¿Tu perro o gato sufre alteraciones de comportamiento?. Aquí tienes la solución

La etología clínica estudia el comportamiento de las mascotas y ayuda a resolver problemas de miedo o estrés. Un etólogo trabaja para mejorar su adaptación y bienestar, guiando a los cuidadores en cambios de entorno y comportamiento

¿Tu perro o gato sufre alteraciones de comportamiento?. Aquí tienes la solución

La etología clínica estudia el comportamiento de las mascotas y ayuda a resolver problemas de miedo o estrés. Un etólogo trabaja para mejorar su adaptación y bienestar, guiando a los cuidadores en cambios de entorno y comportamiento

Cuando nuestras mascotas presentan comportamientos molestos o crónicos de miedo o estrés se recomienda consultar a un etólogo.

P.- Para la gente que no lo sepa ¿qué es la etología?

R.- La etología es la rama de la biología que se dedica a estudiar los patrones de comportamiento habituales de una especie concreta en su ambiente natural. La etología clínica es la aplicación de este conocimiento para entender a nuestras mascotas y así mejorar su adaptación a la vida en sociedad y resolver ciertas conductas que suponen un problema para sus cuidadores.

P.- Y, por tanto, ¿cuál es la formación y la labor de un etólogo?

R.- Para la formación de un etólogo clínico, es recomendable una base en biología o veterinaria, seguido de una formación más concreta en forma de máster o posgrado específico. La labor del etólogo consiste inicialmente en explicar a los cuidadores por qué su mascota se comporta como lo hace, y desde ese punto generar cambios en el entorno o de adiestramiento para mejorar la situación.

P.- ¿Cuándo y en qué casos está aconsejado llevar a nuestras mascotas a la consulta de un etólogo?

R.- Hay dos situaciones concretas: cuando nuestra mascota tiene uno o más comportamientos que nos generan una molestia en el día a día. La segunda es cuando observemos que nuestro perro o gato presenta un problema crónico de miedo o estrés y queremos ayudarle a estar mejor.

P.- ¿Es cierto que los perros y los gatos también sufren alteraciones de comportamiento o depresión?

R.- Aunque no podemos atribuirles emociones y estados mentales de la misma manera que a las personas, sí observamos cambios en su comportamiento y bienestar que sugieren un estado de ánimo afectado.

P.- ¿Cómo detectarlos o cuáles son los síntomas que nos hacen saltar las alarmas?

R.- Generalmente son animales con malas relaciones sociales, tanto con otros animales como con personas. En algunos casos en forma de evitarlas o esconderse, en otras de agresividad o ladridos. También podemos ver comportamientos compulsivos como lamerse una zona del cuerpo y arrancarse pelo. Finalmente, en casos más graves podemos ver que comen menos o están aletargados.

P.- ¿Son los mismos síntomas en los perros que en los gatos?

R.- En muchas situaciones serán similares, pero hay un factor del entorno que suele ser diferente en ambos casos: los perros salen a la calle a pasear y los gatos no. Eso lleva a representar conductas muy diferentes en ambientes muy diferentes.

P.- ¿Cuál es el motivo por el que se sumen los animales en este estado de tristeza o depresión?

R.- Hay múltiples motivos: por tener insuficientes niveles de actividad diaria, por estrés crónico, por miedo crónico, por la ausencia prolongada de un miembro de la familia, por un problema de salud o dolor crónico.

P.- ¿Este problema lo podría detectar cualquier veterinario?

R.- Siempre es recomendable que cualquiera de las conductas descritas empiece por una consulta veterinaria. El veterinario generalista debe evaluar el estado de salud y descartar que la causa de su comportamiento sea por un problema de salud o dolor. Una vez realizado esto deberá evaluar el caso un etólogo especialista.

P.- ¿Es algo traumático para el animal el periodo de adaptación a un nuevo hogar?

Una mascota equilibrada con un buen vínculo con sus cuidadores no debería tener problemas en adaptarse a un nuevo hogar. Probablemente, animales miedosos o con ansiedad van a tener más dificultades en adaptarse a un nuevo entorno, pero no es especialmente traumático si no cambia la familia. Si el caso representa un cambio de familia, igualmente dependerá de qué tan fuerte era el vínculo con sus cuidadores anteriores, si es que los había. Animales de protectora pueden tener el reto adicional de comunicarse con sus nuevos cuidadores, adaptarse a nuevas normas y aprender a estar solo en momentos puntuales.

