Entrevista a Gemma Ruiz Azaña, coordinadora de la Asociación de Vecinos ‘El Tajo’ de Toledo

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“Reivindicamos que Santa María de Benquerencia es Toledo y como es parte de la ciudad queremos que así se nos trate”

Gemma Ruiz es la coordinadora de la Asociación de Vecinos ‘El Tajo’ de Toledo, la organización vecinal más antigua con las que cuenta la ciudad con 46 años a sus espaldas -y una de las más longevas de Castilla-La Mancha- que trabaja en el barrio de Santa María de Benquerencia. Nos hemos acercado hasta su sede para conocer un poco más cómo es su día a día y cuáles son los temas que atañen actualmente a los vecinos.

¿Qué es lo que se hace desde la Asociación de Vecinos ‘El Tajo’?

Nuestra asociación es sinónimo de unión y de grupo y tiene su mérito que siga existiendo después de 46 años, que se dice pronto. Y más en un momento como el actual, en el que tenemos una sensación de colectivo mucho menor que la que teníamos antes.

La asociación surge de forma paralela al crecimiento de barrio y todo lo que tenemos hoy aquí es gracias a la lucha de personas que llegaron al barrio cuando no había ningún servicio público. No había colegios, no había centros sanitarios, no había transporte, No había absolutamente nada. Por no haber no había ni tiendas. Y todo -el alumbrado, los servicios sanitarios, educativos, de transporte público- se consigue a base de lucha y reivindicación, que es la seña de identidad de nuestra asociación.

Cuando un vecino o una vecina quiere pedir algo, quiere reivindicar algo o está necesitado de cualquier servicio e incluso de información sobre el barrio, siempre puede acudir a nuestra asociación, donde siempre encontrará a alguien que le escucha y que le ayudará en la medida en que pueda.

Además tenemos otra seña de identidad que es nuestro periódico ‘Vecinos’, que vuelve ahora en el mes de septiembre.

¿Cómo es el barrio de Santa María de Benquerencia?

Este barrio es un poco diferente al resto por sus orígenes. Se trata de un barrio obrero, aunque ese rol ha ido cambiando con los años y con su enorme crecimiento, teniendo actualmente a personas de todo tipo y de toda condición social. Eso sí, siempre se ha caracterizado por esa lucha, la reivindicación y ese sentimiento de grupo y de colectivo, por el que tenemos muy claro que todas las cosas, si se luchan unidos, se consiguen.

Se trata de un barrio relativamente joven que surgió de la mano de la empresa multinacional Estándar Eléctrica, que atrajo hasta aquí a gente muy diferente y llegada de distintos puntos de España, pero sobre todo de Madrid. Venían aquí a trabajar con sus familias y así empezaron a surgir las primeras viviendas. A partir de ahí, con el tiempo se han ido mudando aquí muchas personas desde otros puntos de Toledo, sobre todo del casco.

Este barrio primero se urbanizó y posteriormente fue albergando las nuevas viviendas, creando un barrio de enormes avenidas, muy cómodo y que está muy bien para vivir.

¿Cómo es la relación de los vecinos del barrio con la zona del casco teniendo en cuenta la distancia que los separa?

La distancia que nos separa del casco histórico de Toledo son ocho kilómetros. En los orígenes teníamos sólo un autobús al día, pero incluso antes de eso, debíamos tener coche o compartirlo con el resto de los vecinos para trasladarnos al centro. Por eso comentaba que esos inicios han marcado al barrio, porque por ese tipo de cosas se fue creando un ambiente de vecindad, un sentimiento que aún conservamos los que somos “poligoneros” de toda la vida.

Fijaos que es bajar, pero nosotros seguimos diciendo eso de “subir a Toledo” en vez de decir que vamos al casco. Esto es Toledo, este es un barrio de Toledo, pero esa situación de los primeros años en la distancia y con esa lucha a nuestras espaldas hace que se haya generado ese sentimiento de pertenencia, en definitiva, que nos consideremos “poligoneros”.

Nosotros reivindicamos que esto es Toledo y como es parte de la ciudad queremos que así se nos trate, más teniendo en cuenta que albergamos a un cuarto de la población toledana siendo el barrio más poblado actualmente.

¿Cuáles son las principales necesidades y reivindicaciones de los vecinos a día de hoy?

Entre los temas fundamentales que reivindicamos están los accesos al barrio, algo que llevamos reclamando desde hace mucho tiempo. Desde que se planificó aquí el hospital, un centro que va a tener una diana de población de 300.000 personas, entre vecinos de la ciudad y de pueblos de la provincia, porque actualmente sólo contamos con una entrada y una salida del barrio.

A parte del hospital, tenemos también el polígono industrial de la ciudad, más centros oficiales como Consejerías y los propios vecinos que vivimos aquí. Y hace poco hemos visto lo que pasa cuando se produce un problema natural como fue el paso de la DANA a primeros de septiembre, que provocó que nos quedáramos 12 horas incomunicados. Se trata de algo que lleva denunciando la asociación desde hace más de 20 años.

