Durante el verano no hay pueblo o ciudad en España que no lo celebre con verbenas y fuegos artificiales. Dos eventos, que curiosamente perturban a nuestras mascotas. Muchas de las personas que tienen perro en casa habrán sufrido la angustia de muchos de ellos cuando escuchan un petardo o el estruendo y los destellos que provocan los fuegos artificiales. Por eso, hablamos con Sonia Sáez, veterinaria de Purina, que nos cuenta qué debemos tener en cuenta para minimizar este impacto y este trauma en el animal.

P.-El ruido de los fuegos artificiales les provoca malestar, pero ¿hay otros ruidos que les puede afectar?

R.- Sí, la verdad que todo lo que son ruidos muy estridentes, no sólo los agudos, sino los que van acompañados de vibración, destellos y, sobre todo, ruidos que son imprevisibles. Esos ruidos son los que más afectan a los animales. Pero también a personas que pueden tener hipersensibilidad, neurodivergencias, niños pequeños o personas mayores. Esto es algo a tener en cuenta cuando preparamos unas fiestas. Hay que hacerlas para que sean inclusivas para todo el mundo, y, por supuesto, también para nuestros animales.

P.- ¿Hay diferencia física entre el oído humano y el de un perro?

R.- La capacidad auditiva que tienen los animales suele ser mucho más alta que la de las personas. Esto es así para perros y también para gatos. Lo que pasa que los perros son más expresivos a la hora de mostrar los síntomas o signos de estrés o ansiedad a diferencia de los gatos. En general, estos últimos son bastante retraídos y no muestran con facilidad cualquier tipo de síntoma. De eso nos damos cuenta en la clínica. Cuando un gato muestra una sintomatología es que realmente está muy grave, mientras que un perro lo suele mostrar antes, por regla general. Que no lo muestre no quiere decir que no lo pase mal. Es verdad que en la mayoría de casos, los gatos, ante este estímulos negativo, lo que hacen es el efecto huida, escapar o esconderse en algún lugar, mientras que muchas veces los perros, que son más expresivos, vienen a pedir esta ayuda o este soporte buscando el confort que necesitan.

P.-¿Es importante prepararles un escondite cuando se prevé que va haber fuegos artificiales?

R.- Sí, se recomienda preparar un espacio que sea seguro, donde se pueda esconder el animal si lo necesita. Un espacio alejado de puertas y ventanas, que deberían estar siempre, y en todos los casos, cerrados. Porque a veces no nos damos cuenta y el animal podría escapar por la puerta y ser atropellado o saltar por el balcón y morir del mismo impacto. Y esto es algo que, lamentablemente, pasa cada año. Y, por otro lado, en este espacio donde ellos puedan buscar la tranquilidad les puedes dejar sus mantas, su cama, su mordedor, sus juguetes, algún tipo de snack y música. Se recomienda poner música, la televisión o la radio. Es importante que haya algún tipo de sonido que disimule o le distraiga del que hay fuera. Debe ser un lugar seguro, porque a veces pueden esconderse en un lugar donde pueda haber productos tóxicos, objetos punzantes, que pueden resultar peligroso para el animal. Por eso, a sabiendas, es importante que preparemos este espacio para que pueda estar tranquilo. ¿Es importante que estemos nosotros presentes?Exacto. Nosotros recomendamos que tratemos de estar presentes siempre que sea posible. Es mejor estar con ellos. Y presentes no quiere decir estar encima de ellos, sino estar para poder gestionar lo que pueda pasar. No hace falta ir detrás del animal, porque algunos necesitan su espacio y prefieren estar solos y tranquilos. Otros te vendrán a buscar directamente. Pero el hecho de preparar este espacio hace que lo podamos meditar, de manera que prime el bienestar del animal en todo momento.

P.- ¿Sería bueno darle algún tranquilizante a nuestra mascota en estos casos?

R.- Los tranquilizantes existen, es verdad. Hay suplementos naturales pero el efecto es bastante limitado. Para que funcione debemos empezar a dárselos una semana antes para que el cuerpo se vaya acostumbrando. Lo que funciona bastante bien son las feromonas. Son sustancias que nosotros podemos poner en el ambiente que son inocuas para el animal, y ayudan a que estén tranquilos. No es magia. Todo esto, tanto los suplementos alimenticios como los aceites esenciales o las feromonas son sustancias que ayudan a que el ambiente esté más relajado, y, por tanto, el animal también. Pero no son sedantes. No es una medicación que lo vaya a dejar completamente KO. Estas medicaciones deben darse siempre bajo vigilancia veterinaria y cuando sea realmente necesario, porque hablamos de medicaciones fuertes y no se pueden dar, salvo que estés formado para ello y estés constantemente con el animal para monitorizar que esté todo correcto.

