Las tormentas, los fuegos artificiales y hasta un portazo inesperado pueden ser una verdadera pesadilla para muchas mascotas. Perros temblorosos, gatos escondidos durante horas… El miedo a los ruidos fuertes es más común de lo que parece y puede generar un gran estrés en nuestros compañeros peludos. Pero, ¿cómo podemos ayudarles a superar esa ansiedad?
Tanto perros como gatos necesitan un lugar donde sentirse protegidos. Puede ser una habitación tranquila, una caseta, una caja con mantas o una camita escondida. Si tu mascota se esconde bajo la cama o en el armario durante una tormenta, no lo saques: respeta su refugio. También puedes acondicionar ese espacio con sus juguetes favoritos, una prenda con tu olor y algo de música suave. Ten en cuenta que la música clásica o los sonidos ambientales pueden ayudar a enmascarar los ruidos fuertes del exterior. Hay incluso listas de reproducción especialmente pensadas para mascotas en Spotify o YouTube. Lo importante es crear un ambiente tranquilo y constante que les ayude a relajarse.
Además, si tu perro o gato busca tu atención durante un episodio de miedo, puedes calmarle hablándole con voz suave o acariciándole si eso le tranquiliza. Pero evita sobreprotegerlo o reforzar su ansiedad. La clave está en actuar con naturalidad y transmitir calma, como si no pasara nada grave.
No olvides que existen difusores de feromonas sintéticas, tanto para perros como para gatos, que imitan las señales de bienestar que ellos mismos emiten. También puedes probar con suplementos naturales o flores de Bach, siempre bajo la supervisión de un veterinario. Estos productos pueden reducir la ansiedad sin efectos secundarios.
Entrena a tu mascota exponiéndola gradualmente a sonidos similares a los que le asustan, pero a un volumen muy bajo, y siempre en un ambiente positivo. Con el tiempo y la práctica, puedes aumentar el volumen mientras asocias esos sonidos con premios, juegos o caricias. Este proceso lleva tiempo, pero puede ser muy eficaz a largo plazo, pero no olvides que si el miedo es muy intenso y afecta gravemente a su bienestar, lo mejor es acudir a un profesional. El veterinario puede descartar problemas de salud y un etólogo (especialista en comportamiento animal) puede diseñar un plan personalizado de modificación de conducta.
El miedo a los ruidos fuertes es natural en muchos animales, pero con las herramientas adecuadas y nuestro apoyo, pueden aprender a gestionarlo mejor. Ya sea con un rincón seguro, música suave, o ayuda profesional, lo importante es que tu mascota se sienta acompañada y comprendida.