Siete Días / Claudia Arias.
El ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, ha recibido el visto bueno de la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo para convertirse en vicepresidente de la Comisión Europea y Alto Representante de Política Exterior de la UE.
El español ha logrado el apoyo de la mayoría de los grupos parlamentarios, exceptuando el grupo de ultraderecha de Marine Le Pen y Matteo Salvini, Identidad y Democracia (ID).
El examen de Borrell fue más suave de lo esperado a pesar de que la sesión duró tres horas. El español consiguió salir bien parado de las preguntas incómodas de los eurodiputados, las cuales hacían referencia a temas como el caso de Abengoa, sus polémicas declaraciones sobre Rusia o el conflicto catalán, sobre el que declaró que no iba “a decir nada sobre el problema interno de un país”, aunque fuera el suyo.
Borrell ha colocado a los Balcanes como prioridad en su política y ha anunciado que su primera visita como Alto Representante será a Kosovo. También aseguró ante los europarlamentarios que estará dispuesto a “asumir riesgos”, lo que sería ir más allá de ser un mero anfitrión en los Consejos de Ministros, como criticaban a su predecesora, Federica Mogherini.
Esta evaluación de los comisarios es el penúltimo paso antes del nombramiento oficial de la Comisión de Von der Leyen. El 23 de octubre se celebrará una votación en el Pleno del Parlamento que decidirá si aprueba finalmente el equipo para la Comisión Europea; y si es así el 1 de noviembre la presidenta y sus comisarios ocuparán de forma oficial sus respectivos cargos.