P.-¿Por qué hay perros que no les afecta este tipo de ruidos?

R.- Depende del animal. Durante el periodo de socialización, que abarca entre los 12 y 15 primeros meses de vida del animal ha podido estar expuesto a ese estímulo. Este periodo de socialización es muy importante para los animales y ayuda para que no tengan futuros miedos. Por eso es tan importante que durante este tiempo tengan contacto con personas adultas y niños, con otros animales, perros, gatos, que estén espacio abiertos y cerrados, suelos transparentes, escaleras mecánicas… hay millones de estímulos. Por ejemplo, mi perra tiene pavor a los cojines o el agua a la hora de bañarse. Es algo que le da pánico. Que tengan cuantas más experiencias en el periodo de socialización mejor. Eso sí, debe ir siempre de un refuerzo positivo, es decir, cada vez que el comportamiento sea de tranquilidad, se premia. Porque habrá animales que hayan estado expuestos a ese estímulo y han tenido un refuerzo negativo y probablemente arrastrarán esa experiencia mala durante toda la vida. También los animales que han vivido esta socialización de una manera incorrecta, tendrán más miedos. Y estos miedos son los que más adelante pueden convertirse en agresividad como respuesta a ese miedo. Si durante esta época de socialización están expuestos a estímulos que se refuerza positivamente se puede minimizar los miedos en un futuro y, entre ellos, el de la pirotecnia. Aunque hay que tener en cuenta que no es tanto el ruido de los petardos, sino la vibración y los destellos. Por eso, aunque el animal esté correctamente socializado y esté acostumbrado a los petardos, cuando nos encontramos en un ambiente de verbena, de petardos y fuegos artificiales puede ser complicado gestionarlo. Es más, yo lo he vivido en mis propias carnes con mi perra. Esta última verbena lo ha pasado mal. El no saber de dónde viene el ruido les desespera.

P.- ¿Se sabe qué es lo que sienten? ¿Se les puede quedar un trauma?

R.- Sí. Es un episodio traumático. Lo que siente la mayoría de los animales es incertidumbre y miedo y no saben cómo reaccionar. Por eso, lo primero que hacen es huir. Como te decía, nosotros estábamos en casa con todo cerrado y la televisión de fondo, pero mi perra estaba muy nerviosa porque tenía la sensación, luego lo deduje, de que creía que el ruido venía de dentro, por eso quería salir fuera de casa. Yo tenía miedo por si me daba un tirón, a pesar de la correa, y se me escapaba. Pero salimos porque era lo que ella quería. Cuando se dió cuenta de que el ruido venía de fuera dio media vuelta y entró en casa, donde ya estuvo más tranquila.

Esto que cuentas es importante, el hecho de escuchar al animal. Es que mi labor como responsable y tutora, dueña, propietaria y compañera es buscar su bienestar, y darle lo que necesita en cada momento. Si el animal quiere esconderse no vayamos a sacarlo de debajo de donde sea; si él quiere estar ahí es que tiene que estar ahí, y si quiere estar encima de ti que esté. Hay que darle, en estas circunstancias, lo que animal necesita.

A los niños pequeños se les suele poner unos auriculares cuando van a los fuegos artificiales para mitigar el ruido y el impacto en sus oídos. ¿Hay algo parecido para las mascotas? Realmente podría ser una barrera física, pero es muy difícil que se lo tengan puestos porque se lo quitan. De hecho, cuando les pones un vendaje se les tiene que poner una campana, y, aun así, muchas veces se lo quitan. Es un elemento que les molesta. Les cuesta entender que eso les va a hacer un bien. Que podríamos ponerles algún tipo de tapón vale, pero se lo querían sacar.

P.- ¿Puedes darnos algún tip para tener en cuenta estos días?

R.- Es importante, en el caso de que es estemos en un lugar donde vaya a haber fuegos artificiales o verbenas, mantener la calma, porque, a veces, nosotros mismos nos ponemos nerviosos, y transmitimos ese nerviosismo a los animales. Ellos absorben nuestra energía y lo que transmitimos. Y si estamos nervioso o si nos encontramos mal ellos también lo notan. Hay que mantener la calma todo lo posible, darles el espacio que necesiten. Sobre todo, superimportante, mantener ventanas y puertas cerradas porque cada año tenemos consecuencias dramáticas. Debemos intentar que las fiestas sean más empáticas e inclusivas para todos. Para todas las personas que tienen diferentes tipos de sensibilidades y para las mascotas, que son parte de nuestra familia.

