Raquel Haro, escritora: “La gente con sentido del humor vive en general más fácilmente”

Raquel Haro, escritora: “La gente con sentido del humor vive en general más fácilmente”

Dicen que el nombre de Raquel está cargado de personalidad. Y lo cierto, es que a mi no me cabe ninguna duda después de haber conocido a esta mujer que tra­baja y disfruta con las palabras.

Raquel Haro es un auténtico tor­bellino. Es pura energía. Y esta misma energía, junto al gran sen­tido del humor que tiene es lo que le ha llevado a superar un cáncer de mama. Decidió compartir su dura experiencia en ‘Me falta una teta’, un blog que creó durante el confinamiento, en marzo de 2020, para desahogarse y desconges­tionar a sus amigos de sus lar­gos Whatsapp, y que ha termi­nado convirtiéndose en un libro de lo más recomendable. Un libro que no solo habla, como nunca se ha hablado, del cáncer, sino tam­bién de la amistad, del desamor, de la crianza y todo ello, aunque parezca mentira, con una buena dosis de risas.

¿Cómo estás, Raquel?

Bien. Me dieron el alta el pasado mes de septiembre. Aún sigo con mucha medicación, pero nada que me impida hacer mi vida con normalidad.

Una experiencia que has que­rido compartir públicamente ¿Cómo surge la idea?

Soy guionista. Me he dedicado a escribir durante toda mi carre­ra profesional. Cuando me diag­nosticaron el cáncer, le mandaba a mis amigos unos Whatsapp lar­guísimos contándoles cómo me encontraba. Y así es como pensé en crear un blog, que tuvo tanto éxito que la editorial Planeta me propuso escribir un libro. Me gus­tó la idea porque pensaba que, si los tratamientos no eran efec­tivos, me pasaba algo y el padre de mi hijo no le hablaba de mi, quería que quedara testimonio de lo divertida que era su madre. La verdad es que escribir el blog fue mi terapia.

¿Qué esperas con este libro?

Que le llegue mucho a la gente, porque mi historia del cáncer es solamente el telón de fondo, pero en él hablo de la maternidad, de como criar a un hijo sola. Hablo de la crianza real con lo bueno y con lo malo. Hablo de amistad, de lo que significa ser guionista y dedicarte al humor siendo mu­jer. En mi libro hay muchos con­sejos de cómo comportarse con un amigo o un familiar con cán­cer, pero creo que va destinado a personas más allá de las que han pasado esta enfermedad.

¿Quién fue tu apoyo en tus peo­res momentos?

Yo he tenido un apoyo brutal en mis amigas, que han estado ahí para todo. En mi madre que ha sido esa persona que me dijo desde el principio : “no tienes que estar triste por perder una teta, tienes que estar contenta por salvar la otra”. Y luego me he apoyado en mi hijo que tenia entonces 4 años.

Le contaste a él que tenías cán­cer, ¿cómo lo hiciste?

Si, y fue uno de los momentos mas difíciles. Cada vez que lo intentaba me ponía a llorar. La psicóloga me decía que es importante contárse­lo a los niños, por muy pequeños que sean, para que sepan que hay que naturalizar las cosas y que no hay que guardar secretos.

La ayuda psicológica es funda­mental

Para mi ha sido fundamental. Soy socia de la ‘Asociación Contra el Cáncer.’ Yo no sabia cual era la la­bor de este colectivo porque pen­saba que la Seguridad Social lo cubría todo, pero he descubierto que no, como por ejemplo las se­siones con el psico-oncólogo, que era el que me ayudaba a gestionar el miedo o como contárselo a mi hijo, o gestionar la relación con mi madre, que ha sido mi cuidadora.

¿Qué amigas han aparecido y cuáles han desaparecido duran­te la enfermedad?

Me he dado cuenta de que ten­go mas amigas de lo que pensa­ba. He tenido muy mala suerte en el amor, pero tengo muy buenas amigas. Yo me he dado cuenta de la cantidad de amigas que tengo al estar enferma. Tengo un vin­culo muy bonito con todas ellas.

No te gusta que el cáncer se relacione con la palabra lucha, ¿por qué?

Cuando te dicen que tienes que luchar parece que ponen en ti la responsabilidad de la curación, y creo que eso no depende de no­sotros. ¿Y qué pasa?, ¿que per­sonas como Bimba Bosé o Pau Donés no lucharon lo suficiente? Pues no.

En el libro cuentas que tu vida entonces era una “mierda”, ¿fue así?