P.- ¿En qué consiste una sesión con el etólogo?

R.- En consulta realizamos un estudio completo del desarrollo del paciente, qué técnicas se han utilizado para adiestrarlo, malas experiencias que ha podido pasar etc. Con esta información podemos comprender o justificar qué le lleva a realizar las conductas en debate. Finalmente, entendiendo la causa, podemos modificar nuestra forma de actuar, el ambiente del paciente o las técnicas de adiestramiento óptimas.

P.- ¿Los castigos a los animales traen consecuencias de este tipo?

R.- Hoy en día el castigo está considerado una forma ineficiente de adiestramiento dado que hay formas igual de efectivas o más para conseguir una modificación de conducta sin generar en el animal un sufrimiento innecesario. Esto es especialmente importante en animales miedosos porque podemos empeorar su problema de miedo.

P.- ¿Y la soledad?

R.- Porque hay gente que tiene mascotas, pero no tiempo para dedicarles porque están todo el día fuera trabajando. Tanto los perros como los gatos son animales sociables que no deberíamos adoptar si no tenemos el tiempo suficiente para dedicarles. En muchos animales la soledad excesiva acaba generando problemas de destrucción de la casa o autolesiones derivadas de un estrés crónico. En algunos casos puede ser más llevadero compartir el hogar con otro perro o gato.

P.- ¿Sufren los perros también la separación de sus cuidadores cuando hay un divorcio o se rompe una pareja o se va de casa alguno de sus miembros?

R.- Efectivamente, la ausencia prolongada de un miembro de la familia les genera un pesar de forma similar a lo que le pasaría a una persona. Por esto, es importante no realizar otros cambios en su ambiente (como una mudanza) o realizarlos de forma gradual para que el perro pueda ir adaptándose poco a poco a las nuevas rutinas.

P.- ¿Los resultados tras la primera consulta con el etólogo son patentes o habría que acudir a más sesiones?

R.- Como hemos explicado, en una primera visita se identifica la causa o causas del problema y se planifica un programa de modificación de conducta. Muchos de los cambios son tareas que deben realizar los propios cuidadores en la forma de relacionarse con su mascota, y otros pueden requerir un programa de adiestramiento. En casos complejos, este programa de adiestramiento debe estar guiado por un adiestrador o el propio etólogo, por lo que puede requerir unas pocas visitas más para ayudar a aplicar la pauta. En algunos casos se explica a los cuidadores qué cambios deben generar y se hace un seguimiento más espaciado para pulir ciertos detalles o nuevos inconvenientes que aparezcan.

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Cuando nuestras mascotas presentan comportamientos molestos o crónicos de miedo o estrés se recomienda consultar a un etólogo.

P.- Para la gente que no lo sepa ¿qué es la etología?

R.- La etología es la rama de la biología que se dedica a estudiar los patrones de comportamiento habituales de una especie concreta en su ambiente natural. La etología clínica es la aplicación de este conocimiento para entender a nuestras mascotas y así mejorar su adaptación a la vida en sociedad y resolver ciertas conductas que suponen un problema para sus cuidadores.

P.- Y, por tanto, ¿cuál es la formación y la labor de un etólogo?

R.- Para la formación de un etólogo clínico, es recomendable una base en biología o veterinaria, seguido de una formación más concreta en forma de máster o posgrado específico. La labor del etólogo consiste inicialmente en explicar a los cuidadores por qué su mascota se comporta como lo hace, y desde ese punto generar cambios en el entorno o de adiestramiento para mejorar la situación.

P.- ¿Cuándo y en qué casos está aconsejado llevar a nuestras mascotas a la consulta de un etólogo?

R.- Hay dos situaciones concretas: cuando nuestra mascota tiene uno o más comportamientos que nos generan una molestia en el día a día. La segunda es cuando observemos que nuestro perro o gato presenta un problema crónico de miedo o estrés y queremos ayudarle a estar mejor.

P.- ¿Es cierto que los perros y los gatos también sufren alteraciones de comportamiento o depresión?

R.- Aunque no podemos atribuirles emociones y estados mentales de la misma manera que a las personas, sí observamos cambios en su comportamiento y bienestar que sugieren un estado de ánimo afectado.

P.- ¿Cómo detectarlos o cuáles son los síntomas que nos hacen saltar las alarmas?