Durante el verano no hay pueblo o ciudad en España que no lo celebre con verbenas y fuegos artificiales. Dos eventos, que curiosamente perturban a nuestras mascotas. Muchas de las personas que tienen perro en casa habrán sufrido la angustia de muchos de ellos cuando escuchan un petardo o el estruendo y los destellos que provocan los fuegos artificiales. Por eso, hablamos con Sonia Sáez, veterinaria de Purina, que nos cuenta qué debemos tener en cuenta para minimizar este impacto y este trauma en el animal.

P.-El ruido de los fuegos artificiales les provoca malestar, pero ¿hay otros ruidos que les puede afectar?

R.- Sí, la verdad que todo lo que son ruidos muy estridentes, no sólo los agudos, sino los que van acompañados de vibración, destellos y, sobre todo, ruidos que son imprevisibles. Esos ruidos son los que más afectan a los animales. Pero también a personas que pueden tener hipersensibilidad, neurodivergencias, niños pequeños o personas mayores. Esto es algo a tener en cuenta cuando preparamos unas fiestas. Hay que hacerlas para que sean inclusivas para todo el mundo, y, por supuesto, también para nuestros animales.

P.- ¿Hay diferencia física entre el oído humano y el de un perro?

R.- La capacidad auditiva que tienen los animales suele ser mucho más alta que la de las personas. Esto es así para perros y también para gatos. Lo que pasa que los perros son más expresivos a la hora de mostrar los síntomas o signos de estrés o ansiedad a diferencia de los gatos. En general, estos últimos son bastante retraídos y no muestran con facilidad cualquier tipo de síntoma. De eso nos damos cuenta en la clínica. Cuando un gato muestra una sintomatología es que realmente está muy grave, mientras que un perro lo suele mostrar antes, por regla general. Que no lo muestre no quiere decir que no lo pase mal. Es verdad que en la mayoría de casos, los gatos, ante este estímulos negativo, lo que hacen es el efecto huida, escapar o esconderse en algún lugar, mientras que muchas veces los perros, que son más expresivos, vienen a pedir esta ayuda o este soporte buscando el confort que necesitan.

P.-¿Es importante prepararles un escondite cuando se prevé que va haber fuegos artificiales?

R.- Sí, se recomienda preparar un espacio que sea seguro, donde se pueda esconder el animal si lo necesita. Un espacio alejado de puertas y ventanas, que deberían estar siempre, y en todos los casos, cerrados. Porque a veces no nos damos cuenta y el animal podría escapar por la puerta y ser atropellado o saltar por el balcón y morir del mismo impacto. Y esto es algo que, lamentablemente, pasa cada año. Y, por otro lado, en este espacio donde ellos puedan buscar la tranquilidad les puedes dejar sus mantas, su cama, su mordedor, sus juguetes, algún tipo de snack y música. Se recomienda poner música, la televisión o la radio. Es importante que haya algún tipo de sonido que disimule o le distraiga del que hay fuera. Debe ser un lugar seguro, porque a veces pueden esconderse en un lugar donde pueda haber productos tóxicos, objetos punzantes, que pueden resultar peligroso para el animal. Por eso, a sabiendas, es importante que preparemos este espacio para que pueda estar tranquilo. ¿Es importante que estemos nosotros presentes?Exacto. Nosotros recomendamos que tratemos de estar presentes siempre que sea posible. Es mejor estar con ellos. Y presentes no quiere decir estar encima de ellos, sino estar para poder gestionar lo que pueda pasar. No hace falta ir detrás del animal, porque algunos necesitan su espacio y prefieren estar solos y tranquilos. Otros te vendrán a buscar directamente. Pero el hecho de preparar este espacio hace que lo podamos meditar, de manera que prime el bienestar del animal en todo momento.

P.- ¿Sería bueno darle algún tranquilizante a nuestra mascota en estos casos?

R.- Los tranquilizantes existen, es verdad. Hay suplementos naturales pero el efecto es bastante limitado. Para que funcione debemos empezar a dárselos una semana antes para que el cuerpo se vaya acostumbrando. Lo que funciona bastante bien son las feromonas. Son sustancias que nosotros podemos poner en el ambiente que son inocuas para el animal, y ayudan a que estén tranquilos. No es magia. Todo esto, tanto los suplementos alimenticios como los aceites esenciales o las feromonas son sustancias que ayudan a que el ambiente esté más relajado, y, por tanto, el animal también. Pero no son sedantes. No es una medicación que lo vaya a dejar completamente KO. Estas medicaciones deben darse siempre bajo vigilancia veterinaria y cuando sea realmente necesario, porque hablamos de medicaciones fuertes y no se pueden dar, salvo que estés formado para ello y estés constantemente con el animal para monitorizar que esté todo correcto.

