EL TORERO MANUEL DIOSLEGUARDE EN LA PEÑA «EL PUYAZO» DE MADRID

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CHARLA – COLOQUIO CON EL TORERO MANUEL DIOSLEGUARDE EN “EL PUYAZO”

El domingo 2 de abril tuvo lugar la primera de las conferencias de la Peña Taurina “El Puyazo” de Madrid con el matador de toros Manuel Diosleguarde como invitado.

El acto se celebró en la Sala Cultural Antonio Bienvenida de la Plaza de Toros de Las Ventas abriendo el acto Juan Montoro como presidente que comenzó por dar las gracias a la Comunidad de Madrid y en su representación a Miguel Abellán, Director – gerente de Asuntos Taurinos, por las facilidades que hicieron posible la celebración en ese marco tan importante.

Javier Lozoya, Diosleguarde y Juan Montoro

La presentación del torero corrió a cargo de Javier Lozoya, socio de la peña que, fue no hace mucho concejal de festejos del Ayuntamiento de Collado Mediano (Madrid) y que fue el encargado de la contratación el hoy matador de toros Manuel Diosleguarde cuando toreaba sin caballos y posteriormente con los del castoreño para que interviniera en los ciclos de novilladas que se celebran en esa población de la sierra madrileña.

El coloquio discurrió haciendo un repaso de la biografía del torero hasta llegar a la alternativa sin olvidar el gravísimo percance que tuvo el 28 de agosto del año pasado cuando toreaba al sexto toro de la ganadería de Cebada Gago en la localidad segoviana de Cuellar.

Según comentó el torero “desde que salí del hospital, comencé la rehabilitación para poder volver a los ruedos cuanto antes y se me ha presentado la oportunidad el próximo 23 de abril en Guijuelo donde torearé una corrida del maestro Capea compartiendo cartel con Morante de la Puebla y Emilio de Justo”.

Preguntado por su estado actual, el torero dijo “no estar aún al cien por cien pero siguiendo con la fuerte preparación sí lo estaré ese día”.

Otra de las preguntas versó sobre el apodo o apellido con que se anuncia, algo que aclaró el torero: «No es mi apellido, es el nombre de mi pueblo Dios le Guarde, de Salamanca, entre Tamames y Ciudad Rodrigo; la verdad es que es muy pequeño, apenas 150 habitantes, pero me hace ilusión pasear su nombre por todas partes».

Una placa para el torero como recuerdo de la fecha

Una jornada muy interesante para poder conocer, de primera mano, tanto el ascenso de un torero desde sus inicios hasta la alternativa y luego el sacrificio que supone la dureza de la recuperación después de un grave percance.

J. Agulla