Segundo «Encuentro Taurino» de la Peña «Los Areneros» de Madrid con el torero Víctor Hernández

Segundo «Encuentro Taurino» de la Peña «Los Areneros» de Madrid con el torero Víctor Hernández

EL TORERO VÍCTOR HERNÁNDEZ EN EL SEGUNDO “ENCUENTRO TAURINO” DE LA PEÑA “LOS ARENEROS” DE MADRID

La mañana del domingo 9 de marzo tuvo lugar la segunda jornada de los “Encuentros Taurinos” que ha programado la Peña Taurina “Los Areneros” de Madrid.

Pese a lo desapacible del tiempo, con lluvia incesante, la Sala Cultural “Antonio Bienvenida” de la Plaza de “Las Ventas” registró una muy buena entrada que ya quisieran muchos empresarios en los festejos que organizan.

En esta ocasión fue el torero Víctor Hernández el centro de atención e invitado en el coloquio. Fueron sus compañeros de mesa el presidente de la Peña, Carlos Palmeiro y a Julián Agulla ejerciendo las labores de dirección y moderación.

Tras las palabras del presidente dando las gracias a los asistentes, al torero y al Centro de Asuntos Taurinos por facilitar el Aula para los encuentros, se inició la charla con unas palabras de Agulla sobre la trayectoria del torero, de la Escuela Taurina de Guadalajara al que conoció, en sus inicios de becerrista, cuando participó en un Certamen de tentaderos organizado por el ganadero Ginés Bartolomé en Colmenar Viejo en el que quedó como segundo clasificado. Según comentó el moderador “vista la actuación, fui siguiendo su trayectoria y le fui a ver porque se intuía su progresión. De ahí a estar presente la tarde en que salió a hombros, de novillero en Las Ventas y también en la alternativa en Alcalá de Henares”.

Víctor Hernández recordaba todo eso con la perspectiva que da el tiempo pero manteniendo siempre el mismo concepto que apuntó de novillero: zapatillas asentadas, adelantar el engaño, pasarse al animal muy cerca cargando la suerte y girando la muñeca. Un sueño que parecía imposible se cumplió al salir a hombros en Madrid de novillero, algo deseado pero muy complicado de conseguir. Ese día lo disfrutó pero pensando que era el comienzo de un largo y duro camino. Igual que la alternativa, una fecha que todos los toreros recuerdan por lo que tiene de trascendental en su carrera; salir por la puerta grande ese día fue otro de los momentos de alegría que van forjando la personalidad.

El torero vio su participación en la Copa Chenel el año pasado como algo muy positivo porque le dio a conocer a toda la afición y a las empresas al haber sido el triunfador tras ir superando las fases de clasificación y rematar en el mano a mano final en Móstoles el 30 de junio con  otra puerta grande  al cortar una oreja a un toro de Pedraza de Yeltes y otra al de Victoriano del Río con una vuelta al ruedo tras la faena al de Baltasar Ibán.

Agulla, Víctor Hernández y Palmeiro

Se recordó su última tarde en Madrid en la Feria de Otoño con una corrida dura y exigente de Fuente Ymbro y dos compañeros de tronío: Paco Ureña y Roca Rey. Superó el examen con un  notable alto sin que le influyera el raro y crispado ambiente en los trasteos de Roca Rey y la forma trágica de torear de Ureña. La oreja que paseó le supo a gloria.

En este San Isidro, Víctor Hernández torea una tarde, la del 10 de mayo, ante toros de El Pilar y Diego Urdiales y David Galván de compañeros. Poco premio para un torero que, según los asistentes a la charla, merecía algo más.

El torero se mostró muy seguro en todo momento y convencido de que el camino a seguir es el que emprendió en sus comienzos: toreo de pureza y clásico amparado en una buena dosis de valor que le permite sacar partido a muchos toros.

Una jornada muy interesante que terminó con intervenciones del público. Una pregunta para cavilar fue la dirigida a Palmeiro y a Agulla sobre qué tendría que tener Víctor Hernández para ser considerado como torero de Madrid. Ambos coincidieron en que lo primero es ganarse el respeto de la afición y eso se consigue con una actitud seria, responsable y de compromiso, por eso estuvieron de acuerdo en que el torero va por el buen camino para que se le dé esa categoría aunque aún queda un largo camino.