P.-¿Por qué hay perros que no les afecta este tipo de ruidos?

R.- Depende del animal. Durante el periodo de socialización, que abarca entre los 12 y 15 primeros meses de vida del animal ha podido estar expuesto a ese estímulo. Este periodo de socialización es muy importante para los animales y ayuda para que no tengan futuros miedos. Por eso es tan importante que durante este tiempo tengan contacto con personas adultas y niños, con otros animales, perros, gatos, que estén espacio abiertos y cerrados, suelos transparentes, escaleras mecánicas… hay millones de estímulos. Por ejemplo, mi perra tiene pavor a los cojines o el agua a la hora de bañarse. Es algo que le da pánico. Que tengan cuantas más experiencias en el periodo de socialización mejor. Eso sí, debe ir siempre de un refuerzo positivo, es decir, cada vez que el comportamiento sea de tranquilidad, se premia. Porque habrá animales que hayan estado expuestos a ese estímulo y han tenido un refuerzo negativo y probablemente arrastrarán esa experiencia mala durante toda la vida. También los animales que han vivido esta socialización de una manera incorrecta, tendrán más miedos. Y estos miedos son los que más adelante pueden convertirse en agresividad como respuesta a ese miedo. Si durante esta época de socialización están expuestos a estímulos que se refuerza positivamente se puede minimizar los miedos en un futuro y, entre ellos, el de la pirotecnia. Aunque hay que tener en cuenta que no es tanto el ruido de los petardos, sino la vibración y los destellos. Por eso, aunque el animal esté correctamente socializado y esté acostumbrado a los petardos, cuando nos encontramos en un ambiente de verbena, de petardos y fuegos artificiales puede ser complicado gestionarlo. Es más, yo lo he vivido en mis propias carnes con mi perra. Esta última verbena lo ha pasado mal. El no saber de dónde viene el ruido les desespera.

P.- ¿Se sabe qué es lo que sienten? ¿Se les puede quedar un trauma?

R.- Sí. Es un episodio traumático. Lo que siente la mayoría de los animales es incertidumbre y miedo y no saben cómo reaccionar. Por eso, lo primero que hacen es huir. Como te decía, nosotros estábamos en casa con todo cerrado y la televisión de fondo, pero mi perra estaba muy nerviosa porque tenía la sensación, luego lo deduje, de que creía que el ruido venía de dentro, por eso quería salir fuera de casa. Yo tenía miedo por si me daba un tirón, a pesar de la correa, y se me escapaba. Pero salimos porque era lo que ella quería. Cuando se dió cuenta de que el ruido venía de fuera dio media vuelta y entró en casa, donde ya estuvo más tranquila.

Esto que cuentas es importante, el hecho de escuchar al animal. Es que mi labor como responsable y tutora, dueña, propietaria y compañera es buscar su bienestar, y darle lo que necesita en cada momento. Si el animal quiere esconderse no vayamos a sacarlo de debajo de donde sea; si él quiere estar ahí es que tiene que estar ahí, y si quiere estar encima de ti que esté. Hay que darle, en estas circunstancias, lo que animal necesita.

A los niños pequeños se les suele poner unos auriculares cuando van a los fuegos artificiales para mitigar el ruido y el impacto en sus oídos. ¿Hay algo parecido para las mascotas? Realmente podría ser una barrera física, pero es muy difícil que se lo tengan puestos porque se lo quitan. De hecho, cuando les pones un vendaje se les tiene que poner una campana, y, aun así, muchas veces se lo quitan. Es un elemento que les molesta. Les cuesta entender que eso les va a hacer un bien. Que podríamos ponerles algún tipo de tapón vale, pero se lo querían sacar.

P.- ¿Puedes darnos algún tip para tener en cuenta estos días?

R.- Es importante, en el caso de que es estemos en un lugar donde vaya a haber fuegos artificiales o verbenas, mantener la calma, porque, a veces, nosotros mismos nos ponemos nerviosos, y transmitimos ese nerviosismo a los animales. Ellos absorben nuestra energía y lo que transmitimos. Y si estamos nervioso o si nos encontramos mal ellos también lo notan. Hay que mantener la calma todo lo posible, darles el espacio que necesiten. Sobre todo, superimportante, mantener ventanas y puertas cerradas porque cada año tenemos consecuencias dramáticas. Debemos intentar que las fiestas sean más empáticas e inclusivas para todos. Para todas las personas que tienen diferentes tipos de sensibilidades y para las mascotas, que son parte de nuestra familia.