Entrevista a Javier de los Nietos, alcalde de Bocema: «Hemos preparado un verano diferente»

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Nos hemos acercado hasta El Boalo para charlar con el alcalde de Bocema, Javier de los Nietos, de la actualidad del municipio, sobre todo pensando en el verano que tenemos por delante y la situación actual por la pandemia de la Covid-19, además de aprovechar para analizar un poco como está siendo esta legislatura al frente del Consistorio.

El pasado 26 de mayo se cumplieron dos años desde el inicio de la legislatura. ¿Qué balance puede hacer del trabajo que se ha realizado desde el Ayuntamiento?

Creo que después de estos dos años, lo primer es rendir cuentas. Parece que lo más razonable es ser claro y transparente y decir qué proyectos se han podido llevar a cabo de aquellos que se prometían en el programa electoral y para ello hemos hecho un estudio, no sólo a nivel de transparencia en el que hemos valorado todos estos proyectos y en el que la ejecución total de estos proyectos es baja, porque estamos hablando que estamos por debajo del 10% de la ejecución total de todos ellos, pero la mayoría sí que están en marcha, en transición y en desarrollo. De lo que nos hemos dado cuenta al hacer este trabajo, que es importantísimo, es que después de lo que ha pasado, de esta pandemia que hemos tenido que abordar y gestionar en un entorno como el nuestro, todo esto importa muy poco. Todo se ha dado la vuelta y ahora las prioridades son otras.

Lo que hemos apreciado también es una cercanía tremenda de la ciudadanía y nos hemos sentido servidores públicos como nunca. Yo, después de diez años de gestión de Gobierno, nunca me había sentido tan útil como en estos dos años, a pesar de que, como digo, los grandes proyectos, que están ahí en la agenda y que tenían que desarrollarse, han quedado apartados por esas prioridades que han cambiado.

El atender directamente a la ciudadanía, a sus necesidades primarias, las más básicas y fundamentales durante este tiempo, ha sido lo primero para nosotros y lo que ellos más han valorado y más nos ha unido en este momento.

Hemos hecho un homenaje más que importante y emotivo a todas aquellas personas voluntarias y profesionales de sectores esenciales que se han mantenido activos durante la pandemia. Personas que han recibido el reconocimiento de la comunidad, no del Ayuntamiento, sino de la comunidad local de El Boalo, Cerceda y Mataelpino por su labor, por su trabajo y por servicio. Es el broche para mirar todos juntos al futuro, más unidos de cara a lo que está por venir.

Al hilo de lo que comenta sobre la pandemia de la Covid-19, ¿en qué situación ha quedado El Boalo, Cerceda y Mataelpino a causa de la pandemia y cómo ven la situación ante una posible quinta ola?

Después de más de año y medio de pandemia, lo que tenemos claro es que la estadística es muy potente. No puede haber grandes diferencias ni las hay entre lo que pasa en el pueblo vecino y lo que pasa en el nuestro. La diferencia estriba en que lo que pasa con el nuestro es que las personas afectadas, las ingresadas, o las personas y empresas que tienen problemas económicos tienen nombres y apellidos, sabemos quiénes son, los conocemos y podemos atenderles de una forma directa.

Para ello, se han abierto unos canales de trabajo y de distribución de información directa desde la Alcaldía a través de WhatsApp, en los que cualquier empresa o vecino puede dirigirse a mi y yo a ellos de forma directa para saber qué le está pasando y qué necesita y yo poder darle la mejor respuesta y el mejor servicio posible. Y cuando digo yo, me refiero a mi como representante municipal con todos los recursos que el Ayuntamiento tiene a su cargo, no sólo económicos propios, sino también servicios sociales de la Mancomunidad o la coordinación y gestión de otros servicios como pueden ser empleo, hacienda, etc., que se prestan en otras localidades.

Los municipios integrados en Adesgram habéis apostado por la cultura y ocio seguros…

Se trata de un sector que se ha estado estigmatizando y que ha paralizado su actividad durante todo el año, porque, aunque la situación pudiera mejorar durante la pandemia, solo se hablaba de comercio y de consumo, pero no se hablaba de actividad cultural segura. Y había dudas en garantizar que eso era una actividad segura.

