‘Lo hermoso que es reconocer lo estúpido que eres’. ¿En qué momento estos dos adjetivos, hermoso y estúpido van de la mano en la misma frase? Pues en el mismo en el que Alejandro Libre, acompañante en procesos de sanación y fundador de la escuela de pensamiento Frecuencia Gaia, decidió escribir este libro que, aunque el título sea cuanto menos chocante, es muy esclarecedor. Creo que da unas buenas pautas para ir desintegrando nuestro ego, liberarnos de su control, y ser, de una vez, verdaderamente LIBRES. Y lo pongo con mayúsculas porque la libertad que uno experimenta cuando descubre su grado de estupidez, y cómo te limita y te hace sufrir, no te queda más remedio que soltarla. Y eso es lo que hace Alejandro desde estas páginas, ayudarte a conseguirlo o cuanto menos a abrirte los ojos a una realidad más nueva y más buena.
¿Todos tenemos ese estúpido dentro?
Sí, quien más quién menos tiene sus creencias infundadas y percepciones subjetivas que no ha elegido ni aclarado. Hay quién se lleva mejor con esa estupidez y no parece serlo, pero en esencia, hay una parte de nuestra mente maleducada que nos hace ser menos inteligentes de lo que podríamos ser.
¿Por qué es tan maravilloso descubrirlo?
Porque es la manera de dejar de serlo y poder sacar a la luz la potencialidad que tenemos de forma innata. Todos somos genios. Es un hecho, como lo es también que quien descubre su genialidad es feliz. Descubrir la propia idiotez no es más que un primer paso, que no suele ser muy agradable porque le duele al orgullo, pero se hace para alcanzar un objetivo, Y cuando se logra, claro que es maravilloso.
¿Tenemos miedo de saber la verdad, y, sobre todo, si es de nosotros mismos?
Eso de la verdad es muy relativo. Yo prefiero llamarlo la certeza interior como dicta un capítulo del libro. Todos tenemos una historia real dentro de nosotros. Es una historia heredada, bien de la infancia, de la familia o de la cultura. Esa historia está encriptada, esperando al genio que la resuelva. Tenemos miedo de descubrir esa historia no tanto por lo que es sino porque nos muestra que las cosas no eran como nos las habíamos contado. El miedo, en ese sentido, es una opción.
¿Realmente nos hemos vuelto insensibles?
En la cultura occidental sí. Y yo iría más allá, apáticos, egoístas y materialistas. Tantas décadas escuchando a diario los problemas del mundo, saturándonos de información y haciéndonos creer que somos los culpables, es evidente que desemboca en un rechazo hacia la realidad de los demás. Ser sensible en un mundo plagado de desigualdades no es agradable y la gente sencillamente, quiere estar bien. Ser insensible es sobrevivir.
¿El ego y la idiotez van de la mano?
No necesariamente pero sí, suelen ser casi lo mismo. El ego no es más que un sistema de pensamiento dual, una manera de interpretar la realidad. Cuando el ego se enseña así mismo, coge el control de la realidad y así es como nos volvemos idiotas. El ego puede ser reeducado para que sirva a la verdadera voluntad en lugar de ser reactivo según el estado emocional de cada momento. Es una cuestión de autoridad interna.
¿Que prima más hoy en día ser diferente o tratar de ser rebaño y ser como los demás?
Si por primar te refieres a los premios que uno recibe, está claro que sale a cuenta ser rebaño y no levantar la cabeza. Si por primar te refieres a cual debe ser la prioridad te diría lo contrario porque todos somos genuinos, somos igual de diferentes. Es un hecho. Esto puede ser grandioso si aprendiéramos a enriquecernos de las diferencias. De hecho, nos sentimos realmente satisfechos cuando logramos ser diferentes y esa diferencia aporta al resto sin competir. El rebaño existe porque existe el miedo a ser diferente, sino seríamos un rebaño, sí, pero de seres muy diferentes.
¿Por qué unos tienen tanto éxito en esta vida y otros son tan desgraciados?
