El bombardeo de instalaciones petroleras saudíes del pasado sábado ha provocado una nueva crisis entre Estados Unidos e Irán.
EE UU y Arabia Saudí acusan a Irán del ataque; de hecho la Administración de Trump ha publicado una serie de imágenes que, según ellos, es una prueba de que el ataque provenía de Irán; además de que el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, ha calificado de “acto de guerra” estos ataques. También lo ven como una continuación de las acciones anteriores contra buques petroleros y comerciales.
Irán ha negado estas acusaciones tachándolas de “incomprensibles”. El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní, Abas Musaví, ha asegurado que esto es sólo una estrategia que “se parece más a los planes de las agencias de inteligencia para destruir la imagen de un país (Irán) con el objetivo de allanar el terreno para llevar a cabo algunas acciones en el futuro”.
La comunidad internacional ha llamado tanto a Estados Unidos como a Irán para que rebajen la tensión entre ambos.
