Pozuelo de Alarcón se une al legado artístico de Eduardo Úrculo con su nueva exposición

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Pozuelo de Alarcón suma a su oferta cultural una nueva propuesta para los amantes del mundo del arte que a partir de este jueves pueden disfrutar de una destacada muestra de arte pop como es la titulada ‘Eduardo Úrculo. El misterio del viajero’.

La alcaldesa, Paloma Tejero, en compañía de la concejal de Cultura, Macarena Lora, el hijo del artista, Yoann Úrculo, y la comisaria de la exposición, Alicia Vallina, inauguraron esta exhibición que estará abierta al público hasta el 30 de junio en el Espacio Cultural MIRA de la localidad.

Mientras hablaba, la alcaldesa, quien expresó gratitud al hijo del artista por «su genorisidad» al ceder una gran parte de la obra de su padre para esta exhibición, también elogió a Úrculo, “un artista total, polifacético, siempre a la búsqueda de nuevas técnicas, que esta primavera tenemos el honor de custodiar en nuestro Espacio Cultural MIRA”. 

También ha señalado la alcaldesa que Eduardo Úrculo desapareció de manera sorpresiva y prematura en lo que algunos afirman fue su apogeo creativo.

“Eduardo Úrculo desapareció demasiado pronto y por sorpresa en lo que algunos dicen era su mejor momento creativo. Pero mucho antes, el arte de Eduardo Úrculo ya había atravesado fronteras y asombrado al mundo”. “A partir de ahora, su legado estará afectivamente unido también a nuestro Pozuelo de Alarcón, donde los vecinos nos uniremos a disfrutar, con un artista de la talla de Eduardo Úrculo, el mejor de los viajes: el del arte y la imaginación”, enfatizó Tejero.

La exposición llamada ‘El misterio del viajero, de Eduardo Úrculo’ representa una revisión de la trayectoria del que fue uno de los referentes del arte de España en el siglo anterior.

En ella se recopilan más de 60 piezas del artista vasco de corazón asturiano, en las cuales se aprecia lo más destacado de su labor tanto en pintura como en escultura a lo largo de distintas etapas de su carrera.

Desde las iniciales creaciones impregnadas de intensidad, de pincelada intensa y tonalidades sombrías hasta el estallido de la gama cromática y la influencia del arte pop para terminar en sus renombradas creaciones de viajantes acompañados de maletas, paraguas y sombreros. Una obra íntegra que convierte a Eduardo Úrculo en uno de los creadores más prominentes del siglo XX.

La exposición está compuesta principalmente por obras provenientes de la colección personal de su único hijo Yoann Úrculo y estará abierta al público del 18 de abril al 30 de junio, de miércoles a domingo, en horario de 11:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:00 horas. La entrada es gratuita.

Sobre el artista

Eduardo Úrculo (Santurce 1938 – Madrid 2003) escultor, pintor y grabador, es reconocido como uno de los principales representantes del arte pop, una de las fases de su constante travesía por el arte.

Un trayecto que parte desde su propia concepción artística y, en la mayoría de los casos, desde la perspectiva del espectador que contempla objetos y personas que cobran protagonismo bajo su mirada, desde el realismo personal de sus comienzos hasta el llamativo colorido de su etapa más famosa.

Comenzando en los bodegones, paisajes y retratos, Úrculo se inclina hacia una abstracción tímida antes de sumergirse, en los años 60, en su época más famosa, con sus temas persistentes.

La protagonista pasa a ser la figura femenina, especialmente los glúteos, elogiados por personajes como Camilo José Cela y Francisco Umbral en una época tal vez destacada por la escultura Culis monumentalibus, una obra de 6 metros de altura instalada frente al teatro Campoamor, en Oviedo, y que obtiene su título precisamente de un artículo que el premio Nobel dedicó a Úrculo.

En la década de los 70, Úrculo también plasmó en sus pinturas y esculturas la presencia de vacas, símbolos de la fertilidad y la maternidad, antes de adentrarse en su papel de observador constante del viaje.

El artista se retrata inalterable en numerosas obras, de espaldas, con sombrero, portando maletas, gabardinas y paraguas.

Úrculo, el viajero, ofrece a los espectadores su propia perspectiva de lo que contempla.