El Barrio de La Estación y sus fiestas

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Dra. María Esperanza Morón García

Cronista Oficial de Pozuelo de Alarcón

Presidenta Asociación de Cronistas Oficiales de la Comunidad de Madrid (ACROMA).

En el  mes de julio, se celebran las fiestas del barrio de La estación de Pozuelo de Alarcón, en honor de La Virgen del Carmen y creo que debemos recordar el origen de este barrio y sus fiestas.

Se origina cuando la Compañía de Ferrocarriles del Norte, traza por el municipio la vía del tren en 1861.  A partir de esto, poco a poco, las construcciones van aumentando, sobre todo, con casas unifamiliares, “hotelitos” en los que principalmente la burguesía madrileña se desplaza de la capital en verano, a pasar los meses de más calor y que, debido a su proximidad, los cabezas de familia se pueden desplazar diariamente, en tren a sus trabajos y negocios.

Poco a poco, se fueron formando colonias, como la de La Paz, próxima al pueblo y a la que se desplazaban desde el tren en coches de caballos, la de San José, y luego vendrían otras, Las Cabilas, Las Minas, Benítez, Los Horcajos… y construcciones en torno a la vía del tren en la que vivirán, principalmente los empleados de RENFE, debido a los precios más bajos de la vivienda, con respecto a Madrid.

La construcción de la Primera Capilla en el barrio de la Estación

 El 25 de julio 1899 se celebró una reunión de propietarios y vecinos.  En ella se expone la necesidad de construir una iglesia dado el incremento de población. Dos meses después, el 25 de septiembre, se inicia una suscripción para levantar el templo, con aportaciones, por parte de los asistentes entre 250 y 150 pesetas, a la que se añadió 500 pesetas recaudadas con la celebración de una kermes organizada en la calle Concepción, recaudándose en esta reunión 2.550. La primera junta directiva, para este fin, quedó constituía el 1 de octubre de ese año.  Las obras costaron algo más de 25.000 pesetas, siendo el arquitecto señor Belmás.

La capilla se inauguró el 16 de julio, de 1901, festividad de la Virgen de El Carmen, a cuya advocación estaba consagrado el templo. Además de la imagen de la Virgen tenía una capilla bajo la advocación de San Antonio y el altar mayor estaba presidido por una imagen de San José.

Las fiestas del barrio de la Estación

Las fiestas se empezaron a celebrar a principios del siglo XX, una vez construida la capilla. Los festejos se celebraban el fin de semana siguiente al 16 de julio, festividad de la Virgen del Carmen. En los primeros años, los gastos de las fiestas se cubrían mediante suscripción popular. La primera suscripción fue encabezada por S.M La Reina Regente, Dª María Cristina de Habsburgo, S.M. la Infanta Isabel y el arzobispo de Madrid Alcalá.  Se organizaban tómbolas, rifas, kermes, aportaciones de particulares…  Todos los vecinos, en su mayoría gentes de Madrid que venían a pasar el verano, contribuían y con esta recaudación se pagaban los cultos religiosos, la banda de música e incluso las becerradas que algunos años, tuvieron lugar con motivo de estas fiestas. La primera fiesta taurina de la que tengo constancia documental es de 1912.

En sus comienzos, se limitaban a un fin de semana. Aunque se formaba una comisión de fiestas, todo el barrio colaboraba. Los días previos, tenía lugar la novena a la Virgen, para lo que se contrataba algún coro u orquesta de cámara. La Iglesia se adornaba con flores y especialmente la imagen de la Virgen del Carmen.  Del adorno de la capilla se encargaban las mujeres, que aportaban flores y plantas de sus jardines.

La Misa Mayor se hacía por la mañana. En ella cantaban las jóvenes y un orador experto en temas marianos predicaba la homilía. A continuación, salía la procesión acompañada de la banda municipal haciendo un recorrido más extenso del que hace actualmente, porque llegaba hasta el colegio de San José de Cluny. Ese día también se celebraban eventos deportivos como carreras de bicicletas, partido de fútbol -entre los del pueblo y el barrio de la Estación– y juegos populares como carreras de sacos….  Por la tarde se iba a los toros o becerrada -si ese año se había organizado la fiesta taurina- y al baile, que a lo largo de los años se fue trasladado a diversos lugares. En un comienzo se hacía en la plaza de San Juan, frente a la capilla de la Virgen, pero también se celebró en el muelle de la estación del tren, en la Plaza del Gobernador, en el parque de las Minas… estos recintos se limitaban con cadenetas y farolillos.
Por la noche había fuegos artificiales, con más o menos esplendor, dependiendo del dinero recaudado. Hubo años en que algún vecino con buena posición económica se «estiraba» y pagaba de su bolsillo la pirotecnia. Tras los fuegos, el baile continuaba hasta altas horas de la madrugada.

Un periodista de 1924 nos relata las fiestas del Carmen de esta forma: Han resultado brillantísimos los festejos celebrados en el Barrio de La Estación, con motivo de las festividades religiosas en honor de su Patrona amantísima Nuestra Señora del Carmen.

Celebrándose éstos, con una animación realmente inusitada. El sábado 19, por la noche – en esos tiempos, no se consideraba fiesta local a efectos laborales y se trasladaban los actos al fin de semana más próximo-la Banda Municipal dio un selecto concierto. Se quemó una vistosísima función de fuegos artificiales, que gustó extraordinariamente, pues fue realmente notable. La Verbena instalada en las glorietas de la Capilla, exornadas con el mejor gusto e iluminadas profusamente resultó, como era de esperar, animadísima, y un verdadero derroche de gracia y de hermosura hecho por tanta guapísima mujer, como allí se congregó. El baile duró hasta el canto del gallo… no hubo que lamentar ni el menor incidente desagradable. Allí saludamos a distinguidas familias de Aravaca, Pozuelo y de la Colonia de la Paz… El domingo 20, por la mañana se celebró la solemne Misa cantada… en la que ofició nuestro Capellán. El panegírico de la Virgen, estuvo encomendado a un religioso de la Orden, el cual elocuentemente ensalzó las gloriosas tradiciones Carmelitanas. Presidieron las autoridades. Pero el acto verdaderamente edificante, en que se patentizaron, por si alguien lo dudaba, la veneración reverente, la fe honda y arraigada, que todos estos vecinos sienten por su Madre Reina María Santísima del Carmen, fue la Procesión. Colocada la bellísima y venerada imagen de la Patrona, en sus andas, se establecieron diversos turnos, porque las más relevantes personalidades se disputaban el honor de pasearla … distinguiéndose en la fervorosa pugna los socios de la Liga Obreraasociación cultural que se creó en el Barrio de La Estación y en cuyos locales se daban conferencias, se hacía teatro, cine y baile los domingos-. Hizo la comitiva las siguientes estaciones: En San José de Cluny, en donde las reverendas Religiosas y sus educandas le entonaron bellos himnos; en la Colonia Pechuán, donde la ensalzaron en líricas plegarias … La Banda Municipal, durante el desfile, interpretó selectas piezas de su vasto repertorio.                       

Por la noche, amenizada también por la Banda Municipal, dirigida por el Maestro Altube … continuó la popular verbena, espléndida de color y alegría, que ha dejado encendida una radiante estela de memorias gratas. Nuestros entusiastas plácemes a la Comisión de Festejos y en especial a la simpática y culta Liga Obrera”.