Entrevista a Pablo Bellido, presidente de las Cortes de Castilla-La Mancha

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El 29 de noviembre de 1978 nace, en Almagro, la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha como región, con Antonio Fernández Galiano como primer presidente preautonómico. Un barcelonés elegido senador por Guadalajara en el 77 y, en este 2021, otro ‘alcarreño’ como usted preside la Cámara castellano-manchega. Echando la vista a atrás, ¿qué bagaje ofrece en todas estas décadas de existencia, desde su punto de vista, la evolución de Castilla-La Mancha?

El balance sólo puede ser positivo. En todos estos años de trayectoria autonómica, Castilla-La Mancha ha mejorado mucho, basta con comparar que ahora mismo tenemos muchos más servicios y más calidad de vida.

El 31 de mayo celebramos el Día de Castilla-La Mancha como ocurre desde que en 1984 se fijó como tal esta celebración. ¿Qué es Castilla-La Mancha para Pablo Bellido?

Nos gusta decir, como en el lema que utilizamos para la campaña, que “somos comunidad” porque tenemos un proyecto en común, ya que trabajamos para ayudarnos unos a otros, y porque somos una autonomía, lo que nos ofrece la oportunidad de garantizar los mismos derechos y oportunidades para todo el mundo. Si solo hubiesen existido las autonomías históricas, hoy probablemente en España habría más desigualdad. Gracias al autogobierno en regiones como CLM hemos podido garantizar la igualdad de oportunidades y la prestación de servicios públicos de una manera más equitativa.

¿En qué es especial nuestra comunidad autónoma con respecto a las demás?

Todas tienen sus historia, su cultura, su folclore, sus valores… pero a mi no me gusta subrayar las diferencias, y mucho menos como pretexto para sacarles partido.  Creo más bien que las comunidades autónomas son lo suficientemente singulares para que en España tengamos diversidad y riqueza y que a la vez son lo suficientemente comunes como para tener una homogeneidad de país, como probablemente ocurra en pocos lugares en el mundo.

El cargo que usted ostenta ahora estuvo en la pasada legislatura en manos del recordado Jesús Fernández Vaquero. ¿Cómo le recuerda?, ¿dejó el listón muy alto?

Ha sido un compañero y un amigo entrañable; un político de gran nivel y con capacidad intelectual que para mi y para mucha gente de mi generación y de la anterior ha resultado todo un maestro. Evidentemente dejó el listón muy alto.

Fernández Vaquero mostró siempre voluntad de concordia y entendimiento entre los grupos políticos, algo que usted está demostrando también con creces. ¿Qué es lo que le resulta más complicado en el devenir diario de la actividad en las Cortes?, ¿se lo ponen fácil?

En términos generales me lo ponen fácil. Tenemos unas Cortes regionales con pocos diputados y diputadas, pero con mucho compromiso. No podría ni sería inteligente por mi parte subrayar lo que no está funcionando bien, sino que debo destacar que existe un ambiente constructivo para trabajar por la ciudadanía. A punto de llegar al ecuador de la legislatura hemos aprobado ya 22 leyes, doce de ellas desde que en junio del año pasado recuperamos la normalidad parlamentaria tras el parón del primer estado de alarma por la pandemia.

De estas últimas doce leyes, ninguna ha recibido voto en contra y la mitad ha salido adelante, incluso por unanimidad. Esto no es habitual en el panorama actual y demuestra la predisposición del Gobierno de Emiliano García-Page para buscar acuerdos, a pesar de que podría sacar sus iniciativas solo con la mayoría absoluta del PSOE; pero también demuestra que los grupos de la oposición han optado por ser útiles, por acordar e influir, en vez de limitarse a confrontar y criticar.

Una de los importantes peculiaridades de nuestra región es su amplia extensión, que puede considerarse positiva o negativa según para qué cosas. ¿Cree usted que algún día se podrá conseguir que exista un sentimiento de pertenencia por parte de cualquier habitante de Castilla-La Mancha, desde Albacete a Talavera o desde Molina de Aragón hasta Puertollano?

Es un sentimiento que va creciendo con el tiempo, porque la realidad política se impone y porque compartimos intereses. A todos nos conviene que a cualquier lugar de la región le vaya bien porque eso ayuda a crear riqueza y repartirla mejor. Aunque la nuestra es una comunidad que se creó de manera más reciente que otras, se va generando un cierto sentimiento de identidad común y de intereses compartidos.

En ese sentido, ante este 31 de mayo, ¿qué mensaje lanza a la ciudadanía?

Un mensaje de solidaridad y de ánimo para salir de la crisis pandémica, tanto en su dimensión sanitaria como en la económica, y para que juntos y juntas podamos afrontar un futuro que ojalá traiga más prosperidad a la región.

Este Día de la Región de 2021 se celebra en su provincia, Guadalajara, uno de los motores de la región. ¿Cree que el resto de provincias, comarcas o ciudades y pueblos verán progreso en un futuro cercano?

Por supuesto que sí. No podemos poner a las provincias, ni a las comarcas dentro de ellas, a competir entre sí. Lo cierto es que los corredores del Henares y de La Sagra con quien compiten para atraer inversiones es con la Comunidad de Madrid; pero es que, además, nos conviene a todos que en cada punto de la región vayan bien las cosas, porque para financiar proyectos en comarcas con menos oportunidades económicas es importante que vaya bien en otras que requieren más inversión.  En este sentido, me parece un acierto que el Gobierno regional tenga duplicada las ayudas en territorios denominados ‘ITIs’ donde, por sus características territoriales, su baja densidad de población o porque son lugares con mayor desempleo, las empresas encuentran mayores ventajas para instalarse.

Para finalizar, denos su opinión sobre cuál o cuáles son los atractivos más importantes de una comunidad autónoma como la nuestra para que exista un desarrollo sostenible y que implique todas las facetas, desde la creación de puestos de trabajo o industrialización a crecimiento de población, preservación del medio ambiente o proliferación del conocimiento de nuestro patrimonio.

El desarrollo sostenible implica que seamos capaces de generar riqueza, empleo  y oportunidades cuidando el medio ambiente y siendo solidarios entre las personas para ayudar a quienes necesitan un poco más. Por eso Castilla-La Mancha es un magnífico modelo de desarrollo sostenible, porque tenemos comarcas que, por su ubicación y características, tienen más oportunidades económicas, y otras con un magnífico patrimonio natural, que puede ser aprovechado turísticamente, o con una belleza singular, pero que necesitan más ayuda de la Administración.

Entrevista: Alberto Retana