R.- Generalmente son animales con malas relaciones sociales, tanto con otros animales como con personas. En algunos casos en forma de evitarlas o esconderse, en otras de agresividad o ladridos. También podemos ver comportamientos compulsivos como lamerse una zona del cuerpo y arrancarse pelo. Finalmente, en casos más graves podemos ver que comen menos o están aletargados.

P.- ¿Son los mismos síntomas en los perros que en los gatos?

R.- En muchas situaciones serán similares, pero hay un factor del entorno que suele ser diferente en ambos casos: los perros salen a la calle a pasear y los gatos no. Eso lleva a representar conductas muy diferentes en ambientes muy diferentes.

P.- ¿Cuál es el motivo por el que se sumen los animales en este estado de tristeza o depresión?

R.- Hay múltiples motivos: por tener insuficientes niveles de actividad diaria, por estrés crónico, por miedo crónico, por la ausencia prolongada de un miembro de la familia, por un problema de salud o dolor crónico.

P.- ¿Este problema lo podría detectar cualquier veterinario?

R.- Siempre es recomendable que cualquiera de las conductas descritas empiece por una consulta veterinaria. El veterinario generalista debe evaluar el estado de salud y descartar que la causa de su comportamiento sea por un problema de salud o dolor. Una vez realizado esto deberá evaluar el caso un etólogo especialista.

P.- ¿Es algo traumático para el animal el periodo de adaptación a un nuevo hogar?

Una mascota equilibrada con un buen vínculo con sus cuidadores no debería tener problemas en adaptarse a un nuevo hogar. Probablemente, animales miedosos o con ansiedad van a tener más dificultades en adaptarse a un nuevo entorno, pero no es especialmente traumático si no cambia la familia. Si el caso representa un cambio de familia, igualmente dependerá de qué tan fuerte era el vínculo con sus cuidadores anteriores, si es que los había. Animales de protectora pueden tener el reto adicional de comunicarse con sus nuevos cuidadores, adaptarse a nuevas normas y aprender a estar solo en momentos puntuales.

P.- ¿En qué consiste una sesión con el etólogo?

R.- En consulta realizamos un estudio completo del desarrollo del paciente, qué técnicas se han utilizado para adiestrarlo, malas experiencias que ha podido pasar etc. Con esta información podemos comprender o justificar qué le lleva a realizar las conductas en debate. Finalmente, entendiendo la causa, podemos modificar nuestra forma de actuar, el ambiente del paciente o las técnicas de adiestramiento óptimas.

P.- ¿Los castigos a los animales traen consecuencias de este tipo?

R.- Hoy en día el castigo está considerado una forma ineficiente de adiestramiento dado que hay formas igual de efectivas o más para conseguir una modificación de conducta sin generar en el animal un sufrimiento innecesario. Esto es especialmente importante en animales miedosos porque podemos empeorar su problema de miedo.

P.- ¿Y la soledad?

R.- Porque hay gente que tiene mascotas, pero no tiempo para dedicarles porque están todo el día fuera trabajando. Tanto los perros como los gatos son animales sociables que no deberíamos adoptar si no tenemos el tiempo suficiente para dedicarles. En muchos animales la soledad excesiva acaba generando problemas de destrucción de la casa o autolesiones derivadas de un estrés crónico. En algunos casos puede ser más llevadero compartir el hogar con otro perro o gato.

P.- ¿Sufren los perros también la separación de sus cuidadores cuando hay un divorcio o se rompe una pareja o se va de casa alguno de sus miembros?

R.- Efectivamente, la ausencia prolongada de un miembro de la familia les genera un pesar de forma similar a lo que le pasaría a una persona. Por esto, es importante no realizar otros cambios en su ambiente (como una mudanza) o realizarlos de forma gradual para que el perro pueda ir adaptándose poco a poco a las nuevas rutinas.

P.- ¿Los resultados tras la primera consulta con el etólogo son patentes o habría que acudir a más sesiones?

R.- Como hemos explicado, en una primera visita se identifica la causa o causas del problema y se planifica un programa de modificación de conducta. Muchos de los cambios son tareas que deben realizar los propios cuidadores en la forma de relacionarse con su mascota, y otros pueden requerir un programa de adiestramiento. En casos complejos, este programa de adiestramiento debe estar guiado por un adiestrador o el propio etólogo, por lo que puede requerir unas pocas visitas más para ayudar a aplicar la pauta. En algunos casos se explica a los cuidadores qué cambios deben generar y se hace un seguimiento más espaciado para pulir ciertos detalles o nuevos inconvenientes que aparezcan.

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