Enfrentarse a una avería en el automóvil puede ser aterrador, pero existen comportamientos al volante que pueden tener consecuencias aún más graves. Cuidar nuestro coche es vital para evitar gastos innecesarios y prolongar su vida útil.
Estos son los comportamientos al volante que, sin percatarnos, afectan negativamente al desgaste prematuro e incluso causan daños irreparables en el vehículo:
No apures la gasolina
Esta es una de las actitudes irresponsables más frecuentes entre los conductores. Retrasar el momento de repostar no impide que debamos realizar el gasto. Aunque el valor del carburante actualmente causa temor, lo verdaderamente espantoso es enfrentar problemas en la bomba de combustible o desperfectos similares debido a la falta de repostaje oportuno.
Dale un respiro al embrague
La función de este componente es muy clara: posibilitar el cambio de velocidad. Entonces, ¿por qué lo presionamos cuando nos encontramos en un alto, un semáforo o incluso mientras conducimos? Utilizar en exceso el embrague es una acción con consecuencias desastrosas. Con el paso del tiempo irá perdiendo eficiencia y nos veremos forzados a reemplazarlo, con el consecuente gasto económico.
Aparcar «al toque» puede terminar en problemas
Cuántas veces hemos visto o utilizado una ‘tocadita’ en el coche vecino, en la pared o en el bordillo, como método para estacionar el vehículo. Además de los perjuicios estéticos en la carrocería del vehículo (tanto propio como ajeno), los neumáticos e incluso la dirección del automóvil pueden resultar seriamente afectados. Nunca es recomendable recibir un impacto, por mínimo que sea, en el cuidado y mantenimiento del vehículo.
La importancia de mantener el equilibrio adecuado en los neumáticos
las ruedas son la parte fundamental del vehículo, junto con el motor. Además, son uno de los elementos que más se desgastan al estar en constante contacto con el suelo y soportar la carga total del vehículo. Por tanto, es necesario mantenerlas en perfecto estado, es decir, ni demasiado infladas ni desinfladas. Como en todo en la vida, la clave está en encontrar el punto justo.
La palanca de cambios no es un reposa manos
Parece un gesto sin importancia, pero que este elemento del vehículo soporte de manera continuada el peso de nuestra mano derecha durante trayectos de larga distancia sí tiene consecuencias. Específicamente, afecta a la palanca de cambios. Este sencillo hábito puede influir en el funcionamiento interno de la misma generando desajustes, vibraciones incómodas y, a largo plazo, incluso requerir su reemplazo.