Estar delgado y saludable es algo que está más de moda que nunca. Y sobre todo, llegadas estas fechas en las que el buen tiempo se acerca, y vamos desprendiéndonos de ropa. Hay tantas dietas en el mercado para conseguir ese estado físico ideal, que no se sabe, si todas sirven para todos, ni cuál es la mejor. En esta ocasión, hemos charlado con el doctor José Luis Sambeat, experto en diagnóstico, control y tratamiento de la obesidad, y doctor honoris causa en Ciencias de la Salud por la sociedad científica internacional SIISDET, que nos ha informado sobre los beneficios de la dieta mitocondrial ¿sabes en qué consiste? Pues él lo explica de una manera muy gráfica y sencilla.
P.- ¿Qué es la dieta mitocondrial?
R.- Para que se entienda bien. La parte más importante de la célula, además del núcleo es la mitocondria. Imagínate que esta es como un hornillo de cocina, que utilizamos continuamente. Si no lo limpiamos, la llama es cada vez más pobre y va perdiendo efectividad. Pues la mitocondria es la parte de la célula que quema la energía de los ácidos grasos y los azúcares. Si tenemos una mitocondria vieja y sucia, la célula es más ineficiente y tiene menos energía. Por eso, lo que tenemos que hacer, además de alimentarnos de una manera correcta, es intentar mejorar y limpiar esa mitocondria. De esta manera la célula podrá quemar mejor y de una manera más eficiente la grasa que nosotros ingerimos.
P.- ¿Qué factores pueden estropear esa mitocondria?
R.- Desde luego una mala alimentación, con un exceso de grasas; las comidas procesadas; no dormir; muchos factores ambientales; el estrés, y otros muchos que, por desgracia, hoy en día, nos rodean, porque con nuestro tipo de vida occidental, tenemos a la vuelta de la esquina, algún factor que nos puede estropear la mitocondria.
P.- ¿En qué se basa esta dieta?
R.- Precisamente en limpiar esas mitocondrias, a la vez que aportamos al organismo una alimentación adecuada, para que la energía se produzca de una manera eficiente.
P.- ¿Qué principios tiene este plan nutricional?
R.- Yo planteo, siempre, que hay que partir de la base de que ponerse una meta fija, respecto a perder peso, es una equivocación. Porque la meta nunca debe ser perder peso, sino mantenerlo. Es decir, hay que ponerse a dieta para no recuperar el peso perdido, porque si la meta es adelgazar, lo que vamos a hacer una vez que lo conseguimos es olvidamos de la dieta, y al final no nos enfocamos en lo importante, que es aprender a comer para no recuperar el peso que se ha perdido. De modo que con este plan perder peso es una meta intermedia, y la meta final es la de no recuperar el peso que se ha conseguido perder.
P.- ¿En qué consiste este plan?
R.- Dentro del plan, consideramos que es fundamental que sea una dieta equilibrada, nutricionalmente hablando. Es decir, que no sea una dieta milagro, y que el paciente pueda comer todo tipo de alimentos y la cantidad que quiera. Si en el plan nutricional pone pollo, puedes comerlo frito, asado, en salsa, como quieras. Con lo cual no se produce una monotonía que te pueda dar otro tipo de dietas. Eso sí, los únicos alimentos prohibidos son los rebozados. Y cada 14 días vamos cambiando la alimentación. Yo creo que sustituir un batido en vez de comida, te puede hacer perder peso más rápidamente, pero a la larga disminuye el índice metabólico y al final hace que también recuperes el peso más rápido. Para que eso no se produzca, lo que hay que hacer es perder peso comiendo la cantidad suficiente para que el metabolismo no se estropee. Y eso se consigue a través de diferentes mezclas de alimentos y alternándolos para que el metabolismo no se bloquee. Lo bueno de este plan es que, además de perder peso, uno va aprendiendo una serie de hábitos alimenticios y va eliminando otros más perjudiciales. El propósito es que una vez que se termina la dieta se sepa cómo se debe comer para no recuperar el peso perdido. Y, sobre todo, para no comer de una forma que puede comprometer la salud.
P.- ¿Qué hace que mejore la mitocondria?
R.- Una de las circunstancias que mejora esa mitocondria es una adecuada suplementación nutricional. Con los alimentos que tenemos hoy en día es muy difícil conseguir los rendimientos básicos de nutrientes, como son las vitaminas y los minerales.
P.- ¿De modo que debemos asegurarnos que no nos falten las vitaminas y minerales?
R.- Sí, pero hay otra suplementación importante como pueden ser los antioxidantes, que hacen que mejoren la función celular y yo los recomiendo porque están encaminados a limpiar la mitocondria. Y esto es fundamentalmente importante cuando hay un exceso de cortisol, que es la hormona del estrés crónico. Cuando está hormona está elevada bloquea el metabolismo y este tipo de suplementos hace que se normalicen los niveles de cortisol. En algunos casos aconsejamos complejos de vitaminas de nutrición celular activa para que esas vitaminas vayan directamente a la célula. Hay que tener en cuenta que muchas vitaminas que se encuentran en los supermercados son vitaminas no tienen una buena biodisponibilidad, es decir, que no llega a donde tiene que llegar. Por eso es importante elegir un producto que haga que llegue la mayor cantidad posible al interior de la célula, que es donde va a realizar su función.
P.- ¿Cuándo es un buen momento para ponerse a dieta?
R.- Yo recomiendo que nunca empieces una dieta un lunes, sino un viernes. Es importante, también, no pesarse mientras se hace la dieta. O como mucho una vez cada quince días. No comentar a nadie que te has puesto a dieta para adelgazar, porque parece que hay una especie de competición a ver quien es el primero que consigue saltársela. Yo, generalmente, recomiendo a los pacientes que cuando se pongan a dieta digan que comen diferente porque tienen un problema en la vesícula biliar o tubo digestivo, por ejemplo, y que el médico les a recomendado que durante un tiempo estén comiendo de esa forma.
P.- ¿Cuánto tiempo hay que permanecer haciendo esta dieta?
R.- La duración depende del peso que uno quiera perder, pero yo aconsejo comprometerse a realizarla al menos durante dos meses. Después, quien quiera puede continuarla, aunque también aconsejo que sea en ciclos de dos meses. Si es cierto, y nos hemos dado cuenta de que los pacientes vienen muy motivados al principio, y esa motivación va poco a poco disminuyendo. Y, sobre todo, cuando se van viendo bien.