La Diputación de Ávila ha lanzado el proyecto Comercio Activo, apoyado por los Fondos Next Generation del Gobierno de España, para evaluar y mejorar la sostenibilidad del comercio rural.
Se realizó una encuesta a 265 comercios de las zonas de Barco-Piedrahíta y La Moraña, que permitió obtener datos sobre gestión de residuos, uso del agua y conciencia ambiental.
Los resultados muestran tanto avances como retos en la sostenibilidad. Un 45% de los residuos generados son envases de plástico, papel y cartón, un 30% son residuos orgánicos, un 10% electrónicos y un 15% otros materiales. Aunque el 40% de los comercios recicla, el 30% no separa residuos y un 10% los lleva a vertederos, lo que indica que hay mucho por mejorar, ya que solo el 15% ha comenzado a compostar.
Los comercios de alimentación y hostelería son los principales productores de residuos orgánicos, mientras que los minoristas dependen más de los envases. Los comercios tecnológicos enfrentan desafíos con los residuos electrónicos que requieren soluciones específicas.
En cuanto al uso del agua, aunque la mayoría tiene instalaciones adecuadas, solo unos pocos aplican medidas de ahorro. La gestión responsable del agua es vital, especialmente en el sector alimentario.Un aspecto positivo es el creciente interés de los comerciantes por adoptar prácticas sostenibles, aunque más de la mitad aún no lo hace. Sin embargo, muchos están dispuestos a mejorar si reciben apoyo técnico y económico, especialmente los comercios más nuevos y aquellos dirigidos por personas jóvenes con formación. La experiencia también cuenta; los negocios más antiguos pueden resistirse al cambio, pero su conocimiento puede ser una ventaja con la capacitación adecuada.
Como respuesta a esta situación, se han implementado varias acciones en el marco de Comercio Activo.
Formación ofrecida
Se ha ofrecido formación personalizada a 120 comercios, adaptada a sus niveles de digitalización y capacidad para aplicar prácticas sostenibles. Estas sesiones han tratado temas como la gestión de residuos, el uso del agua, la digitalización y el compostaje. Además, se proporcionaron cursos online y pendrives con el material educativo.
Cerca de 200 comercios también recibieron un manual práctico de economía circular, diseñado para el contexto rural, que incluye herramientas útiles y recomendaciones para implementar mejoras sostenibles.
El diputado Armando García Cuenca destacó que “La transición hacia modelos más circulares y responsables no solo es necesaria, sino que puede convertirse en un factor diferencial para los pequeños comercios rurales, que encuentran en la sostenibilidad una vía para reducir costes, fidelizar clientes y mejorar su resiliencia frente a un mercado cambiante. El proyecto Comercio Activo demuestra que, con diagnóstico, formación y acompañamiento, es posible avanzar hacia un comercio más respetuoso con el entorno, más competitivo y más alineado con los valores del territorio”.