El tener cáncer es una mierda, aunque luego le saques cosas buenas como ha sido mi caso. Me ha permitido cambiar de tra­bajo, ganar más dinero y llevar una vida más cómoda y relajada. Para mi lo peor no es el dolor físico sino convivir con el miedo. Yo sigo viviendo con miedo y eso si que es una lucha constante.

¿Crees en el origen emocional de la enfermedad?

No quiero creer en eso, porque si pienso que el cáncer tiene un origen emocional, cada vez que me pase algo en la vida, estaré con el temor de que me pase de nuevo. En mi caso es verdad que me pasó en una época en la que me estaban ocurriendo muchas cosas malas y todas juntas. Pero para nuestra salud mental es me­jor pensar que no hay ninguna vin­culación entre el estrés y el cán­cer. No podemos vivir pensando que cuando nos pase algo malo vamos a enfermar.

¿Qué te ha enseñado la enfer­medad?

Muchas cosas… pues los tópi­cos de valorar más las cosas pe­queñas es verdad, relativizar… Aunque también te diré que esos aprendizajes, según va pasando el tiempo, se te van olvidando.

¿Si no hubieses sido madre la experiencia de la enfermedad habría sido diferente?

No me lo he planteado, pero creo que el miedo a morirte es igual de fuerte siendo madre o no. Pero me alegro haber transitado todo esto junto a mi hijo. Él me ha dado mucha fuerza. De hecho, sólo me daba el bajonazo de la ‘quimio’ cuando a mi hijo le tocaba estar con su padre.

¿Qué te gustaría que tu hijo va­lorara de ti?

La resiliencia, lo capaz que he sido de tirar para adelante después de pasar por un cáncer. Pero no me gusta que la gente me mire con pena. Prefiero que me miren con admiración, como pelín egocén­trica que soy. Pero la gente te mira con muchísima pena y compasión cuando tienes cáncer. A la gente de mi alrededor les pedía que se esforzaran para que no se notara que les daba pena.

«Para mi lo peor no es el dolor físico sino convivir con el miedo. Yo sigo viviendo con miedo y eso si que es una lucha constante»

 

¿A qué te has atrevido después de este tránsito?

A quitarme el ‘síndrome de la im­postora’. Yo, que llevo toda la vida escribiendo, siempre he pensa­do que no era lo suficientemente buena, pero a raíz del cáncer y tras ver la respuesta de la gente con el blog y con el li­bro, ahora si me creo que soy buena.

¿Has recibido criticas?, ¿crees que alguien no ha entendido tu libro?

Si, pero ha sido muy poca gente. Algunas personas me han acu­sado de que me he aprovechado de la enfermedad para lucrarme. Pero la mayoría de los mensajes son muy bonitos.

La música ha sido muy impor­tante durante tu curación, ¿ver­dad?

Totalmente. De hecho, he crea­do una lista en Spotify con mis canciones favoritas, aquellas que escuchaba mientras recibía la quimioterapia. La música me ha ayudado a sacar afuera todas mis emociones. Tuve la suerte de conocer a Rigoberta Bandini, que me encanta. El encuentro fue anecdótico y lo cuento en el libro.

Se te han quitado los complejos que cuenta en el libro de gustar a un hombre

Se me han quitado. Me vino poco a poco. Creo que el empodera­miento que he tenido ha llegado al nivel físico. Al operarme no me podía ni mirarme al espejo. No me puede ni quitar las vendas. Fue mi amiga. Ella me dijo eres preciosa con teta o sin teta.

Es curioso porque el cáncer no te lo descubres tú, ¿cómo fue?

Me veía muy joven para tener un cáncer de mama y nunca se me pasó por la cabeza autoexplorar­me. Fue un ligue, durante un en­cuentro íntimo quien me descu­brió un bulto.

¿Qué le has regalado a esa per­sona?

¿Qué se le puede regalar a alguien que te ha salvado la vida?

¿Crees en el desti­no?

Intento no creer ni en el destino, ni en el ho­róscopo…jajajaa… pero en la que me despisto ya estoy llamando a una pitonisa.

¿Si tuvieras que escribir el guion de tu vida a partir de ahora?

Ahora mi vida es bastante tran­quila, y no da para una pelícu­la…jajaja

La gente con sentido del humor, ¿se recupera mas rápidamente?

La gente con sentido del humor vive, en general, más fácilmente. Sufrir es agotador.

¿Qué esperas del amor?

Estoy en barbecho. Es que para el amor no tengo buen ojo y es de inteligente retirarme y quedarme en el banquillo.

¿Qué esperas ahora?

