Estos son los platos que te harán entrar en calor este invierno

142

Mientras el frío envuelve nuestros hogares la cocina invernal no es simplemente una obligación para enfrentar el frío, sino una festividad de gustos que acarician nuestro paladar.

La cocina de invierno en España ofrece una gran variedad de platos reconfortantes que hacen «entrar en calor» a nuestro cuerpo y nuestro paladar.

Arroces caldosos que calientan el espíritu

En la península ibérica, el arroz se erige como el protagonista durante los meses más fríos del año. Desde la emblemática paella valenciana hasta el arroz meloso, cada cucharada representa un cálido bocado. Alrededor de estas exquisitas preparaciones humeantes, el cuerpo y el paladar se reconforta delante de un excelente arroz invernal.

El cocido madrileño

Una combinación de garbanzos, carne y verduras en una olla que hierve a fuego lento, libera fragancias que llenan el hogar con la promesa de sabores inolvidables: así es el famoso cocido madrileño. Este plato tan emblemático es una sinfonía de capas de sabor, donde cada cucharada representa un viaje por la historia culinaria española.

Fabada asturiana

Asturias entona su himno invernal peculiar con el plato característico de la región, la fabada asturiana. En este guiso, los vegetales se mezclan con la morcilla y el chorizo, generando una mezcla de sabores que evoca la esencia del invierno. Esta preparación densa es un alivio en cada bocado, convirtiendo la cocina en un santuario acogedor.

Desde el gazpachuelo hasta la sopa castellana

En invierno, las nuestras sopas son verdaderas obras maestras que brindan consuelo al cuerpo. El gazpachuelo, una sopa de Málaga, resulta ser un suave remedio con huevo y ajo. Por otro lado, la sopa castellana es contundente y combina pan, huevo y ajo, logrando una mezcla de sabores y texturas que desafían el clima frío y confortan el espíritu.

 

Los churros con chocolate, buñuelos y mantecados

En España, el invierno no estaría completo sin una dulce satisfacción. Churros con chocolate caliente, buñuelos rellenos de crema o chocolate, y mantecados que se disuelven en la boca, son lujos que calman tanto el cuerpo como el alma.

La cocina invernal va más allá de una lista de recetas; es una narración de costumbres que se muestra en cada plato. Los componentes se transforman en protagonistas, y cada mordisco es un episodio de relatos familiares y recetas confidenciales transmitidas de una generación a otra. De tal manera, mientras las calles se adornan con escarcha, las nuestras cocinas brillan con el encanto del invierno.