Nuestra piel es mucho más que una simple envoltura: es el órgano más extenso que posee nuestro cuerpo y desempeña importantes funciones como la protección frente al medio ambiente, la regulación de la temperatura, el mantenimiento del equilibrio hídrico, la síntesis de vitamina D. También es un elemento importante de nuestra apariencia física, tanto que incluso puede influir en nuestra autoestima.
El verano, sin embargo, puede poner a prueba nuestra piel afectando todas estas funciones pues, con la exposición al sol, el calor, el viento y la polución, la piel tiende a deshidratarse y perder vitalidad.
“Desde que nacemos es importante mantener la hidratación y una serie de cuidados de la piel, adaptándonos a cada edad, tipo de piel y parte del cuerpo; con el fin de mantener la salud y prevenir el envejecimiento (arrugas, manchas, rugosidad…). A partir de los 30 años, las necesidades de hidratación y tratamientos de la piel aumentan progresivamente”, comenta la Dra. María Victoria Fernández Ochando, médico especializada en medicina estética.
Dicen los dermatólogos, que el ácido hialurónico es uno de los mejores ingredientes para preparar la piel antes del verano y repararla después, ya que, desde el mes de marzo hasta octubre, es cuando más expuestos estamos a los rayos ultravioleta, y a otros factores como el clima seco, la exposición al viento, la polución y las temperaturas extremas, que pueden afectar tanto a la salud, como al aspecto y a la hidratación de nuestra piel.
¿Por qué sumar ácido hialurónico en la rutina facial en verano?
En un clima moderado, nuestro cuerpo pierde por la piel (sudoración + transpiración insensible), aproximadamente medio litro de agua al día y, durante los meses de más calor, esta pérdida puede ser aún mayor y no se recupera sólo con cremas o cosméticos. Y, en verano, esta pérdida suele ser mayor. Por eso, para mantener una correcta hidratación y salud de la piel, es importante tener en cuenta también el ácido hialurónico.
“El ácido hialurónico está presente en la matriz extracelular de la piel, cartílagos y otros tejidos conectivos del cuerpo que tienen una alta capacidad de hidratación, atrayendo y reteniendo la humedad en la piel, pero su concentración disminuye con la edad”, dice la doctora. El ácido hialurónico no sólo sirve para rellenar arrugas o dar volumen en áreas faciales o corporales, sino que además sirve para mejorar la hidratación, ya sea puro o combinado con péptidos, vitaminas y factores de crecimiento. Por eso, es recomendable reforzar la rutina de cuidados incluyendo tratamientos médico-estéticos a base de ácido hialurónico, actuando desde dentro para hidratar intensamente, mejorar la calidad de la piel y combatir signos como la rugosidad, la pérdida de luminosidad o las arrugas finas.
“Se suele aplicar en la piel sana de la cara, el cuello, el escote y las manos, que son las zonas más expuestas al exterior y donde más apreciamos los signos de envejecimiento. Desde los primeros días post tratamiento se evidencia una piel más sana y radiante, hidratada en profundidad y más protegida y reparada del daño generado por los rayos UV u otros agentes externos. Así mismo, disminuye progresivamente la apariencia de las arrugas finas, especialmente las que vemos alrededor de los ojos y la boca”, explica la Dra. Fernández.
Las 6 claves para mantener una buena hidratación
Es fundamental cuidar la piel tanto desde nuestro interior como desde el exterior. Por eso, la Dra. Maria Victoria Fernández recomienda seguir las siguientes claves para lucir una piel ideal, no sólo este verano sino el resto del año:
1. Cuida tu piel a diario: Limpia, hidrata, tonifica con productos de calidad, y mantén una buena higiene con cuidados cosméticos adecuados a tu tipo de piel, pautadas de forma individual, para mantener la integridad de la capa córnea y su barrera lipídica. No olvidar usar un fotoprotector durante todo el año, incluso los días que no hay sol.
2. Bebe agua: Hidratarse correctamente. Se recomienda beber al menos 1,5 litros de agua por día para compensar la pérdida de líquidos.
3. Aliméntate con conciencia: Incorpora vegetales de todos los colores y de temporada, suficientes proteínas y grasas saludables. Complementa con suplementos si lo necesitas (antioxidantes, precursores del colágeno, omega 3, minerales, vitaminas, etc). Lleva una dieta rica en vegetales y frutas frescas, vitaminas A, B y E, selenio, zinc, antioxidantes y ácidos grasos insaturados.).
4. Descansa bien: Tener una correcta higiene del sueño y control del estrés. Dormir suficiente y gestionar el estrés ayudan a mantener la salud y a reparar la piel.
5. Evita lo que te daña: El tabaco, el alcohol, la contaminación, el sol en exceso o los cambios bruscos de temperatura pueden deteriorar tu piel.