Tener mucha salud, amor univer­sal, tener la capacidad de seguir creando y paz.

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Dicen que el nombre de Raquel está cargado de personalidad. Y lo cierto, es que a mi no me cabe ninguna duda después de haber conocido a esta mujer que tra­baja y disfruta con las palabras.

Raquel Haro es un auténtico tor­bellino. Es pura energía. Y esta misma energía, junto al gran sen­tido del humor que tiene es lo que le ha llevado a superar un cáncer de mama. Decidió compartir su dura experiencia en ‘Me falta una teta’, un blog que creó durante el confinamiento, en marzo de 2020, para desahogarse y desconges­tionar a sus amigos de sus lar­gos Whatsapp, y que ha termi­nado convirtiéndose en un libro de lo más recomendable. Un libro que no solo habla, como nunca se ha hablado, del cáncer, sino tam­bién de la amistad, del desamor, de la crianza y todo ello, aunque parezca mentira, con una buena dosis de risas.

¿Cómo estás, Raquel?

Bien. Me dieron el alta el pasado mes de septiembre. Aún sigo con mucha medicación, pero nada que me impida hacer mi vida con normalidad.

Una experiencia que has que­rido compartir públicamente ¿Cómo surge la idea?

Soy guionista. Me he dedicado a escribir durante toda mi carre­ra profesional. Cuando me diag­nosticaron el cáncer, le mandaba a mis amigos unos Whatsapp lar­guísimos contándoles cómo me encontraba. Y así es como pensé en crear un blog, que tuvo tanto éxito que la editorial Planeta me propuso escribir un libro. Me gus­tó la idea porque pensaba que, si los tratamientos no eran efec­tivos, me pasaba algo y el padre de mi hijo no le hablaba de mi, quería que quedara testimonio de lo divertida que era su madre. La verdad es que escribir el blog fue mi terapia.

¿Qué esperas con este libro?

Que le llegue mucho a la gente, porque mi historia del cáncer es solamente el telón de fondo, pero en él hablo de la maternidad, de como criar a un hijo sola. Hablo de la crianza real con lo bueno y con lo malo. Hablo de amistad, de lo que significa ser guionista y dedicarte al humor siendo mu­jer. En mi libro hay muchos con­sejos de cómo comportarse con un amigo o un familiar con cán­cer, pero creo que va destinado a personas más allá de las que han pasado esta enfermedad.

¿Quién fue tu apoyo en tus peo­res momentos?

Yo he tenido un apoyo brutal en mis amigas, que han estado ahí para todo. En mi madre que ha sido esa persona que me dijo desde el principio : “no tienes que estar triste por perder una teta, tienes que estar contenta por salvar la otra”. Y luego me he apoyado en mi hijo que tenia entonces 4 años.

Le contaste a él que tenías cán­cer, ¿cómo lo hiciste?

Si, y fue uno de los momentos mas difíciles. Cada vez que lo intentaba me ponía a llorar. La psicóloga me decía que es importante contárse­lo a los niños, por muy pequeños que sean, para que sepan que hay que naturalizar las cosas y que no hay que guardar secretos.

La ayuda psicológica es funda­mental

Para mi ha sido fundamental. Soy socia de la ‘Asociación Contra el Cáncer.’ Yo no sabia cual era la la­bor de este colectivo porque pen­saba que la Seguridad Social lo cubría todo, pero he descubierto que no, como por ejemplo las se­siones con el psico-oncólogo, que era el que me ayudaba a gestionar el miedo o como contárselo a mi hijo, o gestionar la relación con mi madre, que ha sido mi cuidadora.

¿Qué amigas han aparecido y cuáles han desaparecido duran­te la enfermedad?

Me he dado cuenta de que ten­go mas amigas de lo que pensa­ba. He tenido muy mala suerte en el amor, pero tengo muy buenas amigas. Yo me he dado cuenta de la cantidad de amigas que tengo al estar enferma. Tengo un vin­culo muy bonito con todas ellas.

No te gusta que el cáncer se relacione con la palabra lucha, ¿por qué?

Cuando te dicen que tienes que luchar parece que ponen en ti la responsabilidad de la curación, y creo que eso no depende de no­sotros. ¿Y qué pasa?, ¿que per­sonas como Bimba Bosé o Pau Donés no lucharon lo suficiente? Pues no.

En el libro cuentas que tu vida entonces era una “mierda”, ¿fue así?