Ahora, aprovechando que estamos en entornos más al aire libre en la sierra de Guadarrama, en un entorno muy favorable para ello y que ahora las mascarillas no son obligatorias en los entornos naturales, queremos ser capaces de atraer al visitante no solo a un entorno seguro para su actividad cotidiana y familiar, sino también para su actividad social integrada en este caso en eventos reducidos que no son fiestas patronales como tales -algo que ya tendremos tiempo de recuperar el próximo año-, pero que garantice que el tejido del sector empiece a generar actividad con programas de teatro, conciertos musicales, música clásica, eventos taurinos, actividades infantiles y juveniles, mercadillos, noches en vela, etc.

Todo ello está programado en los pueblos de Adesgram para que haya una actividad muy intensa, segura y que permita recuperar la ilusión, que es algo importante que no nos puede robar la Covid-19.

A parte de estas propuestas culturales y de ocio, ¿cómo se plantea el verano en todos los ámbitos?

Como se dice vulgarmente, las gallinas que entran por las que salen. Por un lado, hay muchas personas que se desplazan a sus segundas residencias en la sierra, algo habitual y que ahora se intensifica. Pero, por otro lado, hay muchos vecinos que quieren descansar, que necesitan desconectar. Además, es gente que ha ahorrado un poco más durante la época de la pandemia y, a lo mejor, en vez de cinco días, se puede ir diez, ya sea a la playa, a otra zona de montaña, etc. Todo esto se da en un entorno en el que las fiestas no tenían gran sentido, porque las fiestas se hacen para la ciudadanía de aquí, que quiere disfrutar de ella y que se reserva esos días, cuando ahora lo que necesita es poder relajarse de otra manera, desconectar con su familia en otro entorno. Y ese vecindario de segunda residencia también busca descanso y la aglomeración tradicional de las fiestas le puede llegar a asustar de alguna manera teniendo en cuenta el panorama sanitario actual.

Por todo ello, vamos a tener un verano tranquilo, con actividad y ocio y sobre todo en la calle, donde en nuestros pueblos vemos los paseos nocturnos, al amanecer… Todo el mundo está de paseo y todo el mundo hace ejercicio de forma saludable. Nos reconocemos y nos saludamos y eso también es importante.

¿En qué punto se encuentran las excavaciones de la finca de El Rebollar?

Hemos terminado la cuarta campaña con un éxito absoluto de resultados. Se ha descubierto y confirmado otro edificio aledaño a la ermita y un edificio que no se ha podido completar en la excavación de toda la planta, algo en lo que habrá que seguir trabajando en las excavaciones del próximo año para ver si se trata de otro edificio de culto u otro edificio asociado a ese espacio.

Se trata de un espacio monacal o un espacio de servicio posterior donde se han encontrado enterramientos, debajo de esa nave, cuyos restos, cuando se confirme con el análisis de carbono su antigüedad, podremos empezar a unir todas las piezas de ese puzle. Creo que este ha sido un punto de inflexión.

El Rebollar es un lugar donde a muy poca profundidad nos estamos encontrando grandes hallazgos arqueológicos y antropológicos que van a permitir en el estudio que se haga en laboratorio durante todo el año seguir generando recursos históricos para escribir la historia de nuestro pueblo, o más bien reescribirla, porque era algo con lo que no se contaba. Nos está llevando 1.500 años atrás en el tiempo y es una aventura apasionante en la que participan todos los vecinos.

Cada vez se da más importancia al tema del medio ambiente y al reciclaje y, en este contexto, surge aquí el proyecto de Bocema Composta. ¿Qué puede decirnos de él?

Es un proyecto en el que tenemos ya una trayectoria de cuatro años con buenos resultados. Hemos conseguido reducir las toneladas de los residuos que se llevan al vertedero porque son residuos que se compostan. La materia orgánica es el 40% de los residuos que generamos en nuestras casas y no es basura, es un recurso que sirve para alimentar el suelo que nos alimenta a nosotros. A nivel municipal nos sirven para alimentar y abonar los huertos sociales que tenemos dentro del proyecto.

