Un modelo de corte urbano, que se defiende muy bien fuera de la ciudad, que gana capacidad de maletero y con un interior que estamos acostumbrados a ver en los vehículos premium.
La estética es uno de los aspectos más valorados en el segmento y Renault acertó de pleno con la cuarta generación del Clio. De ahí que la quinta entrega mantenga unas líneas bastante similares. Las dimensiones se mantienen prácticamente intactas, si bien es 1,4 centímetros más corto y casi 7 cm más ancho que el modelo precedente.
Un punto clave del nuevo modelo es el estreno de la plataforma CMF-B que, además de permitir un ahorro de peso de hasta 20 kilos y aumentar la rigidez estructural, también le permite adoptar las últimas ayudas electrónicas a la conducción y diferentes esquemas de propulsión, como uno de tipo híbrido.
Exterior
Además de unos trazos inspirados en los del Mégane, hay unos cuantos elementos que merecen ser resaltados. Por ejemplo, que cuente con faros con tecnología de tipo LED, que las puertas traseras sigan ‘camufladas’ o que el coeficiente aerodinámico (Cx) sea de tan solo 0,30. En este sentido, incluye soluciones como una parrilla frontal activa o unos bajos carenados.
Interior
La calidad y, especialmente, la ergonomía, han sido otros dos puntos que han mejorado notablemente en el habitáculo del nuevo Renault Clio. Por ejemplo, la parte central del salpicadero está ligeramente orientada hacia el conductor, una fórmula habitual en marcas premium, la pantalla tiene 9,3″ y la superficie táctil funciona mucho mejor que la empleada en el Mégane o el Scénic, que tiene 8,7″. Lo completa un equipo multimedia compatible con los protocolos Apple CarPlay y Android Auto e incluye cargador mediante inducción para smartphones.
Siguiendo con el equipo de infoentretenimiento, cuenta con servicios conectados, tanto de navegación como, por ejemplo, de los precios de los carburantes. Utilidades que son gratuitas los tres primeros años de vida del coche.
Motorización
Nuestra unidad de prueba era la de 100 CV. de tres cilindros. Se defiende muy bien en ciudad por sus bajos que le proporcionan una conducción cómoda y bajo consumo. En carretera su comportamiento es muy correcto, ágil en los adelantamientos y alcanza con facilidad los 170 km/h, una velocidad que, en la realidad está prohibida, pero que en terreno llano los alcanza casi sin tocar el acelerador.
Este modelo montaba una caja de cambios manual de seis velocidades y cuyo funcionamiento nos ha resultado impecable, a falta de probar la automática que monta el modelo superior de 130 CV.
Conclusión
Es un compacto muy apetecible, tanto por rendimiento, como por precio. Aunque no lo parece, es amplio en las plazas traseras y tiene un maletero suficiente, aunque para un viaje de cuatro personas habrá que ser muy hábil para encajarlo todo. Pero, por qué no decirlo, pasa en todos los coches de su categoría
Tiene una dirección que absorbe muy bien las irregularidades del asfalto y no transmite ningún tipo de movimiento raro al volante. Circulando por asfaltos en mal estado, la calidad de rodadura es muy buena y el ruido que llega al interior es inapreciable. Además, la suspensión se muestra eficaz en todo tipo de tramos.
Aunque desearíamos que tuviera un poco más de alegría, todo nos indica que va a ser un gran competidor del Seat Ibiza, líder en el mercado, y, de momento, le colocamos por encima del Opel Corsa y el Peugeot 208 por poner unos ejemplos de cuáles serán sus máximos rivales.
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