Tal día como hoy, 24 de febrero, pero del año 1904, nació en Lima (Perú) el torero Carlos Sussoni Saona.
El 24 de febrero de 1930 nació en Sevilla, Juan Ordóñez Araujo que se apodó “Juan de la Palma”. Perteneció a una dinastía de toreros que comenzara su padre Cayetano Ordóñez y Aguilera que se anunció en los carteles “El niño de la palma”, de ahí el apodo que le pusieron a Juan; sus otros tres hermanos también fueron toreros de alternativa, José, Alfonso y Antonio, gran figura de los años 60 del siglo XX.
En Barbate (Cádiz) nació, el 24 de febrero de 1947, el torero José Rivera Pérez que utilizó el apodo de “Riverita”. Hijo del que fuera novillero Antonio Rivera Alvarado y hermano mayor de Francisco Rivera “Paquirri”. La alternativa de “Riverita” tuvo lugar el 1 de septiembre de 1967 en El Puerto de Santa María (Cádiz) con la lidia de toros de Concha y Sierra; saldó el compromiso cortando una oreja al sexto. El padrino fue Miguel Mateo “Miguelín” que paseó cuatro orejas y un rabo y el testigo Diego Puerta que fue ovacionado en sus dos toros. Sus sobrinos también han sido toreros de alternativa, Francisco y Cayetano Rivera Ordóñez y José Antonio Canales Rivera.
El 24 de febrero de 1965 falleció en Barcelona el empresario taurino Pedro Balañá Espinós. Comenzó como empresario de la plaza de Las Arenas de Barcelona en 1926 y, un año después, de la Monumental de las que luego fue propietario. En el año 1943 comienza otra faceta empresarial al adquirir el cine Avenida de la Luz, llegando a tener una numerosa cadena de cines y teatros en Cataluña.
Éxito grande de César Rincón, como torero y como ganadero la tarde de su despedida de los ruedos el 24 de febrero de 2008 en la Plaza “Santamaría” de Bogotá (Colombia); dos toros de su ganadería indultados y él por la puerta grande. Se lidiaron toros de la ganadería de Las Ventas del Espíritu Santo a los que se enfrentaron Rincón y Enrique Ponce. Pancartas con “Gracias maestro” y “No te vayas” en los tendidos y ovación de gala en el paseíllo al torero colombiano que le cortó una oreja al primero que brindó a su cuadrilla; el tercero, Plebeyo, se lo brindó a su padre Gonzalo Rincón, y consiguió indultarle; el quinto se dañó y regaló el sobrero al que cortó las dos orejas. Ponce indultó al segundo, Desaparecido, que había brindado a Rincón; le cortó la oreja al cuarto y fue ovacionado en el sexto. Los dos toreros salieron a hombros.