Entrevista a Ángel Soledad, autora de ‘No somos tan malos’

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La escritora mexicana lanzó su primer libro, ‘No somos tan malos’, una novela existencialista y de crítica social que tiene como protagonista a un hombre que ejerce violencia y tiene problemas con el consumo de sustancias. Desde el título, Soledad pone en tela de juicio algunos cánones morales y desafía a mirar de otro modo a un personaje oscuro.

Empecemos por el título: ‘No somos tan malos’. ¿Por qué este título?

El título hace referencia a la imposibilidad de determinar como buena o mala a una persona. Continuamente designamos a cierto tipo de personas como malas o buenas según sus actitudes, acciones, palabras, cualidades y demás. ¿Pero quién conoce los límites entre el bien y el mal? En este caso, la novela habla sobre una persona que infringe violencia a su pareja, por lo cual sería estigmatizada como una mala persona por el simple hecho de ser un maltratador. Al mostrar la historia del personaje, la historia trata de abrir nuestra mente y permitirnos entender qué lo llevó a ser así, no justificarlo, sino mostrar quizás, el lado humano y herido del violentador, quien a pesar de ser a todas luces una persona malvada, pudiera tener un lado benevolente que solo pone en evidencia que la problemática social no ha sido resuelta desde el ángulo correcto, que hay algo que no estamos viendo y que no hemos querido ver. Lejos de preocuparnos por determinar si una persona es buena o mala, quizás debería preocuparnos más qué lo volvió así, de dónde surge toda esta maldad y dónde acaba.

Si tuviéramos que etiquetar su novela, ¿en qué género diría que se encuadra? ¿Una novela existencialista?

Considero que es una novela existencialista y de crítica social dado que tiene muchos pasajes que intentan dar respuesta a las interrogantes más comunes de la vida. ¿Qué sentido tiene la existencia? ¿Existe la felicidad? ¿Cuáles son los límites entre la bondad y la maldad? La novela pone en tela de juicio los cánones morales que tenemos por ciertos y pone en duda los límites entre lo real y lo imaginario, llevando al lector a un soliloquio interno que lo lleve a sus propias conclusiones, así también es de sesgo social ya que trata problemáticas sociales que son comunes hoy en día en cualquier país y sociedad.
A menudo sentí que podía escuchar la voz del protagonista Roberto y esto siempre es bueno para un lector. Lo que más me ha llamado la atención es que, a pesar de que el tono de Roberto ronda entre la arrogancia y la ironía, me ha resultado simpático durante todo el libro. (Lo mismo me pasó con Alex de «La naranja mecánica») ¿Cómo se explica esto?
Curiosamente me sucedió algo similar con Roberto. Creo que tiene que ver con el hecho de que es un personaje políticamente incorrecto pero que a la vez es cínico y ese cinismo de alguna forma nos incita a una especie de introyección en la que le admiramos por hacer algo que nosotros quisiéramos hacer. Aunque rechacemos muchos de sus actos, es en sí, el hecho sencillo de tener libertad, esa libertad de gritar y decir todo lo que quiere y es algo que nosotros añoramos y eso es lo que nos agrada de él.

¿Qué autores han influido más en su forma de escribir? Me refiero tanto a los autores clásicos como a los más recientes.

Los autores que más han dejado impronta en mi carrera como escritora sin duda han sido Dostoievski, Gryvoyedov, Pushkin, Tolstoi, Koesler, Sabato, Camus, Gogol, Sartre y Beauvoir. Son sin duda, la clase de escritores que puedo leer una y otra vez ya sea novela o ensayo filosófico, siempre me transmiten una idea del mundo casi imposible de describir, inefable. La manera en que ven el mundo siempre te permite ver la sociedad con otros ojos y sin duda, siempre tengo más preguntas que respuestas.

“Lejos de preocuparnos por determinar si una persona es buena o mala, quizás debería preocuparnos más qué lo volvió así, de dónde surge toda esta maldad y dónde acaba”

¿Qué espacio ocupa la escritura en su vida en este momento?

Quisiera que el primer lugar, sin embargo, soy arquitecta y actualmente estudio mi maestría en administración de empresas, así que, aunque ya inicié mi tercer libro, por el momento tiene un papel secundario en mi vida aunque trato de poner todo de mi parte para dedicar unas horas los fines a escribir, ya que es una de mis grandes pasiones en la vida.

La culpa, la traición, el amor, la locura y la muerte: hay muchos sentimientos, a veces contradictorios, en la novela. ¿A quién recomendaría más la lectura de ‘No somos tan malos’?

La recomiendo a adultos, adultos jóvenes y adolescentes por el contenido filosófico, el léxico y la complejidad de la historia, así como las referencias que se hacen a lo largo del libro, si bien considero que es una historia que no es realmente muy enredada y bastante amena de leer, creo que sí es importante tener cierto gusto por la literatura de estilo filosófico, psicológico, de crímenes incluso.

¿Hay alguna pieza musical que recomendaría a nuestros lectores para acompañar la lectura de su texto?

Por supuesto, adoro la música clásica y sin duda, no puedo imaginar este libro sin la gazza ladra (La urraca ladrona) de Gioachino Rossini, es la pieza emblemática de esta novela para mí, desde que la inicié siempre fue la composición que me acompañó.