El tener cáncer es una mierda, aunque luego le saques cosas buenas como ha sido mi caso. Me ha permitido cambiar de tra­bajo, ganar más dinero y llevar una vida más cómoda y relajada. Para mi lo peor no es el dolor físico sino convivir con el miedo. Yo sigo viviendo con miedo y eso si que es una lucha constante.

¿Crees en el origen emocional de la enfermedad?

No quiero creer en eso, porque si pienso que el cáncer tiene un origen emocional, cada vez que me pase algo en la vida, estaré con el temor de que me pase de nuevo. En mi caso es verdad que me pasó en una época en la que me estaban ocurriendo muchas cosas malas y todas juntas. Pero para nuestra salud mental es me­jor pensar que no hay ninguna vin­culación entre el estrés y el cán­cer. No podemos vivir pensando que cuando nos pase algo malo vamos a enfermar.

¿Qué te ha enseñado la enfer­medad?

Muchas cosas… pues los tópi­cos de valorar más las cosas pe­queñas es verdad, relativizar… Aunque también te diré que esos aprendizajes, según va pasando el tiempo, se te van olvidando.

¿Si no hubieses sido madre la experiencia de la enfermedad habría sido diferente?

No me lo he planteado, pero creo que el miedo a morirte es igual de fuerte siendo madre o no. Pero me alegro haber transitado todo esto junto a mi hijo. Él me ha dado mucha fuerza. De hecho, sólo me daba el bajonazo de la ‘quimio’ cuando a mi hijo le tocaba estar con su padre.

¿Qué te gustaría que tu hijo va­lorara de ti?

La resiliencia, lo capaz que he sido de tirar para adelante después de pasar por un cáncer. Pero no me gusta que la gente me mire con pena. Prefiero que me miren con admiración, como pelín egocén­trica que soy. Pero la gente te mira con muchísima pena y compasión cuando tienes cáncer. A la gente de mi alrededor les pedía que se esforzaran para que no se notara que les daba pena.

«Para mi lo peor no es el dolor físico sino convivir con el miedo. Yo sigo viviendo con miedo y eso si que es una lucha constante»

 

¿A qué te has atrevido después de este tránsito?

A quitarme el ‘síndrome de la im­postora’. Yo, que llevo toda la vida escribiendo, siempre he pensa­do que no era lo suficientemente buena, pero a raíz del cáncer y tras ver la respuesta de la gente con el blog y con el li­bro, ahora si me creo que soy buena.

¿Has recibido criticas?, ¿crees que alguien no ha entendido tu libro?

Si, pero ha sido muy poca gente. Algunas personas me han acu­sado de que me he aprovechado de la enfermedad para lucrarme. Pero la mayoría de los mensajes son muy bonitos.

La música ha sido muy impor­tante durante tu curación, ¿ver­dad?

Totalmente. De hecho, he crea­do una lista en Spotify con mis canciones favoritas, aquellas que escuchaba mientras recibía la quimioterapia. La música me ha ayudado a sacar afuera todas mis emociones. Tuve la suerte de conocer a Rigoberta Bandini, que me encanta. El encuentro fue anecdótico y lo cuento en el libro.

Se te han quitado los complejos que cuenta en el libro de gustar a un hombre

Se me han quitado. Me vino poco a poco. Creo que el empodera­miento que he tenido ha llegado al nivel físico. Al operarme no me podía ni mirarme al espejo. No me puede ni quitar las vendas. Fue mi amiga. Ella me dijo eres preciosa con teta o sin teta.

Es curioso porque el cáncer no te lo descubres tú, ¿cómo fue?

Me veía muy joven para tener un cáncer de mama y nunca se me pasó por la cabeza autoexplorar­me. Fue un ligue, durante un en­cuentro íntimo quien me descu­brió un bulto.

¿Qué le has regalado a esa per­sona?

¿Qué se le puede regalar a alguien que te ha salvado la vida?

¿Crees en el desti­no?

Intento no creer ni en el destino, ni en el ho­róscopo…jajajaa… pero en la que me despisto ya estoy llamando a una pitonisa.

¿Si tuvieras que escribir el guion de tu vida a partir de ahora?

Ahora mi vida es bastante tran­quila, y no da para una pelícu­la…jajaja

La gente con sentido del humor, ¿se recupera mas rápidamente?

La gente con sentido del humor vive, en general, más fácilmente. Sufrir es agotador.

¿Qué esperas del amor?

Estoy en barbecho. Es que para el amor no tengo buen ojo y es de inteligente retirarme y quedarme en el banquillo.

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Tener mucha salud, amor univer­sal, tener la capacidad de seguir creando y paz.

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