, tanto en las verónicas como con la pañosa. Temple, ritmo y armonía en su primera faena culminada con una entera recibiendo. Naturalidad, temple y composición en la faena al quinto al que también mandó al desolladero con un estoconazo. Dos orejas en cada toro más que merecidas.

Román completó el cartel y mostró su variedad y valor. Se lució con el capote a la espalda en el primero y realizó una faena con redondos largos y muy templados para acortar la distancia en el toreo al natural con los pitones en los muslos. El pinchazo antes de enterrar la tizona no quitó pañuelos para que le concedieran la oreja. De rodillas comenzó la faena al sexto y jugó con el tiempo y las distancias para completar una faena en la que puso la nota emotiva al final desplantándose entre los pitones y cerrar con una angustiosa bernadinas antes de enterrar el estoque en el hoy, lo que puso las dos orejas en sus manos. Los tres toreros a hombros como colofón a una gran tarde de toros.

El sábado 14 los toros fueron de Luis Terrón que mostraron la clase que tiene el encaste murube aunque alguno manseara en demasía. Sergio Galán solventó las dificultades del primero con oficio, experiencia y pureza, por eso se le premió con una oreja. La falta de celo del cuarto la suplió con torería y elegancia paseando otra oreja. Diego Ventura puso emoción y espectáculo en el segundo y se llevó una oreja realizando una faena redonda y rotunda ¡no va más! y el premio de dos orejas. El portugués David Gomes esperó a su primero en la puerta de chiqueros; le faltó acople y derrochó voluntad para cortar una oreja. Estuvo muy dispuesto aunque sin redondear en el sexto. Puerta grande para Sergio Galán y Diego Ventura. 

Terminó la Feria el domingo día 15 lidiándose seis toros de José Vázquez que sustituyeron a los anunciados de Rocío de la Cámara. El motivo de la sustitución no estaba muy claro para los aficionados porque se dijo que los toros sevillanos se habían peleado e inutilizado algunos y lenguas más viperinas apuntaban a imposición del apoderado de uno de los toreros. Justita la presentación, algunos demasiado gachos y se mantiene lo dicho para la primera tarde por parte de aficionados de solera: las figuras aunque sea en plazas de tercera deben elegir los toros con un poquito más de presencia.

Emilio de Justo estuvo demasiado frío y conformista. El puyazo a su primero cayó en la paletilla y no rectificó el piquero ni el matador le dijo que levantara el palo y así, llegó claudicante a la muleta; los pitos al picador al abandonar el ruedo y el silencio del público al final de faena fue más que elocuente. La faena al cuarto fue de menos a más toreando en redondo y luego bajó mucho el tono en los naturales. Levantó un poco el ánimo en unas manoletinas muy ajustadas al final antes de un pinchazo y una entera en el hoyo; se le premió con una oreja.

Javier Cortés era un perfecto desconocido para la mayoría de los asistentes pero dejó su sello y seguro que le van a tener en cuenta a partir de ahora. Sensacional en la faena al segundo toreando en redondo con el compás abierto y llevando al toro todo lo que alargaba el brazo; los naturales a pies juntos como final de faena tuvieron marchamo de cartel. Cayó trasera y desprendida la espada y se le premió con una oreja. Verónicas al quinto jugando bien los brazos y la cintura y muy vistosa la forma de llevarle al caballo con el capote a la espalda. Citó desde los medios y muy de largo para dar una manoletina ligada con el pase de las flores y el de pecho. Tuvo raza el toro y Cortés le entendió a la perfección dándole distancia para torear con mucha personalidad. El final, con las dos rodillas en la arena toreando en redondo con temple hizo que las palmas “echaran humo”. Otra oreja que le aseguraba la puerta grande.

Roca Rey era el gran atractivo del cartel. La faena al tercero tuvo momentos importantes aunque el toro fue perdiendo fuelle y tuvo que rematar la faena con unos redondos muy ajustados; el pinchazo antes de la entera provocó un silencio que no entendió el torero y que le “picó” y espoleó para la faena en el sexto al que recibió con un buen racimo de verónicas y se lució en el quite con una chicuelinas muy ajustadas rematadas con una airosa revolera. Brindó al público y, esta vez, su faena fue subiendo en enteros con muletazos mandones por ambos pitones. Terminó toreando sin la ayuda y cambiándose la muleta de mano en unas luquesinas muy templadas. El estoconazo puso en sus manos las dos orejas. Javier Cortés cogió vitola de figura siendo acompañado por Roca Rey en la salida a hombros por la puerta grande.  

Julián Agulla