Otro tema importante es el tema del amianto. Tenemos más de 90.000 toneladas de amianto esparcidas por la zona residencial, muy cerca de nuestras casas. Después de una denuncia que hizo la Asociación de Vecinos en 2014, la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha empezó a mover ficha, pero lo único que hace es tapar -algo que ellos llaman sellado- y nosotros solo aceptamos la retirada de todo ese material que es perjudicial para nuestra salud. Con las lluvias torrenciales que hemos sufrido, nos consta además que ese “tapado” se ha movido.

Aparte de esto, otras cuestiones como la ampliación del Centro de Atención Primaria; la puesta en marcha del carril-bici para unir el barrio con el caso y que estaba previsto en el EDUSI y prometiéndose desde hace más de diez años; el asfaltado de las calles del barrio; la replantación de árboles en alcorques en los que se han secado o la plantación de otros nuevos; traer al barrio más actividades culturales para un teatro desaprovechado y para los jóvenes, los grandes olvidados del barrio, que no tienen ni actividades ni un lugar donde disfrutar del ocio.

¿Cómo es la relación de la Asociación con el Ayuntamiento?

Algunas veces buena, otras regular… y mala no diríamos, porque es verdad que siempre nos escuchan, aunque luego hagan unas cosas y otras no. Con el tema del amianto, por ejemplo, hemos tenido que luchar mucho para que nos escuchen. Y cuando digo mucho, es mucho.

La administración actualmente no es todo lo ágil que nos gustaría, sino que es más bien lenta.

¿Cómo veis a la ciudad de Toledo en general desde vuestra perspectiva de barrio?

El Ayuntamiento creemos que necesita una modernización en las comunicaciones y un cambio de visión, para ver lo que se está haciendo en otras ciudades, además de que se empiecen a creer realmente eso de la participación, que muchas veces confunden con información. Deberían, por tanto, abrirse a la comunicación y a la participación y, sobre todo, apostar por la municipalización de muchos servicios que hoy se llaman externalizados, pero que en realidad son una burda privatización.

¿Qué actividades realizáis desde la Asociación destinadas a los vecinos?

Hacemos muchas actividades. Precisamente, ahora en septiembre hacemos un paseo saludable en bicicleta que venimos a llamar ‘El Día de la Bici’, una actividad lúdica y reivindicativa por la que seguimos pidiendo al Ayuntamiento ese carril-bici que tanto nos han prometido y que nos una con el centro de Toledo. En las últimas ediciones, de las once que se han celebrado hasta ahora antes de la irrupción de la pandemia, se llegaron a concentrar en torno a las 2.000 personas.

Tenemos además un ‘Otoño Cultural’, que celebramos durante los meses de octubre, noviembre y diciembre y que incluye presentaciones de libros, una feria de la ciencia dirigida a los centros educativos del barrio que ya va por su séptima edición, teatro, guiñoles para los más pequeños y actuaciones musicales.

Más adelante tenemos ya los Carnavales, que aquí los organizamos nosotros junto al Ayuntamiento; tenemos el Día del Libro; contribuimos con nuestro granito de arena para el 8-M con motivo del Día de la Mujer, porque tenemos una representante en el Consejo Local de la Mujer; y, aparte de ello, las propias asambleas participativas y recogidas de firmas por si se quiere reivindicar algo.

En cuando a actividades deportivas hacemos una carrera pedestre que es tan antigua casi como la propia asociación. Este próximo año celebramos la 45 edición y se ha convertido en una cita deportiva muy popular en la ciudad de Toledo que ha llegado a alcanzar los 1.500 participantes. Tiene un recorrido de 8 kilómetros que lleva a los corredores desde la Puerta de Bisagra hasta el barrio.

Finalmente, organizamos un taller de teatro del que ya vamos a ofrecer la tercera edición. Se trata de un taller intergeneracional, con participantes desde los 12 años hasta más de 100 y está abierto para la participación de todas las personas del barrio que lo deseen siendo el único requisito para ello ser socios de la asociación -algo que es totalmente simbólico, porque solo supone una cuota de diez euros al año-.

¿Qué le diría a un vecino que no es miembro de la asociación para que forme parte de ella?

Le diría que cuantos más socios seamos, más actividades podríamos realizar y más reivindicaciones podremos hacer. Si tenemos que contratar a personal especializado que nos asesore sobre algún tema en cuestión, necesitamos dinero, por ejemplo. Pero es por esa agenda cultural y deportiva y, sobre todo, para reivindicar los servicios públicos que necesitamos, por lo que cuanta más gente seamos, mucha más fuerza podremos hacer frente a las administraciones.

¿Por qué recomendarías a alguien vivir en el barrio de Santa María de Benquerencia?

Yo llevo aquí desde los orígenes del barrio, desde el año 1974 y lo recomiendo ampliamente. Y lo recomiendo por el entorno que tiene y, sobre todo, por la cantidad de zonas verdes y jardines con los que cuenta, sus amplias avenidas y porque tiene todos los servicios que puedas necesitar. Hoy, Santa María de Benquerencia es un barrio de los mejores de la ciudad.