Pues lo que parecía cuestión de suerte, se descubre a través de la física cuántica que no, que es coherencia. El éxito o la desgracia tienen su base en el amor propio y la gratitud que uno se permita ser. La realidad tan sólo es el escenario que sigue a esa decisión interna, aunque los idiotas se empeñen en lo contrario. Es la mentalidad de víctima enfrentada con la visión de creador de una realidad. Es más fácil culpar lo de fuera cuando uno está mal que aprender a reconocerse como creador de las circunstancias. El verdadero éxito está en lograr esta relación con uno mismo de forma sana. Y recordemos que éxito no tiene que ver con tener sino con Ser. Hay algunos tan pobres que solo tienen dinero…
¿Todas las dolencias tienen un origen psicoemocional?
Entendiendo que la enfermedad es multifactorial, sí, el factor psicoemocional es, a mi parecer, el más importante dado que está a nuestro alcance poder cambiarlo para sanarse. Y si pensamos cómo ve el mundo una célula de nuestro cuerpo, veremos que nuestros pensamientos y emociones son el entorno de nuestras células. Ellas no ven el mundo. Para ellas su mundo somos nosotros, nuestros pensamientos, nuestros juicios y rencores del pasado o nuestras esperanzas de futuro. Lo que llamamos enfermedad solo es la respuesta a ese entorno psicoemocional.
En el libro hablas de que el sistema está enfermo ¿cuál es el origen en este caso de esa enfermedad?
Actualmente se nos dice que los gentiles, la gente de a pie, somos los culpables del cambio climático, de la propagación de virus que causan enfermedades, del malestar social, de la violencia de género, etc. Habría mucho que debatir al respecto, pero yo me pregunto si, por ejemplo, la contaminación y su consecuente cambio en el clima, no será porque las grandes multinacionales producen bajo el obsoletismo programado, o si las farmacéuticas son las que no dan con el tratamiento preciso por engordar sus beneficios, o si los que legislan lo hacen por el interés de la gente y el planeta o por su propio interés económico y social. Si buscamos un origen nos basta con identificar la avaricia desmedida de unos pocos y la culpabilidad y el miedo infundado del resto. En el libro, trato de abordar la causa principal, que, para mí, es la incoherencia a nivel individual entre lo que se siente, se piensa y se hace.
¿Qué es la coherencia biológica?
Sentir, pensar y hacer sin contradicción. Está más que demostrado desde el paradigma científico que alguien que siente, piensa y actúa en coherencia está sano. Y, por el contrario, las incoherencias entre sentimientos y acciones son el caldo de cultivo de los síntomas, que aparecen como reparación al estrés producido por conductas incoherentes, por mucho que nos cueste aceptarlo. Los síntomas son una fase de reparación biológica, resultado de haber vivido alguna situación de estrés, como los bomberos para un incendio. En ese sentido, la moral entra en conflicto con la coherencia y uno debe elegir, si ser bueno o ser coherente.
¿Qué es la psicogenealogía?
Es la ciencia que estudia el famoso conflicto transgeneracional. La psicogenealogía explica la resonancia inconsciente con el clan y con los ancestros. Las vivencias de nuestros antepasados determinan muchas de nuestras creencias y conductas. El inconsciente arrastra generación tras generación las situaciones vividas con estrés y sin solución de adaptación hasta que alguien termine con ello sacándolo a la luz y resolviéndolo. Aquí es donde la compasión se muestra como una ciencia que permite sanar los traumas en lugar de como un acto conductista. En esencia, la psicogenealogía nos muestra que tener un árbol genealógico y no estudiarlo es como tener el mapa del tesoro y no ir a buscarlo.
¿Es un error pensar en el futuro?
Si no es de forma productiva sí. Si pensamos en el futuro para hacer reales nuestros miedos presentes, error….no lo sé. Es torpe, porque tu cerebro, para el que no existe el tiempo como para ti, vivirá ese estrés en el presente. Es como hacerte daño aquí y ahora usando el futuro y pensar que te puedes proteger de ese posible daño en el futuro. Muy torpe. El futuro siempre es un misterio. Aceptado esto, conviene usar el futuro para enriquecer tu presente, disfrutando de los misterios que la vida nos ofrece y con la humildad de que, en verdad, sabemos muy poquito.
¿Qué es un instante santo?
