La falta de precipitaciones y la continuidad de las altas temperaturas, inusuales en esta época del año, han obligado a las Junta de Castilla y León a prorrogar la declaración de época de peligro medio de incendios forestales en toda la Comunidad, lo que afecta también a Ávila, una provincia tradicionalmente castigada por el fuego y que este año -en el mes de enero- ya tuvo su primer episodio en este sentido.
La administración regional decretó dicha declaración desde el pasado 3 al 10 de abril, coincidiendo con la Semana Santa, una época en la que se produce mucho movimiento de gente debido a las vacaciones, entre provincias y entre Comunidades, lo que incrementa el riesgo de incendios a causa de la acción humana. Sin embargo, una vez finalizado este periodo vacacional, la situación actual obliga a que se prolongue durante una semana más, de modo que se ha extendido entre los días 10 y 17 de abril.
En estos días que ya dejamos atrás, Castilla y León ha sido testigo de nada menos que 91 incendios forestales (13 diarios de media) que tienen como causa principal la intervención de personas (intencionados, accidentales o por imprudencias), incluyendo en ello a los conatos de incendio, es decir, aquellos que han afectado a menos de una hectárea.
A finales del mes de enero, la provincia de Ávila ya vio los efectos del fuego con una incendio que tuvo lugar en el término municipal de Guisando y que arrasó más de 100 hectáreas, pero esta misma Semana Santa, también se han producido otros: un pequeño incendio entre Peguerinos y Las Navas del Marqués, en una zona de difícil acceso, pero que quedó en un susto, y otro en Piedralaves, en el paraje de la Zarzosa, para el que los bomberos de Protección Civil se emplearon a fondo para evitar que afectara a un pinar.
Con todo ello, ante el aviso de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), advirtiendo de un “nivel de riesgo meteorológico de incendio muy alto y extremo en determinados momentos, días y zonas de Castilla y León esta semana”, la Dirección General de Patrimonio Natural y Política Forestal ha ampliado la declaración.
Con ello, se prohíbe la quema de vegetación o de restrojos; encender fuego en las áreas de descanso de la red de carreteras; la utilización de maquinaria y equipos en los montes y en las áreas rurales situadas en una franja de 400 metros alrededor, cuyo funcionamiento genere deflagración, chispas o descargas eléctricas; el uso de material pirotécnico; o arrojar o abandonar objetos en combustión, además de que se refuerza el personal de guardia y de los medios desplegados en las comarcas de riesgo.