Inspecciones de Agentes Forestales para garantizar la recolección sostenible de setas en la Sierra de Guadarrama

Inspecciones de Agentes Forestales para garantizar la recolección sostenible de setas en la Sierra de Guadarrama

Coincidiendo en estas fechas de otoño con la época de mayor recolección de setas, la Comunidad de Madrid recuerda el cumplimiento de la legislación ambiental específica para su recogida.

Para garantizar el cumplimiento de la regulación, el Cuerpo de Agentes Forestales regional lleva a cabo inspecciones de las especies recolectadas, su peso y el lugar de recolección, con el objetivo de asegurar la utilización sostenible de este recurso natural. En caso de no cumplirse, se procede a la confiscación y se presentan las denuncias pertinentes.

Es importante garantizar que la actividad se esté llevando a cabo en un bosque estatal marcado con señales en la entrada. Además, es necesario obtener el permiso del propietario en caso de tratarse de una propiedad privada.

Existe una regulación específica en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, donde se establece que no se puede realizar esta actividad en ningún terreno forestal que no posea plan de aprovechamiento micológico. En comparación con el año anterior, se ha aumentado el número de municipios con normas específicas, sumándose a Rascafría, Miraflores de la Sierra y Lozoya del Valle. Para acceder a estos espacios, es necesario obtener una licencia en el correspondiente ayuntamiento.

Desde el gobierno regional se advierte sobre el riesgo que implica recolectar setas sin conocer las diferentes especies existentes. La región cuenta con una amplia variedad de hongos, pero es crucial identificarlos correctamente ya que algunos son tóxicos y venenosos, pudiendo ser mortales. Por lo tanto, solo se deben recolectar aquellos que se tenga total seguridad de que son comestibles y, en caso de duda, se debe consultar a un experto.

En la región de Madrid se pueden hallar variedades muy valoradas para su degustación, como el hongo silvestre, los robellones, las setas de cardo o el boletus. Pero también podemos encontrar especies como el hongo amanita phalloides es el más peligroso que pueden encontrar los entusiastas de la micología. Su ingestión incluso puede causar la muerte. Otros hongos tóxicos son el marasmius y el hongo amanita muscaria o matamoscas, que también tiene propiedades alucinógenas.

Es necesario cumplir la normativa para la recolecta de setas; desplazarse con vehículos exclusivamente por las áreas autorizadas; no bloquear sendas, caminos ni barreras que puedan impedir el paso de vehículos oficiales y de emergencia, y asegurarnos de que no haya caza en curso en la zona. En los accesos principales a las áreas de cacería debemos prestar atención a las señales que indiquen que se está llevando a cabo dicha actividad.

Al recoger setas debemos cortarlas y nunca arrancarlas, para que puedan volver a crecer en el mismo lugar. También es esencial transportarlas en una cesta para que suelten sus esporas. Asimismo, debemos evitar los recipientes cerrados o las bolsas de plástico, ya que pueden causar que las muestras recolectadas se rompan, ensucien, humedezcan o fermenten.

En caso de una posible intoxicación, es importante dirigirse de manera inmediata a un centro de salud llevando una muestra de lo que se ha comido. Es recomendable no consumir todas las muestras recolectadas y conservar alguna durante al menos 3 días, ya que podrían causar efectos adversos en el cuerpo hasta 72 horas después de su ingesta.

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Es importante garantizar que la actividad se esté llevando a cabo en un bosque estatal marcado con señales en la entrada. Además, es necesario obtener el permiso del propietario en caso de tratarse de una propiedad privada.

Existe una regulación específica en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, donde se establece que no se puede realizar esta actividad en ningún terreno forestal que no posea plan de aprovechamiento micológico. En comparación con el año anterior, se ha aumentado el número de municipios con normas específicas, sumándose a Rascafría, Miraflores de la Sierra y Lozoya del Valle. Para acceder a estos espacios, es necesario obtener una licencia en el correspondiente ayuntamiento.

Desde el gobierno regional se advierte sobre el riesgo que implica recolectar setas sin conocer las diferentes especies existentes. La región cuenta con una amplia variedad de hongos, pero es crucial identificarlos correctamente ya que algunos son tóxicos y venenosos, pudiendo ser mortales. Por lo tanto, solo se deben recolectar aquellos que se tenga total seguridad de que son comestibles y, en caso de duda, se debe consultar a un experto.

En la región de Madrid se pueden hallar variedades muy valoradas para su degustación, como el hongo silvestre, los robellones, las setas de cardo o el boletus. Pero también podemos encontrar especies como el hongo amanita phalloides es el más peligroso que pueden encontrar los entusiastas de la micología. Su ingestión incluso puede causar la muerte. Otros hongos tóxicos son el marasmius y el hongo amanita muscaria o matamoscas, que también tiene propiedades alucinógenas.

Es necesario cumplir la normativa para la recolecta de setas; desplazarse con vehículos exclusivamente por las áreas autorizadas; no bloquear sendas, caminos ni barreras que puedan impedir el paso de vehículos oficiales y de emergencia, y asegurarnos de que no haya caza en curso en la zona. En los accesos principales a las áreas de cacería debemos prestar atención a las señales que indiquen que se está llevando a cabo dicha actividad.

Al recoger setas debemos cortarlas y nunca arrancarlas, para que puedan volver a crecer en el mismo lugar. También es esencial transportarlas en una cesta para que suelten sus esporas. Asimismo, debemos evitar los recipientes cerrados o las bolsas de plástico, ya que pueden causar que las muestras recolectadas se rompan, ensucien, humedezcan o fermenten.

En caso de una posible intoxicación, es importante dirigirse de manera inmediata a un centro de salud llevando una muestra de lo que se ha comido. Es recomendable no consumir todas las muestras recolectadas y conservar alguna durante al menos 3 días, ya que podrían causar efectos adversos en el cuerpo hasta 72 horas después de su ingesta.

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