El concejal de Movilidad y Régimen Interior, Iñaki Jiménez, ha presentado el contenido del proyecto de Zona de Bajas Emisiones en la ciudad de Toledo, que se aplicará solo al Casco Histórico y que el equipo de Gobierno calcula que entrará en vigor el 23 de diciembre de este año.
El concejal ha explicado que el proyecto, aprobado el 10 de julio del 2025 estará en información pública hasta el 27 de agosto. Una vez cerrado este periodo y hasta el 17 de septiembre todos los ciudadanos, vecinos, empresas o entidades que lo deseen podrán presentar sus alegaciones.
Posteriormente, el anteproyecto de la ordenanza se aprobará en la Junta de Gobierno Local y se abrirá un periodo de alegaciones para los grupos políticos Hasta el 3 de octubre.
Una vez realizado este trámite se aprobará de manera inicial en el pleno del 9 de octubre y saldrá a exposición pública hasta el 21 de noviembre, tal y como ha informado el Consistorio en nota de prensa.
La aprobación definitiva está prevista que se realice el 28 de noviembre para su entrada en vigor el 23 de diciembre de 2025.
Se trata de una medida «obligatoria, necesaria y viable que aplicamos de forma exclusiva en el Casco Histórico con todas las garantías técnicas y jurídicas». Con ello, ha afirmado, «damos un paso adelante hacia una movilidad más sostenible, compatible, sobre todo, con la protección del patrimonio y la calidad de vida de nuestros vecinos».
De este modo, el concejal ha detallado los pormenores más significativos que incluye este texto que es una obligación legal derivada de la normativa estatal y europea, al amparo de la Ley de Economía Sostenible del año 2011, así como la Ley del Cambio Climático del año 2021, que exigen que todos los municipios de más de 50.000 habitantes deben tener un Plan de Movilidad Urbana Sostenible.
En este sentido, Jiménez ha destacado que Toledo no es una ciudad con una alta contaminación ambiental, de hecho, «tan solo en el Casco Histórico se encuentra una isla de calor como consecuencia del trazado urbano de este barrio, por lo que únicamente se restringirá el paso en esta zona de la ciudad».
Así, el perímetro estará limitado entre el río Tajo y la muralla de la ciudad, y el acceso estará controlado desde cuatro puntos: la puerta de Bisagra, la cuesta de Doce Cantos, la calle Gerardo Lobo y el paseo de Recaredo.
De hecho, los pivotes del Casco Histórico van a estar operativos las 24 horas del día, los siete días de la semana, excepto las tres horas reguladas para la carga y descarga.
Los vehículos que están exento de las restricciones son los siguientes: aquellos que cuenten con distintivo ambiental Cero, ECO y CE; los servicios de emergencia y seguridad y los vehículos de personas con movilidad reducida y todos los residentes empadronados antes de la entrada en vigor de la ordenanza, es decir, hasta el 31 de diciembre del 2030 así como vehículos de carga y descarga en horario habilitado.
En este punto, el concejal de Movilidad ha querido dejar claro que «todos los vehículos de cualquier barrio de la ciudad, empadronados en Toledo, podrán acceder al Casco Histórico sin problema, aunque no tengan etiqueta».
«Hay una moratoria hasta el 31 de diciembre de 2030 en la que prácticamente estarán exentos, tanto los toledanos como los no residentes, aunque estos últimos deberán acceder a un parking, en ningún caso a una zona azul y mucho menos a una verde sin ser residentes», ha puntualizado.