La refinanciación de la hipoteca está teniendo mayor peso en los últimos años. La principal fortaleza de esta fórmula radica en la capacidad para permitir a los dueños de viviendas reorganizar sus préstamos ya existentes con el propósito de obtener condiciones más beneficiosas.
En estas circunstancias, está en aumento el uso generalizado de esta opción, por ejemplo, cuando los tipos de interés aumentan o cuando las situaciones financieras del cliente se modifican.
A pesar de ser uno de los productos más exitosos en el mercado de préstamos hipotecarios, en la actualidad existen varios aspectos a considerar para determinar si podemos acceder a una reestructuración y en qué situaciones es recomendable aprovecharla.
¿Cuáles son los requerimientos necesarios para mejorar las condiciones mi préstamo hipotecario?
Existen distintos elementos que determinan si es factible y es financieramente beneficioso solicitar una refinanciación hipotecaria. El análisis inicial implica evaluar cuándo es aconsejable modificar los términos de una hipoteca, por lo que se sugiere considerar tres variables:
- Capital pendiente: Se aconseja que el saldo pendiente a la entidad financiera sea mayor a los 50.000 €.
- Cantidad a refinanciar: Es factible refinanciar hasta el 80 % de la cuantía de compra de la hipoteca.
- Interés: Con el fin de que la refinanciación merezca la pena, la tasa de interés debe superar el 2,5%.
En relación a lo que solicitarán los bancos para obtener una refinanciación, es importante mencionar que cada entidad tiene sus propios criterios, aunque existen algunas condiciones que son compartidas por la mayoría de las instituciones:
- Plazo mayor a un año: Debe haber transcurrido más de un año desde la concesión del préstamo. Lo óptimo es que hayan pasado más de cuatro años, cuando la hipoteca ya es considerada más «experimentada».
- No haber solicitado una ampliación de capital: Es relevante que no se haya llevado a cabo una ampliación de la hipoteca actual.
- No haber realizado más de dos refinanciamientos previamente: Si se ha refinanciado la hipoteca en dos ocasiones o más, es habitual que los bancos comiencen a denegar una nueva refinanciación. Hasta dos refinanciamientos son aceptados.
- Estabilidad: Es claro que la entidad puede verificar que las condiciones económicas de quien solicita la refinanciación de su préstamo hipotecario sean apropiadas. Esto implica que la persona tenga estabilidad en su empleo y un nivel de deuda aceptable.
Antes a tomar la decisión de refinanciar tu hipoteca, hay múltiples aspectos que debes considerar para determinar si el beneficio económico merece la pena.
Es necesario verificar si el valor actual del inmueble se ha mantenido o aumentado, pues se llevará a cabo una evaluación previa a la refinanciación. Además, es importante considerar los gastos de amortización y de subrogación, especialmente a partir de 2024. Esto se debe a que en dicho año expira la medida gubernamental en virtud de la cual los bancos no pueden cobrar estas comisiones. Ahora, los propietarios de hipotecas deberán asumir este coste en caso de optar por la refinanciación.
En resumen, la refinanciación es una excelente manera de reducir gastos y optimizar los términos de una hipoteca, sin embargo, es fundamental considerar sus implicaciones y determinar los casos en los que resulta más favorable.