Durante el verano, es fundamental prestar atención especial a la importancia de cuidar a los niños y tomar medidas adicionales para prevenir golpes de calor y accidentes en las piscinas y otras áreas de natación.
Para garantizar un baño seguro, debemos tener una atención especial a los más pequeños, que nunca deben adentrarse solos a áreas acuáticas ni acercarse al borde de las piscinas, además debemos evitar zambullirnos bruscamente sin conocer la profundidad y los objetos que se encuentran en el fondo. Si vamos a nadar en la playa, es importante revisar la bandera que está ondeando en el momento del baño para asegurarnos de que no haya restricciones: si la bandera es roja, debemos abstenernos de bañarnos, y si la bandera es amarilla, debemos tomar precauciones al sumergirnos.
En la temporada de verano, es fundamental cuidar nuestra salud además de disfrutar de actividades acuáticas con precaución. No debemos ignorar la necesidad de mantenernos hidratados, usar protector solar y evitar la exposición solar en el horario más intenso para prevenir lesiones en la piel y golpes de calor.
Tampoco es recomendable transitar sin calzado en áreas húmedas o inundadas. En el momento de zambullirse en el agua, debemos tener en cuenta el riesgo de lanzarse de cabeza en aguas cuya profundidad se desconoce. Además, debemos evitar cambios abruptos en la temperatura corporal al sumergirnos después de una prolongada exposición al sol o realizar actividad física intensa.
Además, aquellos personas que sufren una afección infecciosa de transmisión acuática o a través de la piel no deben bañarse, por peligro de infección, en las área destinadas a los bañistas.
Debemos seguir especialmente todas estas recomendaciones en las piscinas particulares y en aquellas que, debido a su dimensión, no estén obligadas a disponer de un socorrista.