Carlos Palmeiro entregó al torero una escultura de un arenero alisando la arena, seguramente de la Monumental de Las Ventas.

J. Agulla

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Pese a lo desapacible del tiempo, con lluvia incesante, la Sala Cultural “Antonio Bienvenida” de la Plaza de “Las Ventas” registró una muy buena entrada que ya quisieran muchos empresarios en los festejos que organizan.

En esta ocasión fue el torero Víctor Hernández el centro de atención e invitado en el coloquio. Fueron sus compañeros de mesa el presidente de la Peña, Carlos Palmeiro y a Julián Agulla ejerciendo las labores de dirección y moderación.

Tras las palabras del presidente dando las gracias a los asistentes, al torero y al Centro de Asuntos Taurinos por facilitar el Aula para los encuentros, se inició la charla con unas palabras de Agulla sobre la trayectoria del torero, de la Escuela Taurina de Guadalajara al que conoció, en sus inicios de becerrista, cuando participó en un Certamen de tentaderos organizado por el ganadero Ginés Bartolomé en Colmenar Viejo en el que quedó como segundo clasificado. Según comentó el moderador “vista la actuación, fui siguiendo su trayectoria y le fui a ver porque se intuía su progresión. De ahí a estar presente la tarde en que salió a hombros, de novillero en Las Ventas y también en la alternativa en Alcalá de Henares”.

Víctor Hernández recordaba todo eso con la perspectiva que da el tiempo pero manteniendo siempre el mismo concepto que apuntó de novillero: zapatillas asentadas, adelantar el engaño, pasarse al animal muy cerca cargando la suerte y girando la muñeca. Un sueño que parecía imposible se cumplió al salir a hombros en Madrid de novillero, algo deseado pero muy complicado de conseguir. Ese día lo disfrutó pero pensando que era el comienzo de un largo y duro camino. Igual que la alternativa, una fecha que todos los toreros recuerdan por lo que tiene de trascendental en su carrera; salir por la puerta grande ese día fue otro de los momentos de alegría que van forjando la personalidad.

El torero vio su participación en la Copa Chenel el año pasado como algo muy positivo porque le dio a conocer a toda la afición y a las empresas al haber sido el triunfador tras ir superando las fases de clasificación y rematar en el mano a mano final en Móstoles el 30 de junio con  otra puerta grande  al cortar una oreja a un toro de Pedraza de Yeltes y otra al de Victoriano del Río con una vuelta al ruedo tras la faena al de Baltasar Ibán.

Agulla, Víctor Hernández y Palmeiro

Se recordó su última tarde en Madrid en la Feria de Otoño con una corrida dura y exigente de Fuente Ymbro y dos compañeros de tronío: Paco Ureña y Roca Rey. Superó el examen con un  notable alto sin que le influyera el raro y crispado ambiente en los trasteos de Roca Rey y la forma trágica de torear de Ureña. La oreja que paseó le supo a gloria.

En este San Isidro, Víctor Hernández torea una tarde, la del 10 de mayo, ante toros de El Pilar y Diego Urdiales y David Galván de compañeros. Poco premio para un torero que, según los asistentes a la charla, merecía algo más.

El torero se mostró muy seguro en todo momento y convencido de que el camino a seguir es el que emprendió en sus comienzos: toreo de pureza y clásico amparado en una buena dosis de valor que le permite sacar partido a muchos toros.

Una jornada muy interesante que terminó con intervenciones del público. Una pregunta para cavilar fue la dirigida a Palmeiro y a Agulla sobre qué tendría que tener Víctor Hernández para ser considerado como torero de Madrid. Ambos coincidieron en que lo primero es ganarse el respeto de la afición y eso se consigue con una actitud seria, responsable y de compromiso, por eso estuvieron de acuerdo en que el torero va por el buen camino para que se le dé esa categoría aunque aún queda un largo camino.

Carlos Palmeiro entregó al torero una escultura de un arenero alisando la arena, seguramente de la Monumental de Las Ventas.

J. Agulla

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