LOS TRES TOREROS A HOMBROS EN LA CORRIDA BENÉFICA DE TOLEDO

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CORRIDA BENÉFICA EN TOLEDO CON LOS TRES TOREROS A HOMBROS

El pasado sábado 23 de marzo, se celebró en Toledo una corrida de toros con carácter benéfico con el fin de recaudar fondos para la “Fundación del hospital nacional de parapléjicos para la investigación y la integración”.

Si alguien pensó que el cartel tenía poco atractivo, se equivocó de plano. Con una excelente entrada, más de tres cuartos de plaza, hicieron el paseíllo Eugenio de Mora, Gómez del Pilar y Ángel Téllez que sustituyó al anunciado Álvaro Alarcón que había sufrido una fractura en la clavícula entrenando unos días antes. Los toros llevaron el hierro de Alcurrucén.

Hubo mucho que torear pues los toros tuvieron un comportamiento exigente y con poca entrega. La veteranía de Eugenio de Mora fue clave para sacar partido de sus dos toros muy distintos: Más pronto y con más recorrido el primero al que toreó con muletazos largos y por abajo, con torería en los adornos y remates. Con más de media hizo rodar al toro y paseó la primera oreja del festejo. Otra le cortó al cuarto, más soso y distraído al que despenó de una gran estocada.

Gómez del Pilar toreaba al día siguiente en Madrid y se oyeron frases demasiado ligeras “vendrá de paseo y no se arriesgará porque mañana tiene un compromiso muy importante”. Para evitar distracciones y equívocos, Noé se fue a recibir a su primero con una larga en la puerta de toriles y otra en el tercio para luego comenzar la faena de rodillas y ganarse una oreja a pulso y temple. El quinto lo brindó al público y comenzó doblándose por bajo porque el toro era un poco incierto. Valiente el torero, siempre en el sitio para sacarle unos naturales que se jalearon y terminar con los pitones rozando la chaquetilla en alarde de valor. Otra oreja que le abría la puerta grande.

Ángel Téllez entró por la vía de la sustitución pero no estaba desentrenado. Entendió perfectamente a su primero, le dio tiempo y distancia y le cuajó una buena faena destacando los naturales, su mano templada, y finalizó con unas ajustadas manoletinas. Las dos orejas como premio. El sexto empujó en varas y sacó al caballo fuera de las rayas y llegó a la muleta embistiendo a trompicones por lo que Ángel tiró de valor ante los parones. Otra oreja y puerta grande por la que salió junto a sus compañeros.

Podría hablarse de generosidad en el palco, pero la causa por la que se gestó el festejo era todo generosidad desde que se anunció. Toreros y ganaderos fueron generosos y lo fue el público que casi llena los tendidos. ¿Por qué no iba a serlo el presidente?

J. Agulla