Es aquel instante en el que se trasciende el velo de la percepción y recordamos a través de un estado que estamos completamente a salvo y que siempre lo estuvimos. Todos los grandes maestros hablan de la importancia del aquí y del ahora. El presente, que es donde siempre existimos, es simple pero infinitamente profundo. Y siempre está limitado por nuestra percepción de él dado que nuestra mente es obsesiva en cuanto a volcar toda la información interna para ver la concordancia con lo externo. El instante santo se produce en la mente de aquel que ha dejado de pedirle a este momento nada que sea fruto de su estado interno. En ese estado mental de completa aceptación y entrega, la realidad se muestra muy diferente, las opciones son más y mejores y uno comienza a ver que lo que sucede fuera no son más que los deseos internos.
¿Y la profecía autocumplida?
Es el poder de la voluntad. Nos convencemos de cosas, buenas o malas, y le ponemos mucha carga emocional, como si nos fuera la vida en ello. Alguien que cree que le van a despedir, una pareja que te va dejar porque ya no te quiere, un aparcamiento lleno cuando más lo necesitas, etc. Son elecciones que confundimos con realidades. Y como tenemos ese poder lo reconozcamos o no, lo creamos y sucede. Esa es la profecía autocumplida. La patético es cuando añadimos ese “¿ves cómo te lo dije?” sin reconocer que si no lo hubiéramos creído no hubiera sucedido. Nos colgamos la etiqueta de precavidos cuando en realidad estamos eligiendo que los peligros son reales.
Los políticos cumplen el papel de tiranos que los idiotas reclaman.
No seré el primero que dice que cada pueblo tiene los gobernantes que merece. Viendo la calidad de la política actual debe haber un gran número de personas que creen merecer esclavitud y carencia. A esos, a los que están confundidos con respecto a su verdadera identidad, les llamamos idiotas. Con cariño y también con cansancio, porque lo que más deseo para ellos es que despierten a una realidad donde ellos tienen el poder y la responsabilidad de ser lo que realmente les haga feliz ser. Y no creo que ser esclavo del dinero, de las leyes o del trabajo le haga feliz a nadie.
¿Todas las situaciones que nos pasan en la vida son de provecho? Porque muchas personas te dirían que no.
Es una visión que muestran las enseñanzas espirituales dado que entienden que todas las experiencias de la vida son válidas y suceden por algo y para algo. Si uno consigue descubrir el sentido y propósito de su vida, verá con gratitud que todo lo sucedido en el pasado sucedió como tenía que suceder. Esto no significa que tuviera que ser bonito o agradable, pero sí de provecho. Porque todo lo que Eres en este instante es la consecuencia de todas y cada una de las experiencias vividas. Por tanto, sí, de una u otra forma, con un sentido u otro, todo es de provecho. Quien descubre esta verdad nunca vuelve a sufrir. Los que se resisten siguen sufriendo. Y sí, ese sufrimiento también será de provecho si así lo eligen.
¿Cuál es la base de una vida feliz?
Primero la coherencia individual, algo de lo que carecemos actualmente. Cada uno debe conocer sus sentimientos y emociones, las bonitas y las feas, las agradables y desagradables, y saber crear una vida en coherencia. Actualmente nos cuesta porque no sabemos decir que no, no pensamos en términos de lo que queremos si no de lo que podemos, no conocemos esas emociones… Sencillamente, no le prestamos atención. Una vez conseguida la coherencia para con uno mismo, lo que más felices nos hace es compartir. La generosidad, el altruismo y la compasión son mecanismos naturales de felicidad. No es filosofía barata. Es real y simple. Amar al prójimo como a mí mismo es la receta más infalible del bienestar y la felicidad.
Una de las claves es la inversión del pensamiento ¿cómo se hace eso?
Se trata de pensar en sentido opuesto. Estamos acostumbrados a percibir que lo que se piensa es el resultado de lo que pasa en lo externo. Como si nuestra conducta se basara en reacciones constantemente. Invertir el pensamiento es cambiar ese sentido, es decir, atreverse a pensar que es al revés, que lo que pasa en la realidad es la consecuencia de como pienso. Decimos que tal persona nos cae bien o mal después de conocerla, pero ¿y si fuera al revés? ¿Y si te pareció simpática o antipática porque en tu mente ya estabas condicionado a que así fuera? La percepción es un resultado y no una causa. Invertir el pensamiento consiste en hacer conciencia de este hecho, descubrirme como observador de mis pensamientos y así reconocerme como alguien proactivo y no reactivo.