Trabajamos a nivel nacional. Estamos dentro de Composta en Red, de la cual soy presidente y lo que hemos conseguido es hacer una comparecencia hace apenas unos días en el Congreso de los Diputados invitados por la Comisión de Transición Ecológica, donde puede explicar los diputados y diputadas cuáles son los beneficios del compostaje y por qué la nueva Ley de Residuos debe contemplarlo como una acción de prevención de residuos y no de reciclado, porque es previa a la recogida selectiva que hacemos los ayuntamientos y se puede hacer desde las propias viviendas, comercios, colegios o restaurantes.

Es muy potente porque permitiría solucionar los problemas de saturación que tenemos en los vertederos. Estos no pueden asumir más residuos y el 40% de lo que generamos es esta facción orgánica que se podría destinar a otro tipo de uso como es el compostaje. Esto genera beneficios directos a los Ayuntamientos, por lo que no pagan por el vertido y también porque se aumenta directamente la fracción que se recicla. Las personas que compostan son más sensibles en el reciclaje y seleccionan mejor sus residuos a la hora de depositarlos en los contenedores o en los sistemas puerta a puerta como el que nosotros tenemos desarrollado.

En 2016, nuestro Ayuntamiento ingresaba 900 euros mensuales en concepto de material reciclado y actualmente estamos ingresando más de 5.000 euros mensuales, por lo que hemos multiplicado por seis, no haciendo campañas de reciclaje, sino simplemente actuando sobre la fracción orgánica. Y el proyecto es piloto. Imaginaros lo potente que sería hacer una campaña global, que es lo que queremos hacer ahora con nuevos fondos europeos y el proyecto que nos va a ocupar de aquí a 2023 para que nuestro municipio sea reconocido como de Residuo Cero, etiqueta que nos vincula a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, los objetivos 2030.

Es un proyecto escalable y se puede llevar a cualquier municipio, ya sea de 8.000 habitantes como el nuestro, de 400, de 80.000 o de 2 millones de personas.

¿Qué más proyectos están desarrollando o pretenden desarrollar para los próximos años?

Muchos proyectos que se han tenido que parar tienen que ver con el desarrollo de actividades de promoción o de actividades ocio culturales que no se han podido desarrollar durante este año y medio de pandemia. Son recursos que se han tenido que redirigir para ayudas a las empresas y para las familias, ayudas al fomento de la natalidad con un proyecto de cheque de 500 euros para las familias que tienen un niño o una niña en el municipio, algo que hay que valorar bien, porque tenemos un problema de natalidad general en nuestro país y que está afectando también a los municipios en particular, una falta de natalidad que afecta también a la hora de querer reclamar recursos públicos. Es básico para nuestros pueblos y cuanto más consigamos fijar población joven, muchos mejor.

Y otros proyectos que tenemos tienen que ver con el desarrollo logístico, como el proyecto de vivienda social -para jóvenes y mayores que necesitan una vivienda adaptada-, muy afectado también por la paralización en la construcción, pero que ahora retomamos con más fuerza. Este es un tema urgente y más con la saturación que se está dando en el mercado inmobiliario en la sierra con precios disparados que hacen que las familias jóvenes no puedan asumirlos.

Para terminar, ¿qué les diría a los vecinos de El Boalo, Cerceda y Mataelpino de cara a este verano y lo que queda de legislatura?

Que recuperen la ilusión, porque tenemos una gran suerte de haber superado este momento y, además, de haberlo hecho juntos. Hemos diseñado un verano diferente, un verano que invita a disfrutar de nuestro municipio de otra forma y en el que invitamos también a esas 343 nuevas personas que han pasado a formar parte de nuestra comunidad desde el último año a colaborar, a introducirse socialmente en la realidad y la vida de nuestro municipio.

Porque somos un pueblo muy rico en paisajes, cultura y tradición, pero que, sobre todo, es rico por la calidad humana de las personas que conformamos El Boalo, Cerceda y Mataelpino, que hacemos que sea un sitio diferente, acogedor y entrañable. Todos y todas estamos llamados a formar parte de él y hacer de este pueblo algo maravilloso, porque tenemos una gran oportunidad.

Y con esa ilusión, esa fuerza y energía y ese optimismo, que hace falta mucho, vamos a conseguirlo con campañas como la de participación y colaboración en la vacunación, que creo que está siendo ejemplar. En breve, creo que podremos estar disfrutando de esa nueva normalidad que en realidad significa ser pueblo y vivir en comunidad como creemos que se merece nuestro pueblo.