LA ESCUELA TAURINA DE MADRID DE NUEVO EN EL BATÁN

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ENTRADA A LA VENTA DEL BATÁN

La Escuela Taurina de Madrid vuelve a la Venta del Batán

 La historia de la Venta del Batán tiene mucha importancia pese a que, una vez más, quiera “cambiarse” como se está cambiando la Historia de España.

Unas instalaciones  donde se exhibían los toros a lidiarse en la Feria de San Isidro, en las distintas corraletas con el cartel correspondiente en cada una de ellas indicando a qué ganadería pertenecían los toros que el visitante contemplaba porque, los aficionados podían identificarlos por el hierro pero al Batán acudía público de todo tipo, condición y nacionalidad.

Corraletas de El Batán
Tapia y entrada al Patio de Mayorales

 

 

Allí tuvo su base la Escuela de Tauromaquia creada en tiempos en que era alcalde de la capital Enrique Tierno Galván, socialista aunque no del soe, que se puso de acuerdo con la oposición representada por José María Álvarez del Manzano; de ese pacto salió la Escuela de Tauromaquia “Marcial Lalanda”.  Hoy no se recuerda que Enrique Tierno en 1951escribió el libro “Los Toros como acontecimiento Nacional” (Si, Nacional, así como se escribe y suena) y siempre manifestó que “los toros expresan los estados de conciencia más profundos de los españoles en su ámbito cultural”. Algo que algunos quieren dejar de lado y que se olvide porque “ahora son otros tiempos”. Los “tiempos nuevos” trajeron un gobierno a Madrid que decidió que los toros no eran  cultura, y quiso cerrar las instalaciones del Batán. Los profesores y alumnos, “repudiados por su ayuntamiento” se refugiaron en la plaza de Las Ventas propiedad de la Comunidad. El nuevo cambio en la alcaldía ha llevado las cosas al cauce que corresponde y el pacto Comunidad – Ayuntamiento (ambos regidos por el mismo partido) ha devuelto a la Escuela Taurina, ahora con el nombre de José Cubero “Yiyo”,  a las instalaciones de la Venta del Batán de donde nunca debieron salir.

Casi sesenta alumnos/as se reparten entre la nave de entrenamiento y la placita de toros donde tratan de asimilar, corregir y poner en práctica lo que les explican los profesores, Rafael de Julia y Miguel Rodríguez, buenos toreros que salieron de esta Escuela y que ahora tienen la responsabilidad de la enseñanza, no solo taurina, de los que han decidido ser toreros y llegar a lo más alto algo que saben es muy complicado desde que comienzan y entran en el pabellón donde un gran cartel reza “Llegar a ser figura en el toreo es casi un milagro”.

Un grupo entrenando                                                                                      

Julián Agulla